Nicolás Redondo, candidato a lehendakari del PSE
ETA, el problema más grave para la democracia
en el País Vasco
ARMANDO G. TEJEDA ENVIADO
Bilbao, 8 de mayo. Nicolás Redondo, candidato del Partido Socialista de Euskadi en los comicios del próximo domingo en el País Vasco, considera que ante la situación de permanente amenaza de acciones violentas de ETA, la sociedad vasca tiene que "votar por encima de las siglas", pues lo que es "urgente" es provocar un cambio de gobierno que dote de "garantías" y "libertad" a las miles de personas que tienen como sombra a uno o a varios escoltas.
El dirigente socialista fue uno de los responsables de negociar y firmar un pacto contra ETA con el Partido Popular (derecha, en el gobierno), la antesala de una futura alianza de gobierno en el País Vasco si los resultados electorales son favorables al llamado bloque "constitucionalista".
Redondo dice ser el "único" candidato ca-paz de "lograr la unidad y el diálogo" entre los partidos "democráticos", bloque del que excluye a Euskal Herritarrok (marca electoral de Herri Batasuna, considerado brazo político de ETA), que congrega a 15 por ciento de la sociedad vasca.
Agrega que "el Partido Socialista de Euskadi tiene la experiencia de haber estado tanto en el gobierno como en la oposición. Nuestra participación y nuestro papel, tanto en la elaboración de la Constitución democrática y en el Estatuto de Autonomía de Gernika, nuestra gestión posterior desde el gobierno vasco de coalición para alcanzar acuerdos sociales básicos como en educación, cuyo protagonismo recayó en consejeros socialistas como Ramón Rekalde y Fernando Buesa, uno asesinado por ETA y otro que sobrevivió milagrosamente al in-tento, y nuestro protagonismo en la unidad democrática plasmado en el Pacto de Ajuria Enea, son un crédito que conforma un ta-lante y unas y posibilidades de afinamiento político que no tienen los demás".
La unidad democrática es posible, deseable y el mejor soporte para la defensa de la libertad y la democracia, señaló Redondo Terreros a La Jornada, después de un acto en el que intelectuales y artistas vascos y españoles le manifestaron su apoyo.
En un manifiesto leído por el novelista Antonio Muñoz Molina, los intelectuales resaltaron que "urge un cambio político en el País Vasco y el único cambio posible es que el nacionalismo pierda el poder y sea relevado en la dirección política del país".
Recuperar libertades, la meta
Redondo, cuyo partido que en el mejor de los casos obtendría 14 o 15 escaños el próximo domingo, se muestra, sin embargo, op-timista en que la alianza Partido Popular-Partido Socialista Obrero Español lo-grará desalojar del poder a los moderados del Partido Nacionalista Vasco, que gobiernan la región desde hace 20 años.
"La tarea principal será la recuperación de las libertades y la eliminación de ETA y el terrorismo, la defensa de la democracia y el autogobierno, basado en las reglas que lo amparan que son la Constitución y el estatuto", enfatiza el aspirante socialista.
Ante la inquietud natural que despierta un gobierno formado por partidos por naturaleza antagónicos y en teoría acérrimos rivales en el resto de España, Redondo explicó que esta fórmula ya funciona en algunos pueblos de la provincia de Alava y que "la ciudadanía ha sentido más comodidad y tranquilidad" que con un gobierno nacionalista vasco.
Redondo destaca como virtudes de este eventual gobierno que "asumiremos toda la potencialidad del estado de derecho para la tarea de la recuperación de las libertades, normalizaremos el marco institucional tan deteriorado por la gestión de un gobierno nacionalista que se apoyó en el pacto con los terroristas y que se preocupó más en cómo rentabilizar la existencia de ese terrorismo que en procurar su eliminación".
El dirigente socialista destacó reiteradamente la forma de vida a la que, sostuvo, miles de personas se ven orilladas a llevar por la amenaza latente del grupo separatista armado vasco.
Cita como ejemplo los más de 2 mil concejales populares y socialistas que llevan de forma permanente un guardaespaldas, o de los intelectuales y profesores de universidad que han tenido que "exiliarse, como lo hicieron otros muchos vascos con (el ex dictador Francisco) Franco".
Redondo establece tres ejes para que desde "un gobierno constitucionalista" se "erradique" a ETA: "la persecución policial y las acciones de la justicia, el aislamiento político del fascismo de Herri Batasuna que los apoya y la unidad democrática".
Sin embargo, esta nueva mesa de diálogo tiene un camino escabroso, máxime cuando los nacionalistas vascos y el Ejecutivo es-pañol, del conservador José María Aznar, mantienen prácticamente rotas las relaciones desde hace dos años.
A este respecto, Redondo consideró que "la brecha que divide a la sociedad vasca la abrió el nacionalismo al romper la concertación democrática que aglutinaba a casi 90 por ciento de los vascos para hacer el frente nacionalista de Estella (Lizarra-Garasi), cuyo compromiso era aislar a las fuerzas democráticas constitucionalistas".
El líder socialista considera que para que llegue la paz es imprescindible que "ETA desaparezca, porque aquí no hay ninguna guerra pues ellos son los únicos que ma-tan", y pidió a los exiliados vascos y españoles en México que se "solidaricen con los demócratas vascos, reconociendo que aquí no hay ningún déficit democrático en las instituciones representativas".
Señaló por último "que no hay un contencioso España-Euskadi. Que el único problema grave que ha generado más asesinatos, más exiliados y más miedo en el País Vasco en democracia, más que los que generó el franquismo, una vez pasados los primeros años de la guerra civil, ha sido la existencia de una organización de ideología fascista y de acción terrorista que es ETA".