LUNES Ť 14 Ť MAYO Ť 2001

REPORTAJE

Ť Rifles con capacidad para demoler, incendiar y perforar blindados: $50 mil

Tráfico de armas en Chiapas, un negocio sin barreras

Introducir un arma a México adquirida en Guatemala puede resultar más fácil de lo que se piensa, y la actividad se ha convertido en un negocio para los vendedores. Pero también se ha convertido en un dolor de cabeza para las autoridades.

RODOLFO VILLALBA CORRESPONSAL

Tapachula, Chiapas, 13 de mayo. En la zona rural de Suchiate es la cosa más fácil del mundo encontrar a un niño de 12 años con la pistola fajada, resume un traficante de armas que se identificó como Pancho, el cual afirmó que rifles de asalto con capacidad para demoler, incendiar y perforar objetivos blindados están al alcance de cualquier persona o banda que pueda desembolsar 50 mil pesos, mientras que el precio de un rifle AK-47 cuerno de chivo o de un R-15 fluctúa entre 6 y 7 mil pesos en el mercado negro. Agregó que ante la nula vigilancia de las autoridades, pasar una caja de armas "es lo más fácil del mundo".

Tan sólo durante los últimos dos años, el Ejército Mexicano y la Procuraduría General de la República (PGR) decomisaron 686 armas entre cortas y largas -entre las que destacan las AK-47- y más de 55 mil cartuchos útiles que estaban a manos de traficantes y supuestas bandas bien organizadas de asaltantes.

Se estima que 80 por ciento del armamento se concentra en el municipio fronterizo de Cacahoatán, así como en la zona de costa, preferentemente en el municipio de Mapastepec que -de acuerdo con diferentes corporaciones policiacas- es una región geográficamente atropellada, infestada de cultivos de droga y donde el índice delictivo es más alto. El arsenal que entra al país y luego al estado tiene dos destinos: compraventa y dotación del crimen organizado.

La proliferación y el florecimiento de actividades ilícitas como el tráfico de armas no son privativos de Chiapas, aunque sea ésta una de las entidades con mayor ocurrencia por la cercanía con los países centroamericanos, principalmente con Guatemala. De hecho, en el ámbito nacional se observa que después del narcotráfico y el robo de automóviles, la venta ilegal de armas es una de las actividades más redituables del crimen organizado.

Cifras conservadoras de corporaciones policiacas que operan en Chiapas informan que a México ingresan ilegalmente cada año 130 mil armas que van desde pistolas y rifles hasta ametralladoras, así como casi 2 mil millones de cartuchos que tienen como su principal destino las grandes ciudades y las principales entidades productoras de droga.

El ingreso de enervantes en Chiapas conlleva de manera natural el tráfico de armas, lo que provoca que los aseguramientos estén vinculados generalmente a delitos contra la salud. La región chiapaneca con mayor incidencia criminológica con arma de fuego es Ciudad Hidalgo, el último municipio antes de llegar a Guatemala, en donde generalmente se reportan a diario asesinatos o lesionados con armas de fuego o con granadas de fragmentación.

Cabe señalar que la región fronteriza chiapaneca es conocida como zona de narcos, por concentrarse ahí el mayor ingreso de enervantes centro y sudamericanos, lo mismo que las residencias de algunos delincuentes.

Pero mientras los grupos criminales se arman, el gobierno del estado se ve imposibilitado de solicitar a la Secretaría de la Defensa Nacional la autorización para dotar de nuevo armamento a sus cuerpos policiacos, debido a armaschiapas que ésta no se puede otorgar en tanto no exista un inventario sobre el número de armas oficiales existentes en la entidad, indicaron el secretario de Seguridad Pública en el estado, Mauricio Gándara Gallardo, así como el subsecretario de gobierno, Gabriel Gutiérrez Avila.

