SABADO Ť 12 Ť MAYO Ť 2001

Ť El veracruzano de 62 años es el máximo ganador de la liga, con 334 victorias

Regresa Ramón Arano, una leyenda del beisbol

Ť Con el Aguila, al lado de su hijo Eloy, enfrentará a su sobrino Willy, de los Tecolotes

JOSE GARDUÑO GOMEZ

Este sábado 12 de mayo, en el puerto jarocho cuando se enfrenten los Tecolotes de los Dos Laredos a los Rojos del Aguila de Veracruz, está programado el retorno de uno de los grandes del beisbol mexicano: Ramón Arano Bravo, el hombre récord del pitcheo de la Liga Mexicana, quien al igual que el desaparecido Superman de Chihuahua, Héctor Espino, lo fue en lo que se refiere al bateo.

Como Espino, Arano Bravo en muchas ocasiones fue tentado por el color del billete verde para emigrar a varios equipos de Estados Unidos, pero el llamado Tres Patines prefirió quedarse en México.

Lógico, al igual que Espino en el bateo, Ramón Arano llenó de marcas el pitcheo de la Liga Mexicana. Y una de esas es nada menos que la de máximo ganador de todos los tiempos, con 334 triunfos.

Arano Bravo trabaja actualmente con las fuerzas básicas del legendario equipo porteño. En su carrera ha lanzado 4 mil 467 entradas, ponchado a dos mil 380 enemigos y tiene 57 blanqueadas. Pero este sábado acrecentará otra y muchas marcas más.

Luego de anunciar su retiro y tomarse un descanso de nueve años, digámoslo así, el jugador reapareció de repente en la campaña de 1998; en esa ocasión lanzó cinco entradas y blanqueó a los Piratas de Campeche. Se presentaba así en su temporada 31 y mostró que todavía tenía brazo para lanzar.

Entonces, Pedro Treto Cisneros, presidente de la Liga Mexicana, junto con los demás directivos del circuito puso un alto al lanzador veracruzano.

Adujo que no había seriedad, pues cómo un pelotero de edad avanzada como Arano, y ya considerado entre los inmortales del beisbol, se enfrentaba a jovencitos que apenas iniciaban su carrera; muchos de ellos ni siquiera habían sabido de sus hazañas como pitcher.

Ramón pidió que se le diera la oportunidad de seguir lanzando, toda vez que estaba en forma y aunque no con la velocidad de su juventud, sí con toda la magia, la sapiencia de tantos y tantos años de su vasta experiencia adquirida, luego de vestir las franelas de varios equipos.

Recordamos que el famoso Tres Patines pidió que se le diera oportunidad de despedirse lanzando en cada una de las diferentes plazas de la Liga Mexicana, cuando menos un juego, en virtud de que estaba y se sentía en condiciones de hacerlo bien.

Ramón les recalcó que su regreso al beisbol como pelotero activo no era de ninguna manera por falta de dinero, sino por el deseo de jugar, de enseñar y mostrar a los jóvenes que llevando una vida sana se puede seguir en el deporte y como él, solo para divertirse, pues al fin y al cabo el beisbol, como casi todos los deportes, no es otra cosa más que un juego, una diversión.

Sin embargo, se enfrentó a la rotunda negativa del entonces titular del circuito, Treto Cisneros y otros directivos.

Por eso Ramón continuó en la Liga Mexicana ya como coach de pitcheo o como mánager, pero ahora, el hombre que también tuvo una de sus máximas glorias en 1968, cuando en el Parque del Seguro Social se encaró a los Yanquis de Nueva York con toda su pleyade de estrellas, inclusive hizo abanicar la brisa al gran Mickey Mantle.

Ahora ha logrado convencer a los actuales dirigentes del circuito y reaparecerá en la que sería su temporada 32.

Así, hoy cuando trepe a la lomita del Parque Deportivo Universitario Beto Avila, habrá incrementado sus múltiples registros, como el de más juegos jugados, más entradas lanzadas, etc., etc., lo que lo convertiría en el primer profesional mexicano con actividad en seis décadas, ya que el nacido el 31 de agosto de 1939, en Cosamaloapan, Veracruz, debutó en el circuito con los Petroleros de Poza Rica, en 1959.

El famoso Tres Patines estará en el Line-up al lado de su hijo Eloy, quien cubre el jardín central y enfrentará a su sobrino Willy Arano Mikovich, que juega con la novena fronteriza, los Tecolotes.

Bienvenido, pues, un jugador ejemplar.