Ť Otra muy buena novillada en La Florecita, penúltima del serial
Triunfan el ganado de San José y los jóvenes Raúl Ibarra y El Cade
Ť Ovacionados, cinco de los seis bureles Ť Detalles de los alternantes Ť Enésimo lleno
LEONARDO PAEZ ENVIADO
Ciudad Satelite, Mex., 29 de abril. Incuestionables los frutos de la Feria Nacional del Novillero Telmex 2001 en los festejos ofrecidos en la plaza de toros La Florecita (cinco novilladas, cuatro de ellas sin picadores y con encierros bravos, con calidad y muy bien presentados), de donde ha surgido por lo menos media docena de muchachos con posibilidades de sobresalir en tan azarosa ?sobre todo fuera del ruedo? profesión.
El problema que sigue enfrentando Telmex con su feria es el mismo que cuando empezó a patrocinarla, hace cinco años: ¿cómo lograr una coordinación verdadera, no sólo de palabra, con el resto de quienes dicen promover en México a los nuevos valores de la torería? ¿Cómo darle continuidad y sentido a sus esfuerzos y logros con el resto de las empresas y plazas del país?
¿Habrá la disposición suficiente para reforzar la encomiable labor de Telmex, o los demás verán a éste como opositor y cada quien seguirá manteniendo su coto cerrado y su fiesta particular, sin posibilidades de una promoción conjunta de estos y otros valores? Muy pronto se sabrá.
Más bravura con calidad
Algo de taurinos tendrán las vírgenes y los santos, que no dejan de su mano a quienes con sus nombres bautizan sus ganaderías. Si en el festejo anterior alcanzó un triunfo apoteósico la vacada de La Guadalupana, ayer tocó el turno al hierro de San José, propiedad del MVZ Arturo Jiménez, vecino de Aculco, estado de México, quien mandó seis novillos con edad y trapío, sin exceso de kilos, con pitones y sobrados de emotiva toreabilidad.
Sergio Castilla, del DF, con sólo dos novillos lidiados, se enfrentó a Payaso, bien armado berrendo, con 372 kilos, cuya embestida tuvo suavidad y recorrido, ideal para el toreo estilizado de Castilla, que sin embargo exhibió su poca experiencia en aislados muletazos, eso sí, con hondura y sello. La fuerte ovación a los restos del novillo, fue la primera de cinco.
Como segundo espada salió Raúl Ibarra, de Aguascalientes, que desde un principio se plantó decidido ante Detallista, otro novillo con calidad y emotividad, es decir, que embestía al engaño con ganas de coger, no sólo de pasar. Ibarra inició su faena con bien ligados trincherazos y pases de la firma para llevar al astado a los medios. Siempre fijas las zapatillas, instrumentó allí limpias tandas por ambos lados muy bien rematadas, con estructura e idea de la lidia. Se adornó luego con arrucina y manoletinas, para cobrar una soberbia estocada por la que cortaría merecida oreja y daría la vuelta con mucha fuerza.
Pero el toreo de este novel hidrocálido ?aires del Volcán inspiraban sus alamares? tuvo más, bastante más, que buenas hechuras y estructuración. En cada muletazo hubo esa entrega intemporal que en todas las épocas del toreo ha sido la llave del triunfo. Quietud y proximidad, aguante macho sin aspavientos y reconcentrada conciencia en su quehacer. Con esa convicción, en cuanto Raúl Ibarra desarrolle su expresividad delante del toro, no habrá quien lo pare.
Otra entrega, mismos resultados
Ricardo López El Cade, de Guadalajara, realizó con el bravo, claro y fuerte Trasnochador (385 kilos), una completísima y emocionante labor. Farol a porta gayola y otros dos en tablas, sin mover una pestaña; verónicas apuradas, orticinas con más temple y tres pares de banderillas, el último de cortas, en las que el gran novillo puso la espectacularidad y El Cade el pecho.
Bien con la diestra pero mejor con la izquierda, ligó hasta cinco naturales larguísimos, embarcando, templando y sintiendo mucho. Y de pronto un afarolado con la zurda y luego un preciso cambio de mano que iluminaron la nublada tarde. Matando con la izquierda, dejó tres cuartos traseros pero atracándose de toro y como acertara al primer descabello, le fue concedida la oreja, que paseó orgulloso El Cade por el redondel. Arrastre lento ordenó con justicia el juez Lanfranchi a los restos de tan bravo animal.
Cristian Paniagua, Lupita López y José Luis Padilla quisieron pero no pudieron, y sus bravos novillos mostraron sus desigualdades y carencias, así haya recibido Paniagua benévola oreja por una estocada en todo lo alto.
La próxima semana, termina la Feria Nacional del Novillero Telmex con un cartel que reunirá a los seis triunfadores del serial. ¿Y después qué?