Ť Pasará el cerebro del asalto del siglo últimos días en prisión
Viaja Biggs, acompañado de su hijo, rumbo a Londres
Ť Se cree que el anciano llegará a un hospital carcelario
DPA
El legendario ladrón inglés Ronald Biggs viajó este domingo rumbo a Londres, acompañado de su hijo Mike, el médico brasileño Ricardo Rocha y su amigo Bruce Reynolds, uno de sus cómplices en el asalto al tren postal.
Además viajaron con él dos reporteros del diario sensacionalista británico The Sun, que pagó el costó del avión a Río de Janeiro.
La nave hará una escala de reabastecimiento en la isla de la Sal, en la costa norte de Africa, antes de su llegada a Londres, prevista para la mañana a las 9 horas GMT.
Muchos creen que a Ronald Biggs en realidad le espera, para sus últimos días, una estancia en un hospital carcelario, donde tendrá la atención médica que no puede pagarse en Río de Janeiro.
Es un anciano de cabellos blancos y espalda encorvada, que camina, en forma vacilante, apoyado en un bastón. Después de sufrir tres derrames cerebrales, su habla se ha tornado casi ininteligible y con frecuencia un hilo de saliva se escapa por la comisura de sus labios.
Es lo que ha quedado del famoso ladrón inglés Ronald Biggs, el cerebro del legendario robo del siglo, el asalto al tren postal Glasgow-Londres, que en 1963 rindió a sus autores el equivalente a más de 100 millones de dólares a las cotizaciones actuales.
Biggs, que actualmente tiene 71 años, fue detenido poco después del robo y condenado a 30 años de cárcel, pero después de pasar 15 meses entre rejas logró escapar saltando el muro del presidio con una cuerda hecha con sábanas.
Poco se sabe de sus andanzas, en los primeros años después de su fuga. Estuvo en Australia y, descubierto por Scotland Yard, logró escapar hacia Sudamérica, para desembarcar en Río de Janerio en 1965.
Ante la ausencia de un tratado de extradición de Brasil con el Reino Unido, Biggs se instaló en la "ciudad maravillosa", donde tuvo un hijo con una bailarina de un club nocturno.
El nacimiento del pequeño Mike Biggs impidió que el ladrón pudiera ser expulsado, un trámite diferente del de la extradición. El ladrón dedicó sus años en Río a la crianza de Mike quien, niño aún, se hizo famoso como integrante de un conjunto musical infantil promovido por la red Globo de televisión.
El asaltante se instaló con su hijo en una vieja casona en el bohemio barrio carioca de Santa Teresa y allí vivió durante tres décadas. Ya sin dinero, se ganaba la vida cobrando hasta 2 mil dólares por cada entrevista que concedía a reporteros que lo buscaban.
Convertido en atracción turística en Río de Janeiro, cobraba también hasta 500 dólares por cada foto que se sacaba con turistas de vacaciones en Río.
En 1984, le tocó vivir otra de sus novelescas aventuras. Secuestrado en Río por agentes británicos fue llevado a Jamaica en camino hacia Londres.
Pero la firme acción del gobierno brasileño obligó a los ingleses a devolverlo a Río de Janeiro, adonde llegó de vuelta como un héroe.
Treinta años después de llegar a Río de Janeiro, ya sin dinero y con la salud afectada por los derrames, Biggs ha decidido volver a casa y entregarse a Scotland Yard para terminar sus días tras las rejas.