Consideraron en señalar que es necesario que los servicios de inteligencia de la Federación intervengan para detectar el origen del tráfico de armas, no sólo en Chiapas, sino en toda la República, ya que ésta acción pone en peligro la soberanía nacional, además de ser un detonante contra la estabilidad del estado.

Contrabando hormiga

Buena parte de las armas introducidas de contrabando podrían tener su origen en los diversos almacenes que expenden armas en la vecina Guatemala, cuya Constitución permite el uso y portación de armas de fuego.

Las rutas para traer armas desde Guatemala es muy variada. Puede ser por tierra, aire o mar, cuando se trata de fuertes cargamentos.

Sin embargo, el más común es el contrabando hormiga. Las armas se introducen a México una por una o hasta en partes, cuando se trata de un artefacto voluminoso, como el cuerno de chivo, y a través de las balsas que pululan en el río Suchiate, que divide las dos fronteras.

Los almacenes de armas en Chiapas se ocultan hasta en casas de personas no ligadas con actividades ilícitas, pero que se usan para defensa personal ante los altos índices delictivos. Su acopio se ha detectado en diversas comunidades y zonas rurales.

La policía municipal de Tapachula aseguró el año pasado un fuerte cargamento de armas largas y sistemas de radio comunicación, así como sofisticado equipo satelital con visión nocturna, el cual de acuerdo al titular de la corporación, José Luis Pinot Villagrán, pertenecía a un grupo de narcos que preparaban el ingreso de un fuerte cargamento de droga.

Efectivos de la Policía Judicial Federal (PJF) han implementado recientemente cateos en ranchos de los municipios de Cacahoatán y Tapachula, donde presumiblemente se esconden armas y drogas, provenientes de Centro y Sudamérica. No se encontró nada, y la comandancia de la PJF comentó que "la orden de cateo se solicitó desde diez días atrás y hasta ahora la otorga el juez correspondiente, con lo que da oportunidad de que los responsables de este ilícito tráfico limpien sus escondites".

En los diversos municipios de la costa y frontera las policías locales aseguran diariamente a personas en posesión de armas. No obstante, se les consigna únicamente por posesión de arma de fuego de uso exclusivo del Ejército, al no podérseles comprobar que son parte de alguna banda delictiva o de narcotraficantes.

La ruta para traer armamento desde la frontera hasta el interior de Chiapas es muy variada.

Por agua, afirma Pancho, los traficantes salen con cargamentos de Puerto Cocos, Guatemala, y llegan a la costa de Chiapas en Puerto Madero. "En lanchas rápidas se meten a mar abierto, entran y luego lo que hacen es estar cazando a los guardacostas para saber en qué momento poder entrar a playas que están solas.

"Entre Puerto Madero y el resto de los municipios hay varios kilómetros de costa que no está habitada ni vigilada, y que en la oscuridad de la noche se prestan para rastrear a los elementos de la Armada y saber en qué momento poder bajar el cargamento, luego lo transportan en vehículos al interior del territorio nacional. La lancha se regresa, pero en plan turístico".

Por aire el tráfico se puede realizar mediante helicópteros con capacidad de volar tan bajo que los radares no los perciben.

Por tierra se practica el contrabando hormiga. Las armas entran escondidas en bolsas y cajas de mercancía diversa y atraviesan el río Suchiate en balsas, con acuerdo tácito de lancheros que "en muchas ocasiones fueron los que iniciaron el enganche entre vendedor y comprador y se llevan una buena comisión", aseguró Pancho, reconocido traficante de armas que añadió: "no existe ningún problema con los cuerpos policiacos, siempre y cuando nos pongamos a mano".

Las rutas de ingreso

La VII Región Militar y la PGR dieron a conocer las rutas que sigue el narcotráfico en la entidad, y las regiones indígenas chiapanecas donde más se cultivan estupefacientes.

