MARTES Ť 8 Ť MAYO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
MARTHA SAHAGUN manifestó ayer la disposición del gobierno federal a hacer las modificaciones que sean necesarias a la controvertida propuesta de reforma fiscal que tantas críticas ha recibido. Salvo que fuese una declaración que luego rebatiera su jefe --como sucedió semanas atrás, cuando censuró los mexicanismos del canciller Castañeda-- la postura oficial expresada por la vocera presidencial parecería fortalecer la tesis que sostienen algunos miembros del círculo íntimo, de que el presidente Fox sabe escuchar y corregir a tiempo.
NO SERIAN, sin embargo, sólo esas prendas de virtud personal las que estarían moviendo al Presidente a enmienda, sino la aún peor circunstancia de que, en poquísimo tiempo, y con una velocidad notable, se está quedando políticamente solo el hombre que encarnó la esperanza mayoritaria de los mexicanos que votaron el 2 de julio del año pasado.
ESE AISLAMIENTO político en que ni siquiera su propio partido le ayuda --sino que le pone trampas, o al menos eso hacen panistas destacados, como el revanchista Diego-- tiene ahora dos agregados igualmente peligrosos: el desencanto social, que está provocando reacciones de despecho a veces escandalosas, y la sombra de la crisis mayor que en México podría desatar la desaceleración económica estadunidense.
FRENTE A ESE cuadro de descomposturas, el presidente Fox no parece tener aliados ni proyectos, salvo el recurso desesperado de asirse a los pliegues del pantalón a rayas del vecino poderoso. La reforma fiscal no avanza, y la esperanza de paz en Chiapas no reaparece en el horizonte. Mientras tanto, la economía languidece, los recursos captados son menores y los gastos son altos. Y la deuda heredada del zedillismo es mayor a lo que se suponía.
EN LA COLUMNA Changarro.com, que este tecleador a destajo escribe en la revista Vértigo --dirigida por Julio Derbez del Pino--, se señala esta semana que al presidente Fox no pareciera quedarle ni siquiera el recurso de echar mano de las tres famosas cartas que en el presidencialismo priísta se decía dejaba el mandatario saliente al entrante. "Echale la culpa al antecesor", era el primer mensaje, pero Fox, a pesar de indagaciones en busca de corruptelas como las anunciadas ayer en La Jornada por Juan Manuel Venegas, no parece estar dispuesto a morder la mano de quien le abrió el camino al poder. La segunda treta sería hacer cambios en el gabinete, pero es tanto el desgaste de los principales funcionarios foxistas --sobre todo de Castañeda y Abascal-- que difícilmente resultaría conmocionante el anuncio de remociones, cuando visto está que los jugadores meten autogoles intencionales o desarrollan sus propios planes en lugar de los que habría ordenado el entrenador con botas. Y para abrir la última carta parecería faltar mucho, pues en ella lo que se recomienda es ir redactando sus tres mensajes para el relevo.
EN ESE CUADRO de dificultades, el presidente Fox tiene buena oportunidad de recomponer cuando menos algunos de los puntos más polémicos de su gestión, en especial su cruda propuesta de incrementos recaudatorios. Protestas ruidosas como la del 1o. de mayo (a la que le llevó cual cordero el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, entretenido más en atender las lecturas escolares de sus hijos que en pulsar con atingencia los actos a los que conduce a su jefe político) o aisladas, pero llamativas, como las de las mujeres de Puebla, erosionan la figura de un presidente cuyo mayor capital pareciera ser la popularidad.
POCO TIEMPO de gracia parece quedarle al presidente Fox en ese escenario agitado. Para su fortuna, sus opositores políticos todavía no alcanzan a leer con precisión las nuevas letras con las que la nación escribe su historia.
LOS PERREDISTAS siguen embebidos en el culto a sus cuitas y rencillas internas, solazándose con los resultados de sus congresos autistas y despedazándose en público a cuenta de sus mayores o menores traiciones. Los chuchos son malos por haber votado a favor del proyecto indígena urdido por Fernández de Cevallos y Bartlett, pero Lázaro Cárdenas Batel es bueno porque lloró lágrimas declarativas de cocodrilo y porque puede ser el próximo gobernador del feudo familiar. Hoy, una parte del PRD usa los argumentos del oportunismo, la infiltración gobiernista y la falta de convicciones para dañar a la otra, como si no fuesen, esos, signos constantes en la conformación de las bancadas legislativas y en las escaramuzas electorales estatales en que la franquicia del sol azteca es malbaratada para que lleguen el poder aquellos a los que luego se combatirá por desviacionistas o traidores.
LOS PRIISTAS están en las mismas, pe-leando por hacerse del crucifijo del ataúd, creyendo encontrar en él un amuleto de resurrección (véase el triste cuadro del nuevo PRI, el PRI que sí habría entendido el cambio: por la secretaría general pretenden competir delamadridistas de museo como Miguel González Avelar, o políticos ligados siempre al recuerdo de sus habilidades en ingeniería electoral, como César Augusto Santiago, o tianguistas de la disidencia, como Rodolfo Echeverría, o embajadores efímeros del hankismo en Costa Rica, como José Castelazo...)
PERO NO apuntemos todavía con tinta las palabras sahagunescas de que el presidente Fox estaría dispuesto a corregir lo que fuese necesario en el asunto del reformón. Falta ver si no es desmentida la versión por el propio Fox, o si no amenaza Paco G. con renunciar a Hacienda si el Presidente no hace las aclaraciones pertinentes...
ASTILLAS:
TRISTE HA sido la experiencia de este pateador de teclas al expresar ayer su lagunera preferencia por los Santos para que ganen el torneo de verano del futbol profesional: hay más americanistas de lo que uno podría suponer y el gobierno debería permitir, y todos ellos exhiben sin pudor su cremoso gusto (es de suponerse que algo se debe hacer: tal vez tengan razón Abascal y Serrano Limón en que es necesario fortalecer los valores espirituales de este país). A pesar de todo, este escribano mantiene su heroica postura y sigue recomendando a los corredores de bolsa que le apuesten al equipo de Torreón...Rodrigo de Oyarzábal objeta la descalificación genérica hecha aquí de las películas en las que ha participado Sasha Montenegro. Efectivamente, habrá hecho churros al por mayor, pero es totalmente rescatable Llámenme Mike, de Alfredo Gurrola, que es una "magnífica pieza cinematográfica", según dice el amable lector... Luego que aquí se escribió una vez más sobre André Manué, Elvira Martínez menciona que, a su juicio, este astillador practica la discriminación al estar dale que dale con las referencias a la forma de hablar del jefe de Gobierno capitalino...A algunos lectores gusta el estilo vacilón que luego invade este espacio. De ello se han recibido varios correos amables. Pero otros seguidores de Astillero advierten contra los riesgos de esa tendencia: "a pesar de ser tan buena su columna, creo que en las últimas ocasiones se ha excedido en sus juegos de palabras y metáforas (...) que deben ser como la cereza del pastel, no todo el pastel", recomienda Ernesto Armendáriz... Por su parte, Ruben Angel Pérez Menéndez advierte: "no se vuelva chistorete", pues "últimamente he notado un cada vez más acentuado y garigoleado tono de ironía", en que "todo el documento se torna sorna, ironía, sarcasmo, metáfora chanflera"...
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