Ť Dedicó el discurso del Día del Trabajo a defender su iniciativa fiscal; protesta general
Fox propuso "nuevo pacto" con la sociedad; "no al IVA", la respuesta
Ť Al aludir al valor de las trabajadoras, sólo desvió el repudio hacia Carlos Abascal
Ť El Presidente conminó a los obreros a reflexionar la conveniencia en sus bolsillos
JUAN MANUEL VENEGAS
En medio de la inconformidad generalizada por la iniciativa de reforma fiscal que presentó al Congreso de la Unión, el presidente Vicente Fox Quesada convocó a "la sociedad entera" a un "nuevo pacto" con el gobierno, "sin autoritarismos ni imposiciones, pero tampoco fincado en la estrecha visión del lucro inmediato ni en la renuncia a nuestras responsabilidades sociales".
Alrededor de 20 minutos habló el jefe del Ejecutivo ayer en el acto oficial por el Día del Trabajo; todo ese tiempo lo dedicó a defender su concepto de reforma hacendaria y su idea de redistribuir la riqueza, y hasta reclamó el llamado bono democrático del 2 de julio... pero esta vez de poco le valió. El millar de trabajadores telefonistas, mineros, universitarios, de aviación, del Seguro Social, de la Volkswagen... todos llegaron y se fueron del Museo Nacional de Antropología convencidos: no a la reforma fiscal, no al IVA.
Fox, que incluso quiso reivindicar el valor social de las mujeres trabajadoras, no hizo más que enseñar uno de los flancos abiertos de su administración: el repudio a su secretario del Trabajo, Carlos Abascal. "¡Las mujeres al trabajo, Abascal al carajo!", gritaron una y otra y otra vez los trabajadores, provocando hasta una leve sonrisa en el gesto del Presidente.
En esta parte de su discurso, el mandatario arrancó uno de los dos únicos momentos en que fue aplaudido ?el otro fue cuando anunció el retiro de la propuesta de incluir empresarios en el consejo de administración de Pemex?, pero se entendió que más se debió a la intención de los trabajadores por confrontar a Abascal por aquello de que "la mujer no debe masculinizarse..."
Ya en lo que fue lo sustancial de su mensaje ayer, Fox no bajó el tono de su defensa a la iniciativa para "la nueva hacienda pública distributiva". Lo hizo, como hasta ahora, con el argumento de que se trata de generar riqueza, pues sólo con esta se puede combatir la pobreza y los rezagos existentes en la generación de empleos bien remunerados, salud, educación y vivienda.
Dijo que no basta con tener la inflación "bajo control y a la baja", ni con lo que se ha hecho este año, donde se han logrado revisiones contractuales que implican que los salarios estén, en promedio, "30 por ciento por encima de la inflación".
Eso no basta, insistió, "para alcanzar el crecimiento con calidad que anhelamos y para crear los empleos que demandan nuestros hijos"; tampoco alcanza para "darle un gran empujón a la economía" y abrir oportunidades a "los más de 40 millones de compatriotas que están en la más extrema de las pobrezas".
Para remediar esta marginación, añadió, es necesario redistribuir con equidad los recursos que genera el trabajo de la nación entera "y destinarlos a los más pobres, a quienes hoy están excluidos del desarrollo". Para eso es la "nueva hacienda pública distributiva": para producir los cambios presupuestales, financieros y tributarios que abran las condiciones favorables para la inversión productiva de largo plazo, que la economía crezca y se pueda generar el millón 350 mil empleos que demandan los jóvenes.
Los gritos se repitieron conforme avanzó el discurso presidencial: "¡México sí, IVA no!, ¡México sí, IVA no!", "¡Fox escucha: contra el IVA es la lucha!" El mandatario recurrió a las largas pausas; las consignas opacaban cualquier intento por seguir. En el presídium, Santiago Creel y Francisco Barrio se notaban preocupados; Francisco Gil Díaz y Santiago Levy, por su parte, expresaban molestia.
Fox aprovechó los espacios que le dejaron. Agregó: "reitero a ustedes, a toda la nación, mi compromiso de que la nueva hacienda pública no le costará a los que menos tienen, no le costará a los trabajadores, a los que estamos extendiendo la exención del pago del impuesto sobre la renta (ISR) hasta un nivel de cuatro salarios mínimos. ¡Cero impuesto sobre la renta!"
Los reclamos siguieron. El Presidente insistió: "para esos trabajadores, para esas familias se aumenta el bono al salario que se recibe en efectivo. Los trabajadores, en ésta, tampoco están pagando... Les pido por favor ¡ver, analizar, reflexionar como trabajadores la conveniencia en sus bolsillos con esta reforma hacendaria!"
Obreros y empresarios en una "comunidad productiva", planteó
Fox Quesada también se refirió ?como parte del paquete de reformas que pretende impulsar? a la nuevas exigencias que el sector productivo nacional tiene frente a la "constante e intensa competencia por los mercados, que nos exige intensificar la productividad, vía las innovaciones tecnológicas y la capacitación de la fuerza de trabajo".
Aquí, consideró, tienen mucho que ver los sindicatos, que "son un elemento indispensable de la vida democrática, en la medida en que se comprometen con la lucha por la justicia social; a favor de los trabajadores, no en contra del empresario, sino a favor de la empresa; del fortalecimiento de esta comunidad productiva, que debe ser factor de unidad e intereses compartidos".
En esto fue tajante: "es imprescindible que los sindicatos se comprometan a fondo con la educación, la capacitación y la promoción del aprendizaje autónomo, pues hay una relación directa entre los niveles de conocimiento y los niveles de remuneración... el desarrollo de cada trabajador es la mejor apuesta que podemos hacer por el futuro de México".
Y remató con su compromiso de respetar el sindicalismo "autónomo, libre y democrático, que impulse y respete la contratación colectiva, sin exigencias egoístas o fuera de la razón y viabilidad, para involucrar a todos los trabajadores de una empresa en su éxito, en su permanencia y en su crecimiento. ¡Ese es el renovado sindicalismo que mi gobierno impulsará!"
Marcha atrás: no a los empresarios en Pemex
Finalmente, en la convocatoria que hizo de un "pacto social sin autoritarismos ni imposiciones", Fox destacó que precisamente porque no cree en el autoritarismo, decidió dar marcha atrás en su propuesta de integrar a empresarios al consejo de administración de Pemex, "escuchando una recomendación del Congreso de la Unión".
Tal como se anunció el lunes en el Diario Oficial de la Federación, ese consejo ?preponderantemente empresarial? que se había instalado pasó a ser un "consejo consultivo, cuyos integrantes tendrán derecho a voz, pero sin voto" en las decisiones de la paraestatal.