JUEVES Ť 10 Ť MAYO Ť 2001

Ť En un bienio se incrementó el número de accidentes provocados por estas unidades

Rebasó su vida útil 95% del parque de microbuses: informe de la Setravi

Ť Atribuible al estado físico de estos vehículos, 70% de los incidentes viales en que participan

SUSANA GONZALEZ

A dos décadas de que comenzaron a ser utilizados como transporte público en el Distrito Federal, casi 95 por ciento de los aproximadamente 28 mil microbuses y combis de las 109 rutas que operan actualmente ha sobrepasado su vida útil y en promedio tres unidades por día se ven involucradas en accidentes de vialidad, de acuerdo con información de las secretarías de Transporte (Setravi) y la de Seguridad Pública (SSP).

Sólo el año pasado, mil 82 microbuses del Distrito Federal se vieron involucrados en 11.5 por ciento de los 9 mil 426 accidentes ocurridos en la ciudad, entre choques, atropellados, volcaduras o caídas de pasajeros. Las estadísticas de la Dirección General de Control de Tránsito de la SSP precisan que el número de accidentes ocurridos en la capital se incrementó de manera general 10.3 por ciento de 1999 al año 2000, pero en el caso específico de los microbuses el aumento fue de 12 por ciento en el mismo periodo de tiempo pues pasó de 972 peseras accidentadas hace un bienio a mil 82 casos el año pasado.

Estadísticas de sangre

En lo que toca al primer trimestre del 2001, se contabilizaron 88 accidentes de microbuses y taxis que provocaron la muerte de tres personas y heridas en 134 pasajeros. Quizá el accidente más grave ocurrido en lo que va del año fue el de San Miguel Teotongo, delegación Iztapalapa, en donde 38 personas quedaron lesionadas.

Ha habido semanas en que todos los días ocurre un accidente de graves consecuencias entre los microbuseros, lo mismo en avenidas importantes que en callejuelas de colonias populares o incluso en paraderos del Metro, como ocurrió a principios de noviembre de 2000 cuando en cuatro percances distintos hubo 35 heridos y murió un niño de nueve años en el paradero del metro Taxqueña cuando pretendía cruzar el lugar acompañado de su hermana de 11 años.

La frecuencia con la que ocurren los accidentes de este tipo de transporte público ameritó que la primera recomendación emitida por la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal en este año fuera enviada a la Setravi a fin de que fijara controles eficaces, suficientes y permanentes para garantizar los derechos de los usuarios de microbuses y aplicara con prontitud sanciones a los concesionarios. Sin embargo, en la administración actual la Setravi ha revocado únicamente 32 concesiones a igual número de microbuses, que no rutas.

Unidades deterioradas

De acuerdo con las autoridades del Transporte, 70 por ciento de los accidentes en los que están involucrados los microbuses es atribuible al estado físico de las unidades y 95 por ciento de las unidades son obsoletas.

Pero para la renovación de todos los taxis y microbuses viejos que circulan en la ciudad de México se requeriría una inversión de 2 mil millones de dólares, según declaró el mes pasado Adrián Fernández Bremauntz, director de Gestión Ambiental del Instituto Nacional de Ecología, lo que contribuiría además a reducir los índices de contaminación registrados en esta urbe. Sin embargo, el gobierno capitalino solo considera otorgar un fondo de 80 millones de pesos para la renovación de mil 800 unidades, aquellas que son modelos anteriores a 1990.

Los micros en la red

Los microbuses ya hasta tienen un lugar en una página de internet conocida como www.nacos.com.mx, donde son definidos como "pesebre del camino (a veces pecerdo) donde usualmente meten tantas personas como sea posible. Suelen hacer parada donde se les da la gana sin importar cuantos autos haya detrás (usualmente cientos) ...Los ciudadanos (víctimas) que no tienen otra opción para transportarse, van practicando algo nacos así como patinaje sobre pasillos, salto con velocidad (al subir o bajar de angelito) y por supuesto defensa personal cuando hay un atraco."

La página tiene incluso un espacio para quienes deseen compartir lo que han padecido a bordo de los micros, como Sergio López, quien relata un viaje a través "de la ruda" delegación Gustavo A. Madero.

"Nuestro operador hacía gala de sus habilidades pasando del primero al cuarto carril para ganar ese lapso de tiempo que distingue a los triunfadores de las carreras profesionales de los simples conductores. Usaba continuamente su claxon como advertencia y si no era escuchado pasaba de la palabra a la acción: un rebase y un cerrón. Y nosotros, los pasajeros, luchábamos con todas nuestras fuerzas para mantener mediante fuerza centrípeta nuestro cuerpo adherido al microbús y no salir disparados. Los topes eran mortales, pues el conductor creía que no eran para disminuir la velocidad sino para aumentarla, usándolos a modo de rampa. Las personas que hacían parada tenían aproximadamente 1.5 segundos para bajar, como si en lugar de gente el chofer fuera dejando peligrosos explosivos. Cuando llegábamos a la anhelada base, comprendí lo que pasaba cuando otro chofer subió a nuestro micro y le dijo al conductor extendiéndole un billete 'ni modo mai, ora si me chingaste' ".

 

SUSANA GONZALEZ G.