SABADO Ť 12 Ť MAYO Ť 2001

Ť La quema de cada Primero de Mayo provoca la burla, el insulto o el desahogo

Con los ''monigotes'' el arte ejerce una función social para conmovernos, señala Félix Reinoso

Ť Desde hace siete años hacen acto de presencia en la Plaza de la Constitución

MONICA SAVAGE ESPECIAL

Desde hace siete años, la gran manifestación por el Día del Trabajo en el Zócalo se distingue por la presencia de ''monigotes'' de cuatro metros de altura hechos con papel, cartón y madera, que por regla general representan a un miembro de la política ridiculizado a tal punto que provoca burla, insulto y desahogo de los trabajadores y obreros asistentes a esta celebración.

La quema cada Primero de Mayo en la gran Plaza de la Constitución de un Carlos Salinas hecho de cartón y recientemente el chamuscamiento del secretario del Trabajo, Carlos María Abascal, y el presidente Vicente Fox, han captado la atención, incluso, de diarios como The New York Times.

De hecho, los monigotes con la imagen de Abascal y Fox salieron en casi todas las cadenas de televisión, fueron comentados por los noticiarios de las radiodifusoras nacionales y aparecieron en las portadas de la mayoría de los diarios, el 2 de mayo.

Félix Reinoso Corona, secretario de Organización de la sección 33 del Sindicato de la Sedesol y participante en la elaboración de estos ''monigotes'' explicó que el fin de esta expresión es resaltar, denunciar y repudiar los errores que comete el gobierno. Este año, prosiguió, se eligió a Abascal por las brutalidades que ha dicho acerca de la mujer y por la censura del libro Aura, de Carlos Fuentes.

Reinoso Corona recordó que para hacer el muñeco con la representación de Abascal, utilizaron la cara de una piñata de payaso, que les sirvió de base para afinar posteriormente los detalles de su rostro. En cuanto al muñeco que caracterizó a Fox, se decidió hacer un cerebro muy pequeño, con un cuerpo y unas botas muy grandotas, ''para marcar las diferencias''.

Expresiones plástica, ¿dentro del arte?

De acuerdo con Reinoso Corona, las personas se desahogan frente a los ''monigotes'', les grita, los insulta y hasta les pega. Comentó que en una ocasión, a un compañero de su sindicato se le ocurrió disfrazarse de Salinas y ''una señora lo agarró con el paraguas''.

Pero, ¿hasta dónde incursiona esta expresión plástica dentro de lo artístico? ¿Es acaso arte? Fermín Castañeda, comisionado del sindicato, egresado de La Esmeralda y creador de los primeros ''monigotes'' consideró que en la actualidad los artistas encasillan al arte como una manifestación abstracta e idealista; pero con estos ''monigotes'' el arte ejerce una función social, al conmover a la gente y generar el aplauso, aceptación o vitoreo.

-¿Qué tan serio puede tomarse a esto como una expresión artística?

-Según la capacidad de quien lo mira; si lo ve un burgués, seguro dirá --¡qué horrible es!--, pero si lo ve una persona a la cual puede conmover, cumplió su trabajo artístico y no es necesario que (al ''monigote'') lo metan a un museo para que lo vean, eso es fetichismo.

-¿Cuál es la reacción de estos ''monigotes'' con el pueblo?

-Cuando se queman, se juntan muchas personas y en ese momento hay aplausos, satisfacción, gritos; eso nos motiva e impulsa a seguir haciéndolo aún más, porque la gente expresa lo que no puede hacer de manera real, es decir, lo que no puede decir de manera directa al político.

-¿Por qué crees que han tenido éxito los ''monigotes''?

-Porque los que participan en las manifestaciones, gente del pueblo, son los que han sido ofendidos y lastimados por las políticas públicas. Los que no aplauden son fácilmente identificados: son de dinero, pequeños burgueses o a lo mejor se ríen, pero no pueden entender, sentir o aplaudir como los que somos del estrato de abajo, donde el padecimiento es homogéneo.