Ť Charla casi íntima del compositor con pocos periodistas para ''mirarlos a la cara''
Las democracias de AL deben asumir que sus resultados decepcionan a los ciudadanos: Serrat
Ť El franquismo no ha muerto, pues la derecha recupera parte del poder perdido, indica
Ť ''Creo en el escritor solidario, que transmite lo aprendido a otros, como Saramago''
MONICA MATEOS-VEGA
Joan Manuel Serrat asegura que sobrevivió la oscuridad del franquismo español iluminado por dos faros: la ternura de sus padres y la radio que ''era la ventana abierta a la luz, al perfume, a la esperanza, a la ilusión". Eran los años cuarenta en una España ''oscura, fría, de miedo; la época de una posguerra muy larga en cuanto a persecución, hambre, cárceles y fusilamientos".
En una reunión casi íntima (Serrat pidió que no se hiciera conferencia de prensa para anunciar la aparición de su libro Cancionero, editado por Aguilar, sino que se convocara a pocos periodistas, para charlar mirándolos a los ojos) el compositor catalán advirtió que no ha muerto el franquismo en su país, donde ''la derecha ha vuelto a recuperar parte del poder perdido. Tengo serias dudas acerca de la desaparición del franquismo pues, como dijo el Señor, por sus obras los conoceréis".
El autor de La fiesta señaló que ''en estos momentos cuesta más incorporar la transición a la vida cotidiana. Estamos viviendo una época descafeinada, light, diluida, en donde los intelectuales tienen que bregar muy seriamente para rescatar de la mediocridad cotidiana la parte sustancial del ser humano".
No obstante, apuntó, ''es curioso cómo la represión de un Estado fascista es capaz de enriquecer a las personas", pues ''literariamente España ha sido un país muy creativo en épocas difíciles. En la poesía, por ejemplo, la generación de los cincuenta es brillantísima y se trata de una obra que nace en el franquismo puro y duro.
''Se puede reprimir todo lo que se quiera, pero no se puede impedir que la gente siga pensando y combatiendo. Hubo una España que no dejó de pelear en 50 años, no lo olvidemos."
Consideró que en México ''ha habido un progreso en cuanto a la actitud del ciudadano con respecto a la política. Es decir, los ciudadanos sí saben que la política es cosa de ellos y no algo que viene impuesto por una casta o por un grupo determinado, y saben que en sus manos está la posibilidad de elección. Pero otra cosa es el resultado, ya que las democracias en América Latina tienen que enfrentar valientemente el hecho de que sus resultados están decepcionando a los ciudadanos. La gente no vive mejor.
''Las personas están angustiadas en el aspecto económico; socialmente se sienten perseguidas, inseguras y temerosas del futuro. Si la democracia no resuelve estos problemas, el ciudadano no va a creer que la democracia es el menos malo de los sistemas políticos de convivencia y buscará otras opciones."
Con Franco, la España monocultural
Serrat añadió que si tuviera que elegir a un escritor ''probablemente me quedaría con José Saramago", porque ''creo en el escritor solidario, compañero, en el que sabe que es capaz de escribir porque los otros le enseñaron y será capaz de transmitir esto a otros".
Acerca de sus 35 años de vida profesional consideró que cada quien lo relaciona con una época determinada ''bajo un prisma tremendamente subjetivo, pues el público asimila las canciones de acuerdo a sus experiencias, no a las del autor.
''Cada uno añade a sus recuerdos las canciones como quiere, a la medida, las arregla a su forma, se las ajusta bien y así organiza sus historias. En general, canto para un auditorio que me entiende perfectamente."
En la memoria de Joan Manuel Serrat habitan, luminosos, los recuerdos de su abuela paterna comprándole cancioneros en lugar de helados, los ruidos de la calle, los olores y sus primeros días como lector ''tardío" pero empecinado en la poesía (a los 19 años se inició en la lectura constante de libros).
Aquel tiempo, rememora el cantante, ''sonaba a jingles de radio, de campanitas de iglesia, a voces callejeras como la corneta del basurero, o la del vendedor de las paginitas donde venían impresos los resultados del futbol. Y había olores, hoy desaparecidos, como el de las castañas asadas, el del desinfectante de las esquinas, el incienso, y esta mezcla tremenda que había en los lotes baldíos de hierba y basura que se pudre.
''La música me llegó por la radio y la palabra por los cancioneros que se vendían en la calle, que costaban una peseta y eran apenas unas cuantas cuartillas, es decir, una página grande doblada en ocho partes.''
Recuerda también cuando se le prohibió cantar en catalán en un festival organizado por la televisión donde representaría a España y debía cantar en español, ''luego de eso me vetaron en televisión, mis discos no existían en el mercado. Es una historia burda porque los totalitarismos no sólo son terribles en sus actos, sino burdos, no tienen ninguna capacidad para hacer girar las circunstancias a su favor.
''La España monocultural que Franco impuso, con el evidente desprecio del resto de las nacionalidades españolas le llevaron a no ver más allá de reprimir cualquier acto. Aquello fue un error político muy grave del régimen, si me hubieran dejado cantar en catalán ellos se habrían apuntado un tanto a nivel internacional muy fuerte con un acto que no tenía ninguna trascendencia en la reafirmación de las culturas reprimidas por el Estado español.
''Pero no, fueron tremendamente brutos, hasta le pusieron cinta adhesiva a mis discos, ¡miren hasta dónde llega la maldad!: para que no se tocaran los discos, no bastaba con la prohibición, sino que les pusieron cinta adhesiva de modo que al quitarla dañara los surcos. Hasta ahí llegaba su creatividad".
El amor, siempre el amor
Pero los ''años tenebrosos" se han aplacado y ahora, si no existieran quienes valoran con profundidad la letra de las canciones, explica Serrat, ''sería imposible entender cómo ha sobrevivido la llamada canción de autor en un mercado que no la favorece en absoluto".
Desde que empezó a escribir canciones y hasta la fecha, cada vez que Serrat toma un lápiz y una guitarra para crear, vuelve a los mismos elementos.
''El amor, en primer lugar, en segundo y en tercero. El amor en general. Luego, la calle, en la que vivo ahora, en la que me crié de pequeño. Luego, el amor de los padres, de la que surge una relación muy generosa". Y esa música es ahora nuestra ventana de perfume.