En un documento que presentaron los coroneles Lorenzo Cano Jiménez y Juan Manuel Angulo, así como Miguel Ortiz Lerma, delegado estatal de la PGR, durante un foro sobre el combate al narcotráfico y delincuencia organizada celebrado en Tapachula, afirmaron que la marginación y extrema pobreza en que viven la mayoría de los habitantes de la entidad influyen en crear una "cultura del narcotráfico".

Añadieron que se descubrieron las rutas que el narcotráfico sigue en Chiapas y las condiciones que favorecen esta actividad, a partir de operativos implementados desde 1997 en cinco áreas de "sellamiento" en Villa Hermosa, Los Ríos, Comitán, Sur y Central.

En el análisis de la VII Región Militar se establece que la colindancia de Chiapas con Guatemala, y la deficiente vigilancia por parte de autoridades migratorias, facilitan el tránsito de indocumentados que a falta de otra fuente de empleo, se contratan con narcotraficantes para trasladar drogas.

De acuerdo con los coroneles, enervantes producidos en el extranjero llegan "al centro del país mediante el tráfico denominado hormiga, utilizando rutas aéreas, marítimas y terrestres". Indicaron que "en los dos últimos años gran parte de la droga proveniente de Centroamérica es 'bombardeada' desde aeronaves (en lugares fronterizos) y luego trasladada por otros medios".

El escrito señala que también se usan rutas marítimas que salen de Guatemala y siguen las costas mexicanas incluso hasta la península de Baja California.

"El área de Tapachula y Ciudad Hidalgo son considerados puntos estratégicos; también los puertos de Ochos y San Tomás hasta el Río Suchiate, de donde se lleva a Cacahoatán y Unión Juárez; o bien hacia Puerto Madero y las barras San José y San Simón hasta Pijijiapan", acota el documento.

Igualmente, señala: "Por tierra el contrabando 'hormiga' se da mediante tres formas: se ingresa a través de los puentes fronterizos; por el Río Suchiate con los balseros; o bien por brechas". Además de las rutas arriba descritas, el Ejército Mexicano detectó áreas de siembra de estupefacientes en Los Altos de Chiapas, particularmente en los municipios de Pueblo Nuevo Solistaucán, Rincón Chamula, Rayón, Chalchiuitán, Larráinzar y Chenalhó.

Se indicó que persiste una situación similar en la zona de Las Cañadas, en los municipios de Las Margaritas, Altamirano y Chanal, lo mismo que en Los Chimalapas, que comprende el noroeste de Cintalapa.

De igual forma, los funcionarios advirtieron que "el mando supremo de las fuerzas armadas ha ordenado el empleo de las fuerzas militares en operaciones contra el narcotráfico" para evitar "una simbiosis entre los grupos de inconformes, algunos de ellos armados" que existen en la entidad, y narcotraficantes

Relacionado íntimamente con la proliferación de la producción de enervantes, el tráfico de armas coloca a Chiapas entre las cinco entidades del país con mayor número de decomisos, lo que no ha impedido que esta actividad sea económicamente redituable. Además, el tráfico de armas propicia que en promedio, diariamente ocurran en territorio chiapaneco tres delitos cometidos con arma de fuego, que generalmente no tienen seguimiento, ya sea por la falta de interés de las dependencias involucradas, o debido a la burocracia propia de esas instituciones.

El número de delitos cometidos con arma de fuego, lejos de disminuir tiende a aumentar en la entidad, lo que propicia que tan solo en los dos primeros meses del 2001 la prensa local haya reportado más de 50 delitos efectuados con éste tipo de arma.

Los principales impulsores de la compraventa ilícita de armamento son los narcotraficantes, quienes obtienen precios especiales por el volumen y lo sofisticado de los mismos, pues se estima que los presuntos delincuentes que se dedican al comercio de droga, están mejor armados que las autoridades policiacas y el propio Ejército Mexicano.

En el mercado negro, las pistolas calibres .38, .25, rifles como el AK-47 y las escopetas calibre .12, son las que mayor demanda tienen, y esto se observa en el grado de incidencia de las mismas al cometer delitos.