jueves Ť 17 Ť MAYO Ť 2001
Ť Desconfían de las investigaciones de la PGR en Guerrero
Familiares de desaparecidos piden ayuda internacional
Ť Temen que la dependencia falsee peritajes acerca de los restos hallados en una fosa clandestina en Sierra de Atoyac
GEORGINA SALDIERNA
La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Víctimas de Violaciones a los Derechos Humanos en México (Afadem) exigió ayer que organismos internacionales coadyuven en las investigaciones de la Procuraduría General de la República (PGR) acerca de los restos que se encontraron en el cementerio clandestino de Sierra de Atoyac, Guerrero, el 26 de abril.
La organización plantea que los restos hallados pudieran ser de sus desaparecidos, ya que el cementerio clandestino está ubicado en una casa que el Ejército Mexicano usó como cuartel militar en la década de setenta, durante las acciones militares de contrainsurgencia.
Debido a la experiencia de la población respecto de la procuraduría, manifestó su desconfianza en la dependencia. "Tememos que digan que los huesos encontrados son de animales". De ahí la demanda de que intervengan organismos internacionales, como el Equipo de Antropólogos Forenses de Argentina, para que los resultados sean confiables y creíbles.
La organización presidida por Ernesto Ontiveros y Tita Radilla responsabilizó a la PGR de toda manipulación de la investigación, y exigió al gobierno federal que se lleve a juicio a los responsables por delitos de lesa humanidad; que se publiquen los archivos de la dirección Federal de Seguridad; de la Brigada Blanca, del Cisen, y en particular la hoja de servicio de Mario Arturo Acosta Chaparro, en aquella época responsable de la zona militar de Guerrero.
La Afadem recordó que la "mayoría de los detenidos desaparecidos en Guerrero fueron arrancados de los brazos de sus familiares a punta de bayoneta. Los militares y judiciales federales y estatales se portaban como si fueran salteadores de caminos. Llegaban a los pueblos a deshoras de la madrugada, cercaban las comunidades con soldados armados y comenzaban a tirar las puertas de las casas a patadas y culatazos para sacar a hombres, jóvenes, ancianos, mujeres y niños, concentrarlos en las canchas de basquetbol e identificarlos de entre unas listas que traían.
"Separaban a unos de otros, formando dos grupos; a unos se los llevaron vendados de los ojos y con pies y manos amarrados, en camiones encimados uno sobre otro sin consideración alguna, desapareciendo con su preciosa carga en la oscuridad y neblina de la noche, sin que hasta hoy se sepa algo de su destino y paradero. A otros los detuvieron en retenes, de los que aún abundan en todo el estado. Muchos de ellos fueron vistos en cuarteles militares por otros detenidos que pudieron salir después de ser torturados".
Señaló que tan sólo en Guerrero se sabe de 650 desaparecidos, pero en todo México se tiene noticia de mil 350 casos. "Nuestros familiares detenidos desaparecidos de ninguna manera son delincuentes, son personas que quieren una vida digna para todo el pueblo; no tienen antecedentes penales ni denuncias en su contra, salvo estar sus nombres incluidos en el libro negro de Acosta Chaparro, pero quienes se los llevaron no les dieron oportunidad de tener juicio, negándoles toda defensa legal, cancelando desde ese momento absolutamente todos sus derechos humanos", subrayó la organización durante una ceremonia en la que sus representantes recibieron la medalla Roque Dalton que otorga el Consejo de Cooperación con la Cultura y la Ciencias de El Salvador.