MIERCOLES Ť 2 Ť MAYO Ť 2001
Ť La Cumbre de los Pueblos rechaza el ALCA
Especial hostigamiento contra la delegación mexicana en Canadá
Ť La activista Silvia Sandoval fue desnudada y golpeada
Ť Denuncias de Rosario Ibarra y Ana Colchero en un foro
MARIA RIVERA
Los acuerdos de libre comercio han agravado las desigualdades entre ricos y pobres, hombres y mujeres, y países desarrollados y subdesarrollados, coincidieron las organizaciones de la sociedad civil reunidas en la Cumbre de los Pueblos, celebrada en Quebec del 17 al 20 de abril pasados. Por tal motivo, en su declaración final rechazaron el Acuerdo de Libre Comercio para las Américas (ALCA), y propusieron la construcción de nuevas vías de integración continental basadas en la democracia, la igualdad, la solidaridad, el respeto al medio ambiente y los derechos humanos.
Durante cuatro días, organizaciones sindicales, ambientalistas, campesinas, de mujeres, indígenas y de derechos humanos del continente pusieron en jaque a los 34 mandatarios que negociaban la integración comercial americana. Mediante foros, marchas y acciones directas, la sociedad civil manifestó su repudio a las políticas de los defensores de la globalización. Héctor de la Cueva, secretario general de la Alianza Social Continental, sostiene que no sólo ganaron la batalla de la opinión pública, sino que puede lograrse mucho todavía. El movimiento de resistencia contra el modelo neoliberal está creciendo, indica, y en los tres años que faltan para la puesta en marcha del ALCA muchas cosas pueden pasar, y si no se logra detener su aplicación, tal vez sí se consiga modificar su contenido.
El espíritu de Quebec todavía ronda en los delegados mexicanos. Era una torre de Babel donde se hablaba de un modo u otro, explica Rosario Ibarra de Piedra, pero todos nos entendíamos porque teníamos claros los motivos que nos llevaron ahí. Las diferencias las hicimos a un lado y pusimos lo que nos une en primer lugar: el rechazo a un modelo económico que deja afuera a la mayoría. En el mismo sentido es el testimonio de Ana Colchero, quien explica que la diversidad de formas de lucha que vio, y que están ganando cada vez mayor reconocimiento en los medios de comunicación, tiene que hacer pensar "hacia dónde queremos ir".
Alertan sobre el especial hostigamiento que sufrió la delegación nacional. "Esperaban que fuera una delegación particularmente conflictiva", señala De la Cueva, "y se centraron en los movimientos que consideraron más cuestionadores, como el Congreso Nacional Indígena (CNI), cuyos delegados fueron separados y sometidos a interrogatorios larguísimos y muy agresivos, aunque finalmente les permitieron la entrada. A los que de plano se las negaron fueron a Antonio Castro, de Desobediencia Civil, y a Eduardo Castillo, del F26, a los que regresaron a México. Otra compañera, Silvia Sandoval, de la Red Mexicana, fue detenida por Migración en Toronto, desnudada, golpeada, y abandonada en la carretera, a media hora de la ciudad".
Ana Colchero insistió en la represión que sufrieron los jóvenes que se manifestaron contra la globalización. "Yo puedo hablar de lo que se vivió en las barricadas, porque ahí estuve", rememoró en el foro organizado por La Jornada y Casa Lamm para analizar la Cumbre de Quebec; hubo una represión bestial contra los chavos sin haber hecho nada.
Sólo por ponernos junto a la muralla que rodeaba el lugar donde estaban los presidentes empezaron a gasearnos, la mezcla de gas lacrimógeno con pimienta cierra la garganta, no hay modo de permanecer ahí. Fue una bomba de gas por minuto, desde kilómetros se podía sentir el efecto.
La gente de Quebec -continúa- "se portó maravillosamente con nosotros, nos sacaba mangueras de agua para lavarnos, ponía letreros de que podíamos pasar al baño, hubo una solidaridad extraordinaria". Otro momento que recuerda emocionada fue cuando miles de manifestantes organizaron una inmensa batucada, tocando con palos la reja de metal. "Había fogatas y bailamos toda la noche. Yo me fui a dormir como a la 1:30 de la mañana, una hora después empezó la gran redada: 450 detenidos, y violaciones a los derechos humanos que uno no hubiera imaginado en un país como Canadá, desnudaron juntos a hombres y mujeres, los rociaron de agua a pesar del frío, y nos les permitieron el acceso a un abogado".
Batalla de la legalidad
Se está ganando la batalla de la legitimidad y va creciendo la resistencia y la movilización contra el ALCA, insiste Héctor de la Cueva, quien además de participar en la organización de la Cumbre de los Pueblos estuvo con los muchachos en las barricadas. "Hemos insistido en que no vamos permitir que nos dividan entre buenos y malos; muchos sindicalistas estuvimos junto a los jóvenes que intentaron tumbar la muralla, así como en las corretizas y las gaseadas; somos un solo movimiento con diversas caras y expresiones, y estamos juntos en foros, marchas o acciones directas".
Ahora, explica el sindicalista, empezarán las acciones en cada país. Trae a la memoria la consigna de los grupos antiglobalización: piensa global, actúa local, cuando, sostiene, "esta es una lucha internacional, pero que dependerá de lo que suceda en los marcos nacionales para tener éxito".
Una de las propuestas más importantes que surgieron en la Cumbre de los Pueblos es la de organizar un referéndum sobre el ALCA a escala hemisférica. En los países donde exista esta figura legal, como Brasil y Canadá, se buscará aplicarlo, en los que no, se pedirá introducirlo. También demandarán a algún organismo internacional, como la OEA, que realice un plebiscito a escala hemisférica.
Finalmente, desglosó algunos de los puntos de la declaración de la Cumbre de los Pueblos. La parte democrática, indicó, se centra en la exigencia de información sobre lo que se negocia, para que la sociedad conozca lo que está dirimiéndose, y para que se someta a referéndum lo acordado. En la parte de derechos humanos, se insistió en que cualquier resolución económica debe anteponer los derechos de las personas en su sentido más amplio. En la parte laboral, se planteó luchar por la homologación de los derechos de los trabajadores hacia arriba, deteniendo la caída de sus conquistas. En lo que se refiere al tema de género, se dijo que el mayor impacto del libre mercado y la restructuración de la economía está afectando a las mujeres, por lo que se debe luchar contra esta discriminación social, así como contra la violencia sexual y doméstica. Respecto al tema indígena, se determinó incorporar sus demandas como prioritarias, porque su situación no sólo es una de las deudas principales de los gobiernos, sino de todo el movimiento social.