DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001

Ť Pobreza, falta de educación y desintegración familiar inducen al delito, afirman

Piden vecinos atacar las raíces de la inseguridad

Ť Ayer, en algunas zonas no hubo asambleas; en otras, la participación fue importante

RAUL LLANOS Y LAURA GOMEZ

Los contrastes marcaron ayer la conclusión de las asambleas vecinales, pues hubo comités que, como algunos de la delegación Cuauhtémoc, nunca llegaron al lugar de la reunión, mientras otros, como en el caso de Iztacalco, tuvieron una afluencia importante.

Ayer fue el último día para que los comités vecinales de las 16 delegaciones políticas se reunieran y definieran sus integrantes en qué se invertirán los 500 mil pesos asignados a cada unidad territorial para aplicarse en acciones preventivas en materia de seguridad pública.

Autoridades del gobierno capitalino dijeron que será este lunes cuando se dé a conocer un informe detallado de cuántos de los mil 352 comités vecinales se reunieron, cuántas personas asistieron y en qué rubros pidieron que se inviertan los recursos públicos.

Ayer, en Iztacalco, el coordinador de Comunicación Social, Jorge Fuentes, informó que las asambleas fueron tranquilas, y hubo mayor participación de la gente respecto al día anterior. En la mayoría de las asambleas, dijo, se entregaron ya las minutas de acuerdos alcanzados por los vecinos, y en 80 por ciento de las unidades territoriales se llegó a resolutivos sobre cómo usar el dinero.

También hubo comités vecinales que no se reunieron, como en Cuauhtémoc, donde se tenía programada una reunión en el Claustro de Sor Juana, pero los vecinos nunca llegaron.

Vecinos de las colonias Peralvillo y Centro consideraron que no basta con la compra de más patrullas o la instalación de más luminarias para combatir el delito en estas zonas, donde la delincuencia va en ascenso, sino se requiere atacar las raíces del problema, como son la pobreza, falta de educación y desintegración familiar.

"De nada nos sirve que tengamos más policías con carros nuevos dando vueltas por las calles, mientras nuestros muchachos caen en las garras del vicio y no lo dejan, porque su futuro no va más allá del ambiente en que crecieron, donde sus padres se gritan y atacan, como una manera de sacar su frustración; abandonan sus estudios para trabajar y ayudar en su casa; y el desempleo no les permite ser alguien importante en la vida", señaló don Luis.

Frente a cerca de 50 personas reunidas en el parque de los Cuatro Vientos, aclaró que no está en contra del establecimiento de medidas que prevengan el delito, pero consideró más importante enfocar los esfuerzos del gobierno en ofrecer una mejor educación a los niños y jóvenes y crear programas extraescolares, deportivos o musicales, donde canalicen sus energías de forma positiva.

El planteamiento del hombre de más de 60 años fue apoyado por varios de los asistentes, quienes consideraron que este tipo de reuniones no tienen sentido, cuando "las cosas ya están negociadas de antemano". De inmediato, una representante de Participación Ciudadana del GDF aclaró que esa era una práctica del pasado y ahora se escucha a la gente.

Sin embargo, reconoció que el desinterés de la mayoría de los vecinos ha provocado que la última palabra en la instrumentación de acciones recaiga en unos cuantos, situación que --confió-- empezará a cambiar cuando esta forma de territorializar los recursos obtenga sus primeros frutos en los siguientes meses.

Tras varios intercambios de opiniones, los vecinos votaron porque los recursos asignados a esa unidad territorial se utilicen para la compra de dos patrullas, la instalación de luminarias y colocación de "botones de pánico"; así como la conformación de una comisión de prevención y seguridad, que vigile la realización de las obras e integre las propuestas de la gente en las siguientes reuniones.

Mientras, los vecinos del Centro Histórico, congregados en la plaza de San Jerónimo, pospusieron su asamblea para el próximo sábado, a fin de determinar en qué se gastarán los 410.4 millones de pesos que les corresponden para la prevención del delito, ante la gran variedad de puntos de vista y su exigencia de que se complementen con programas sociales y educativos dirigidos a niños y
jóvenes.