LUNES Ť 30 Ť ABRIL Ť 2001

Los habitantes de las zonas generadoras padecen deficiente suministro


Agua, escasez y desigualdad

ANGELICA ENCISO L.

Los habitantes de las regiones donde se genera el agua son los que más sufren por la escasez. En la zona del Lerma, las comunidades rurales carecen de agua potable la mitad de la semana y tan sólo tres o cuatro días reciben el suministro en sus casas, pero cada segundo salen de ahí seis metros cúbicos para abastecer a la ciudad de México.

Esta situación se reproduce a nivel nacional, ya que se da prioridad a los centros urbanos, mientras en las zonas rurales la escasez es constante. Esto se refleja en cifras oficiales: de los 12 millones de personas que carecen del servicio de agua potable, 73 por ciento reside en el campo.

En 38 ciudades del país hay serios problemas para proveer agua y su dinámica económica y social se puede frenar a causa de ello. Destacan al menos diez ciudades fronterizas; las grandes zonas metropolitanas de Monterrey, Guadalajara, ciudad de México, Toluca y Puebla; centros turísticos como Cancún, Los Cabos, Ixtapa y Acapulco, así como los centros industriales, señala la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).

Además, en las urbes también el reparto y consumo del líquido es contrastante. En la ciudad de México, en asentamientos urbanos sin servicios cada persona utiliza 28 litros diarios; en los sectores medios, de 275 a 410 litros, y en los de máximos ingresos llega a ser de 800 a mil litros.

También existe una marcada desigualdad en la distribución: en el centro, norte y noreste -zonas áridas y semiáridas- apenas se presenta 28 por ciento del escurrimiento de agua y ahí reside 77 por ciento de la población, mientras en el sureste están los mayores cuerpos de agua y las zonas de recarga del líquido, pero al menos 3 millones de personas no tienen agua potable.

Vivir en la escasez

Contar con la red de agua tampoco es garantía de que la población tendrá abastecimiento. En el poblado mexiquense de San Mateo Tarasquillo, del municipio de Lerma, la gente dispone del servicio cada tercer día, y si cuenta con cisterna no tiene problema para guardar líquido, pero si no es así debe almacenarlo en cubetas o en garrafones.

Este poblado enfrenta serios problemas, ya que a pesar de que un decreto de 1994 establece que el pueblo de San Pedro Atlapulco debe enviar agua de sus manantiales a cinco comunidades, entre ellas San Mateo, un grupo de residentes decidió tapar las salidas del líquido, con lo que afecta a cientos de personas, informa Carmela Gómez, delegada municipal.

La mitad del año la población carece de agua -cuando tiene, son sólo tres días de la semana- y entonces la exigencia para que el gobierno le dé el servicio se basa en la amenaza de que son los dueños del agua, cuestionan por qué se la llevan al Distrito Federal y amenazan con romper el acueducto que sale de la planta potabilizadora Berros, del Sistema Cutzamala, que abastece con 14 metros cúbicos por segundo, 23 por ciento del consumo total de la ciudad, agrega Gómez.

En las 38 ciudades más grandes del país ya se presentan problemas para proveer de agua a los residentes. En las urbes de la frontera norte -Tijuana, Mexicali, Nogales, Ciudad Juárez, San Luis Río Colorado, Ciudad Juárez, Ciudad Acuña, Piedras Negras, Nuevo Laredo y Matamoros- hay dificultades por el rápido crecimiento demográfico, que ha rebasado las expectativas de los gobiernos locales.

También hay dificultades en ciudades consideradas por la Semarnat como de rápido crecimiento económico como León, Querétaro, Coatzacoalcos, San Luis Potosí, Culiacán, Los Mochis, Hermosillo, Ensenada, Aguascalientes y Ciudad del Carmen.

Para la Semarnat los problemas que se presentan para suministrar agua en las grandes zonas metropolitanas del país están relacionadas con el crecimiento de ellas, la falta de tratamiento de las aguas residuales industriales y municipales, así como la sobreexplotación de los mantos acuíferos.

Además, entre la planta potabilizadora de agua y el destino final en las casas o áreas de servicios que captan 12 por ciento del total de agua que genera el país y que llega a los 78 mil millones de metros cúbicos al año, se pierde 50 por ciento del líquido por fugas en la red. La agricultura consume 83 por ciento del total del suministro de agua y la industria 5 por ciento, indica la Comisión Nacional del Agua (CNA) en el estudio El agua en México: retos y avances.

El abasto a las ciudades proviene en 70 por ciento del subsuelo, con lo que se dota a alrededor de 75 millones de personas, 55 millones de los centros urbanos y 20 millones del medio rural. La falta de inversión en infraestructura para el aprovechamiento de agua hace que 73 por ciento de la lluvia se evapore sin haber sido utilizada, con lo que se pierde una fuente de abastecimiento. Aunque hay un escurrimiento superficial anual medio de 410 kilómetros cúbicos, la recarga natural es de apenas 53 kilómetros cúbicos.

Un caso extremo del desperdicio de agua es el de la cuenca de Grijalva-Usumacinta, donde alrededor de 99 por ciento del escurrimiento medio se descarga al mar cada año, sin posibilidad de aprovechamiento por falta de infraestructura.

Además de los 12.2 millones de personas que carecen del servicio de agua potable, 8.8 millones residen en las zonas rurales. Paradójicamente esa población se concentra en las entidades donde se da la mayor recarga de agua del país, en el sur, donde la disponibilidad natural promedio 0 es ocho veces mayor a la del resto del país.

Los estados con mayor rezago del servicio son Chiapas, con alrededor de un millón de personas; Guerrero, con un millón; Oaxaca, con 1.1 millones, mientras en Veracruz asciende a 2.5 millones de personas; estado de México, con 1.4 millones y Puebla con 835 mil personas.

Sumado a esto, una cuarta parte de la población -alrededor de 24 millones de personas- carecen de sistema de alcantarillado y sólo se trata 24 por ciento de las aguas residuales que se colectan. Los municipios no pagan los derechos por uso y deben 7 mil millones de pesos, por descarga de agua adeudan 55 mil millones de pesos.

Las cuencas más contaminadas del país son Alto Balsas, Pánuco, Río Bajo, Lerma y Valle de México. A pesar de su importancia como fuentes de abastecimiento, por años han estado abandonadas y su situación es dramática. Por ejemplo, 30 por ciento del agua que consume la ciudad de México proviene del Sistema Cutzamala.

Lerma enfrenta serios problemas de contaminación, y aunque hay propuestas de saneamiento del río, no se han puesto en práctica. Las industrias y las poblaciones descargan en él sus aguas residuales, indica Santiago Pérez del Comité para la Defensa de los Recursos Naturales del Río Temascaltepec.

A la altura de San Mateo Atenco pasa el río Lerma, donde el agua no fluye, está estancada, cubierta de lirio y con olor pestilente. Bernardo Vázquez, habitante de San Pedro Tultepec, expresa su preocupación por la altura que en este momento tiene el río, que se puede desbordar. El cauce, completamente azolvado, más que ayudar a la zona, la contamina, dice, y recuerda que hace dos años el río lanzó sus aguas sucias a las casas, con o que los habitantes perdieron sus pertenencias y tardaron semanas en limpiar las viviendas.