JUEVES Ť 17 Ť MAYO Ť 2001
Ť Dimos paso a un régimen transparente y capaz de rectificar, afirma el mandatario
Enterrar el autoritarismo, mayor logro en 6 meses de gobierno: Fox
Ť En el informe semestral del Presidente, más mensaje político que resultados cuantitativos Ť Tolerancia, ejercicio de libertades y respeto a diferencias, actitudes de la nueva gestión administrativa, destaca
JUAN M. VENEGAS Y ROBERTO GARDUÑO
El autoritarismo, como "estilo" de gobierno y "patrón" de las acciones y decisiones del poder público, ha quedado en el pasado, afirmó el presidente Vicente Fox Quesada. Y sin duda, subrayó ayer, "este es nuestro mayor logro" en los primeros seis meses de gestión al frente del Ejecutivo federal.
Con esta afirmación el mandatario ofreció su primer informe semestral de gobierno -que en adelante serán trimestrales-, y dio pie a una larga exposición de lo que, a su juicio, es el principal signo del cambio que en el terreno político-social ha vivido el país: "el presidencialismo autoritario y la prepotencia en sus relaciones con la sociedad y con las organizaciones políticas han quedado atrás, para dar paso a un gobierno transparente y capaz de rectificar".
Este intento de establecer "una nueva práctica de informar y de rendir cuentas" (Martha Sahagún dixit) se volvió un prolongado mensaje político, en el que si bien es cierto aparecen estadísticas, números y metas cumplidas y por cumplir, también lo es que se destacó por sus convocatorias al Congreso de la Unión y a los partidos políticos -sobre todos para sacar adelante las reformas económicas que al presidente Fox le son urgentes para su programa de gobierno-, y su énfasis en las "libertades" y "tolerancia" que hoy dominan en la sociedad mexicana, sin dejar de mencionar aquí la "consolidación" de la libertad de expresión.
El mandatario fue prolífico al enunciar los ejemplos de esta nueva condición nacional:
Su gobierno, sostuvo, ha estado "permanentemente interesado" en mantener comunicación con la sociedad y conocer sus propuestas; ha sido "respetuoso" de la democracia interna de las organizaciones políticas y sociales; ha "promovido una nueva cultural laboral" fincada en el diálogo, y se ha "preocupado" por atender los derechos de los grupos minoritarios o discriminados.
Poder Ejecutivo con los "contrapresos" necesarios
Desde que asumió el compromiso de "conducir" el gobierno de transición -explicó Fox-, "vinculé su futuro a la tolerancia política, entendida como un espacio indispensable para el ejercicio de las libertades, como un valor que funda la convivencia en el respeto a las diferencias, y como una actitud que trata de entender las razones de los demás, a fin de llegar a acuerdos que armonicen los intereses de todos".
Este principio de tolerancia, añadió, "lo entiendo como una posición que rechaza cualquier imposición violenta y la existencia de verdades absolutas, y no como aceptación resignada a la posición de quienes no coinciden con nuestras ideas".
La libertad de disentir, adujo, "es consustancial a toda democracia, pero disentir como deber es sólo expresión de intransigencia". En tal sentido, planteó que los mexicanos estaremos en posibilidades de mantener y estimular nuestra pluralidad "si eliminamos dogmas, prejuicios y discriminaciones, y elegimos la vía de la tolerancia como el único camino capaz de incorporar nuestras diferencias y sumarlas por el bien de México".
Ante representantes de los medios de comunicación (había por lo menos 300 periodistas en el salón López Mateos de Los Pinos), incorporó entre los logros de esta administración la consolidación de la libertad de expresión.
"Este ha sido un gobierno que ha hecho del respeto a la libertad de expresión una norma permanente de conducta. En estos meses hemos asistido a la consolidación de una de las prácticas más trascendentes de una sociedad abierta: la de decir y escribir libremente lo que se piensa, sin más restricción que el sentido propio de la responsabilidad. Hay una nueva relación con los medios de comunicación, basada en la honestidad, quedando fuera todo tipo de prácticas que impidan informar con transparencia y verdad", abundó.
Con todo esto, puntualizó Fox, hoy "nos congratulamos" de que el país haya alcanzado una etapa en la que el Poder Ejecutivo "tiene los contrapesos de toda república, y en la que ninguna fuerza política puede, por sí sola, decidir sobre las iniciativas cruciales para el país".
En el respeto a las competencias que tienen los otros poderes de la Unión y a los distintos niveles de gobierno, insistió el mandatario, "dejamos atrás ya la era en la que las facultades reales del Presidente estuvieron por encima de la ley", a pesar de las "inercias" que todavía existen y que han pedido la intervención del Ejecutivo en asuntos que corresponden a otras instancias.
En Chiapas "se ha hecho más de lo que se hizo en seis años"
Mención especial en el informe de Fox mereció el conflicto en Chiapas. Y a pesar de que el Congreso no aprobó la iniciativa de ley indígena que él presentó a los legisladores, defendió la posición que ha adoptado frente al movimiento zapatista. Destacó -de manera implícita- que la participación del EZLN en la tribuna de la Cámara de Diputados se debió a sus gestiones:
"En estos seis meses se ha hecho más por solucionar el conflicto en Chiapas que en los últimos seis años. Los indígenas de México, en especial los del EZLN, han transitado del olvido o la clandestinidad a la máxima tribuna de deliberación del país. Ellos mismo expresaron sus demandas a los representantes del pueblo mexicano", explicó.
En ese interés, este gobierno no sólo aumentará e intensificará los programas en favor de los indígenas, sino que promoverá -"y nunca se cansará de promover"- todas las acciones "para dar continuidad a los acuerdos para una paz digna en Chiapas", expuso.
Se "retomó" el control de las instituciones de seguridad
En otra parte de su mensaje -destinado al área de "orden y respeto"-, el presidente Fox informó de los avances que se han registrado en materia de combate al crimen organizado y la lucha contra la corrupción y la impunidad.
Respecto de lo primero, destacó su afirmación: "hemos retomado el control de las instituciones encargadas de combatir el delito y asegurar justicia y protección a los ciudadanos. Es un esfuerzo de fondo y de largo alcance, y paulatinamente estaremos observando resultados concretos".
Reiteró su decisión de "combatir enérgicamente" al narcotráfico y, rompiendo con una costumbre, llamó a los delincuentes y a las organizaciones criminales por su nombre: en esta "guerra sin cuartel contra el crimen organizado, se capturó a Adán Amezcua, El rey de las metanfetaminas, y estamos seguros de que no saldrá de la cárcel".
Además, "se extraditó a Everardo Páez, El Kitty, y se desmembró una de las principales células del cártel del Golfo, deteniendo a 21 personas, entre ellas a Gilberto García Mena, El June, y se le dictó auto de formal prisión a Hugo Baldomero".
Del problema de la corrupción y la impunidad -que identificó entre los principales males que alteran el orden y la convivencia social-, el jefe del Ejecutivo señaló que su combate no sólo es un recurso retórico. Como muestra de ello, mencionó la firma del Convenio para la Transparencia en la Aplicación de Recursos para Programas Sociales entre la Sedeso, Contraloría y agrupaciones sociales, y el Acuerdo Nacional para la Transparencia y Combate a la Corrupción que se estableció con los partidos políticos.
Al respecto -y como adelantó La Jornada el 7 de mayo-, confirmó que se abrieron 23 líneas de investigación por actos de corrupción que se cometieron en diversas dependencias del gobierno federal durante la administración pasada.