DOMINGO Ť 6 Ť MAYO Ť 2001
Ť Foro en Casa Lamm; participaron analistas de UAM, UNAM y Colmex
EU vive una desaceleración, no una crisis, y puede recuperarse en 2002, opinan expertos
Ť Advierten que los efectos en México serían brutales, por la dependencia del sector externo
MARIA RIVERA
La economía estadunidense vive una desaceleración más que una crisis, en la que su tasa de crecimiento ha bajado de 6 a 2 por ciento, porque se ha roto el vínculo entre la dinámica productiva y la dinámica financiera, coincidieron los analistas que participaron en un foro organizado por La Jornada y Casa Lamm. Pero este desequilibrio no es de largo aliento, explicaron, y para el 2002 los estadunidenses podrían recuperar su paso anterior. En tanto, para lograr estos ajustes, sus empresas tendrán que bajar costos mediante recortes de personal, lo que afectará principalmente a las plantas que tiene en el exterior. Los efectos en México pueden ser brutales, advirtieron, por la dependencia del sector externo hacia el país vecino, sobre todo en los sectores automotriz y de la electrónica. Sin embargo, matizaron, la movilización social puede modificar los términos de estos recortes. Hay mucha diferencia entre el estilo Goodyear, en el que los representantes sindicales aceptaron la liquidación planteada por la empresa, y la gente de General Motors o Chrysler, que están negociando paros técnicos o bajas salariales, pero partiendo del hecho de que no se van a ir a la calle.
Juan Castaingst, de la Universidad Autónoma Metropolitana, Carlos Marichal, de El Colegio de México, y José Antonio Pérez Nieto, de la Universidad Nacional Autónoma de México, analizaron desde diferentes perspectivas la situación de la economía estadunidense y sus efectos sobre la mexicana, abordando también la reforma fiscal en la actual coyuntura.
Enfrenón, no crisis
Castaingst hizo un recorrido por las crisis más importantes de los últimos tiempos, la del 29 y de los 70, para compararlas con el momento actual. Estableció que la economía nunca va en línea recta, sino que sube o baja en medio de movimientos cíclicos, los de largo plazo -que ocurren cada cuarto de siglo aproximadamente, y que están asociados a descubrimientos o inventos- y los de suceden cada década más o menos. Su hipótesis es que la economía mundial está actualmente al inicio de un periodo largo de crecimiento. "Esto es un enfrenón dentro de una tendencia de crecimiento, no una crisis", sostuvo. Señaló que, de una manera increíble, la economía estadunidense se había sostenido, pese a la caída de la bolsa, del choque del petróleo y de la crisis del sureste de Asia y Brasil, y no fue sino hasta el último trimestre del año pasado y el primero de éste cuando disminuyó su crecimiento.
Pérez Nieto abundó sobre el origen de la desaceleración. Los cambios en los procesos de trabajo habían logrado un ascenso productivo. La robótica, la telemática y la computación, entre otros factores, habían conseguido que la economía real fuera cada vez más exitosa. Esto provocó que el sector financiero también se fuera hacia delante, indicó. "Pero por muy exitoso que fuera el desarrollo de la economía real no es ilimitado, actualmente se ha roto el vínculo entre el ascenso de la dinámica productiva y la financiera". Coincidió con Castaingst en que se va a pasar por una transición antes de recuperar el ascenso, y estimó que en cuatro o cinco trimestres EU podría volver a crecer a un ritmo superior a 3 por ciento. En tanto, este proceso de reajuste conllevará una ampliación del desempleo, comentó, ya que es su única manera de bajar costos.
Eso lo llevó a hablar sobre los efectos en la economía mexicana. "Se pueden bajar los costos de una manera brutal y drástica, al estilo Goodyear, donde los dirigentes obreros aceptaron la liquidación sin más, o como en la Chrysler o la General Motors, donde se negociaron paros técnicos o bajas salariales, pero diciendo: no nos vamos a la calle. La movilización cuenta mucho en estos casos".
Planteó que no está tan seguro de que el gobierno foxista esté preparado para afrontar el actual momento. "No hay consensos en el gobierno en torno la naturaleza de la crisis en EU y menos cómo enfrentarla. Sería obligado que dijeran cómo ven el ciclo estadunidense y luego cómo van a responderlo; si van a alentar el mercado interno o sacrificar metas inflacionarias para no afectar tanto a la población".
Castaignst también abordó este tema. Señaló que las consecuencias para México pueden ser muy fuertes. "Porque lo que se ha visto más afectado en EU son sectores a los cuales somos muy sensibles, la industria automotriz y la electrónica. Es en las plantas del exterior donde se va resentir más, porque los sindicatos son más fáciles de controlar, mientras que en aquél país las centrales sindicales cumplen su función y hacen que los contratos se cumplan".
Con un dejo de ironía, el analista comentó que a él le dan más miedo las políticas del Banco de México que la desaceleración estadunidense, "porque éstos están haciendo lo imposible para que nos lleve el tren". Agregó que "uno de los problemas por los que tenemos crisis tan fuertes es por las altas tasas de interés de cortos, y el otro es por la sobrevaluación de nuestra moneda. Los capitales estadunidenses que ya no encuentran colocación allá se vienen a los mercados monetarios mexicanos. Llega el dinero y se sobrevalora el peso... Y luego, claro, šagárrate porque viene otra devaluación!".
Carlos Marichal hizo un amplio recorrido histórico sobre las reformas fiscales hasta llegar a la propuesta actual. "La historia de la fiscalidad en México no ha sido brillante, recordó, pero el porqué quieren imponer un súbito aumento de los impuestos en un año que se vislumbra de recesión económica no lo entiendo. Hay actores que están presionando para lograr esa reforma, pero es un planteamiento poco realista, más bien surrealista, teniendo en cuenta la tremenda vinculación entre la economía estadunidense y la mexicana... Pero veo que las fuerzas vivas ya no se están tragando el cuento y van a obligar a negociar al gobierno de Fox".