MARTES Ť 15 Ť MAYO Ť 2001
Ť Deben ser adecuados para el consumidor y justos para el exportador, dijo Putin
Rusia y Venezuela pactan frente común para influir en los precios internacionales del crudo
Ť No podemos permitir que los petroprecios vuelvan a venirse abajo, destacó Chávez
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscú, 14 de mayo. ''No podemos permitir, bajo ningún concepto, que los precios del petróleo vuelvan a venirse abajo. En este momento el petróleo está en la parte baja de la banda que la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) estableció como justa y acordamos recientemente recortar producción y, en esto, ha sido muy importante la colaboración de Rusia, México y Noruega'', afirmó aquí el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
En el Kremlin tuvo lugar la cordial conversación que, por espacio de más de hora y media, mantuvo Chávez con su colega ruso, al comenzar la primera visita de un jefe de Estado latinoamericano desde que Vladimir Putin está al frente de Rusia.
Al término de las pláticas, se hizo claro que Rusia y Venezuela ratificaron al máximo nivel su intención de integrar un frente común para influir en los precios del petróleo en el mercado mundial, que en opinión del mandatario ruso ''deben ser adecuados para el consumidor y justos para el exportador''.
Los detalles habían sido acordados el pasado sábado, durante la reunión que sostuvieron en Viena, sede de la OPEP, el secretario general de este organismo, el venezolano Alí Rodríguez, y el primer ministro ruso, Mijail Kasianov.
Rusia, asumiendo de modo parcial el compromiso adoptado por la OPEP en marzo pasado de recortar la producción en un millón de barriles diarios para estabilizar el precio del crudo en los 25 dólares por barril, cifra aún por encima de la estimación de 21 dólares en que basó su presupuesto de este año, anunció un recorte de sus exportaciones, sin precisar públicamente cantidades.
Aunque el tema de los energéticos centró las conversaciones de Chávez y Putin, incluida la posibilidad de que Rusia, el principal productor mundial de gas natural, preste asistencia técnica para el desarrollo de la industria gasífera de Venezuela, los presidentes acentuaron el significado político de su encuentro.
Subrayaron su adhesión a la concepción de un mundo multipolar, contrario al esquema hegemónico que busca imponer Estados Unidos, más aún que ambos dirigentes comparten el haber provocado fuertes recelos en Washington por defender el derecho de sus países a mantener relaciones más estrechas con países como Cuba, Irak o China.
La declaración política conjunta, suscrita por los presidentes, contiene una referencia directa a la demanda de poner fin al bloqueo económico de la isla: ''Rusia y Venezuela reiteran otra vez su disposición a fortalecer las relaciones con Cuba sobre la base del respeto, la confianza y la independencia, e insisten en su exigencia de integrar a este país en las estructuras de desarrollo del continente americano''.
En un gesto con dedicatoria a Washington, el ministro de Defensa de Rusia, Serguei Ivanov, y el canciller de Venezuela, Luis Alfonso Dávila, estamparon sus firmas en un acuerdo de cooperación en materia militar.
El documento ''marco'', que es el primero de este tipo en la historia de la relación bilateral, deberá ser concretado en negociaciones posteriores, pero deja abierta la puerta para la venta a Venezuela de ''armamento defensivo'' ruso, advirtió Ivanov.
''Buenos amigos''
En vísperas de la visita del presidente venezolano, la prensa local destacó el hecho de que tanto Putin como Chávez ''tienen un origen militar común y un estilo de gobierno con rasgos autoritarios'', dando por sentado que se entenderían con facilidad. ''Estoy seguro que vamos a ser buenos amigos'', corroboró esta impresión Chávez y añadió: ''(Putin) es un hombre joven, dinámico como el rayo, perspicaz y de visión larga''.
Putin consideró que Chávez: ''Es un líder joven y enérgico de América Latina y nos interesa este intercambio para fortalecer nuestros vínculos con este continente''.
A juzgar por los elogios recíprocos que se dedicaron, no sería exagerado hablar de ''petroquímica'' entre ambos mandatarios, una novedosa mezcla de simpatía aderezada con crudo.