LUNES Ť 7 Ť MAYO Ť 2001

Ť Está basada en una concepción fascista, dice Michel Marcus, del Forum Europeo

Costosa e ineficaz, la política de cero tolerancia: experto

SUSANA GONZALEZ GUTIERREZ

La política de cero tolerancia ha resultado altamente costosa e ineficaz en el combate a la delincuencia, además de que está basada en una concepción "fascista" ya que parece destinada a sectores sociales pobres o marginados, alertó Michel Marcus, secretario general del Forum Europeo, de donde en diciembre pasado emanó el "Manifiesto de las Ciudades. Seguridad y Democracia" que fue suscrito por autoridades y representantes de 250 ciudades, y cuyas propuestas serán difundidas ahora en el Distrito Federal.

De visita en nuestro país para participar en el encuentro La ciudad segura en contextos democráticos --a realizarse hoy y mañana en el Museo de la Ciudad de México y en el cual participarán alcaldes de varias ciudades mexicanas, latinoamericanas y europeas--, Marcus manifestó que se requieren modificar los actuales sistemas represivos de impartición de justicia porque se ha evidenciado en todo el mundo que han resultado insuficientes para abatir la delincuencia y se ha perdido credibilidad entre la población.

De ahí que, explicó, desde hace una década funcionarios e investigadores del sistema de justicia de países europeos han impulsado diversas propuestas bajo el concepto de que "la seguridad no puede reducirse únicamente a los problemas de criminalidad" y que junto con otros planteamientos está contenido en el citado manifiesto, encaminado a impulsar cambios en todos los ámbitos sociales, desde sanidad y medio ambiente hasta urbanismo y desarrollo sostenible a fin de convertir a las urbes en lugares "acogedores".

Tanto Marcus como Claudia Cristina Laub, quien hasta hace poco fue la coordinadora del Forum a nivel Latinoamérica y que ahora acude a nuestro país como representante de Argentina, explicaron que para resolver el problema de la inseguridad pública debe impulsarse la creación de "las coaliciones permanentes", basadas en un enfoque comunitario y no policiaco, y que si bien estarán bajo la responsabilidad de las autoridades políticas implican la participación del sector privado, voluntarios y desde luego las autoridades judiciales, la policía, los responsables de las políticas de vivienda, urbanismo, acción social, sanidad y educación.

Lo anterior también se relaciona con la descentralización ya que según el manifiesto las ciudades "se han convertido en laboratorios de democracia y han aportado soluciones a algunos problemas de seguridad que los poderes centrales no son capaces de solucionar".

En el documento también se establece que "demasiado a menudo se ha recurrido a los servicios policiales, a la justicia penal y al encarcelamiento para reducir la delincuencia, la violencia y la inseguridad, (pero) se ha vuelto inaceptable el incremento registrado en el número de personas encarceladas".

El enfoque preventivo

De ahí que se haya planteado que mantener en prisión a un delincuente "debe ser una excepción y no una norma", y en cambio se sugiere que los detenidos no sean apartados de la comunidad, todo con el fin de restablecer el equilibrio entre las sanciones, el control y la prevención. Incluso se menciona como ejemplo que en términos económicos a Europa le han resultado más rentables los enfoques preventivos que apoyan la integración de los jóvenes en las colectividades con la consecuente atenuación de las causas de la criminalidad, la violencia y el número de víctimas, puesto que por cada euro invertido se obtienen cinco.

Quienes suscribieron el año pasado el "Manifiesto de las Ciudades" consideraron que el gran desafío por enfrentar, a fin de que la violencia y la inseguridad no atenten contra el desarrollo de las urbes, es lograr que la lucha contra la delincuencia no conduzca a posturas fanáticas, racistas o prácticas discriminatorias. Por el contrario, se advierte que debe evitarse que "la designación de chivos expiatorios en aquellos grupos más vulnerables como los jóvenes, los fármacodependientes, inmigrantes o minorías étnicas racistas", porque si se tomara ese camino las ciudades se fragmentarían.

Especial hincapié se hace en el trabajo para y con los jóvenes ya que se reconoce que en general los delincuentes pertenecen cada vez más a este sector poblacional, además de que son también las primeras víctimas de la violencia. "No todos los jóvenes son delincuentes potenciales. La sociedad tiene que confiar en ellos evitando las generalizaciones y las condenas en su contra... Los jóvenes deben involucrarse en los dispositivos de seguridad y prevención para convertirse en verdaderos actores", se asienta en la tercera parte del manifiesto.

En tal sentido, las propuestas de prevención planteadas por el Forum Europeo insisten en la "inclusión", toda vez que la riqueza de las ciudades está basada en su diversidad y a partir de dicha concepción deben organizarse los espacios públicos "sin tener que recurrir a un urbanismo de fuertes amurallados, que manifiesta temor por las personas diferentes". Según Michel Marcus y Claudia Laub, muchos de los planteamientos y sugerencias del Forum Europeo comienzan a ser adoptadas por varios países africanos y latinoamericanos sin importar las diferencias económicas que puedan tener con respecto a la Unión Europea, aunque no precisaron a cuánto ascienden los recursos que en este último caso se destinan ya a dicho rubro.