LUNES Ť 30 Ť ABRIL Ť 2001

Ť No hacerlo desembocaría en una crisis , advierte Gabriel Quadri, del Cespedes

Plantean al GDF aumentar el cobro del agua

Ť Debe permitir mayor participación de la inversión privada para allegarse de recursos

DAVID ZUÑIGA

El Gobierno del Distrito Federal tendrá que permitir una mayor participación privada en el manejo del agua y empezar a cobrarla por arriba de su costo --lo que implicaría elevar las tarifas más de 800 por ciento--, pues mantener la actual política, basada en "tabúes ideológicos", desembocará en una crisis que perjudicará no sólo a los habitantes de la capital, sino que empezará a agotar los recursos de otras entidades, advierte el director del Centro de Estudios del Sector Privado para el Desarrollo Sustentable (Cespedes), Gabriel Quadri de la Torre.

En entrevista, Quadri argumenta que el gobierno capitalino no tiene "ni podrá tener" los 3 mil millones de dólares que costaría reparar la red de distribución (por donde se fuga entre 35 por ciento del agua que llega a la ciudad), crear suficiente infraestructura de tratamiento y reuso y recargar los acuíferos.

La zona metropolitana de la ciudad de México, explica, consume aproximadamente 75 metros cúbicos de agua por segundo, de los cuales 35 metros cúbicos corresponden al Distrito Federal, que obtiene dos tercios de su caudal de los sobrexplotados acuíferos subterráneos del valle de México. El resto proviene de cuencas remotas, principalmente del Lerma y del Cutzamala.

Quadri asegura que existen alternativas para abatir la pérdida y el desperdicio de agua: la restauración de la red reduciría las fugas a cerca de 10 por ciento y aumentaría el caudal en 15 metros cúbicos por segundo; usar aguas tratadas en vez de agua potable para riego agrícola permitiría recuperar siete metros cúbicos por segundo; mediante tratamiento y reuso podrían recuperarse diez metros cúbicos por segundo.

Al respecto, comenta que las nuevas tecnologías de ósmosis inversa permiten producir agua potable a partir de aguas residuales a un costo de aproximadamente un dólar por metro cúbico. Otra alternativa es tratar y reutilizar las aguas residuales que envía la ciudad de México al distrito de riego 03, en el Valle del Mezquital, Hidalgo. Mediante un procedimiento relativamente barato el suministro podría incrementarse en nueve metros cúbicos por segundo.

Según Quadri, cobrar el agua a su costo real reduciría el desperdicio 20 por ciento (entre 10 y 12 metros cúbicos por segundo). Asimismo, considera "absurdo" que el gobierno subsidie el agua en lugar de cobrarla al costo real para costear su tratamiento y la creación de infraestructura. "Se estima que el costo de un metro cúbico de agua puesto en una toma domiciliaria de la ciudad de México es de cerca de 10 pesos, esto sin tomar en cuenta los costos de electricidad para bombearla desde el Lerma o el Cutzamala, ni la amortización de toda la infraestructura, pagada con recursos federales, lo que elevaría el costo a 15 o 16 pesos por metro cúbico. Sí tiene que haber subsidios, pero sólo para quien realmente lo necesita".

Según el director del Cespedes, con las medidas que propone se eliminaría la sobrexplotación de los acuíferos y se abastecería sin problemas a la ciudad de México sin necesidad de la cuarta etapa del proyecto Cutzamala o de buscar en Temascaltepec, Tecolutla o Amacuzac.

De toda el agua que el Distrito Federal consume al año (aproximadamente un kilómetro cúbico) sólo se factura la mitad y se recuperan 4 mil millones de pesos al año, cuando debieran captarse al menos 10 mil millones para hacer autofinanciable el sistema de distribución y drenaje.

Otra tarea pendiente es crear un organismo consolidado para el manejo del agua en el Distrito Federal. "Las facultades están dispersas entre la Dirección General de Construcción y Operación Hidráulica, las delegaciones, la Comisión de Aguas, la Tesorería y las empresas concesionarias. Es una anarquía absoluta. Tiene que haber un organismo operador que se encargue de la explotación de los pozos, de la potabilización, la distribución, de la red de drenaje, del tratamiento y reuso de aguas residuales".

"Es ilusorio pensar que nadie paga el costo del agua. Es demagógico subsidiarla porque siempre hay quien paga por ello: otros sectores sociales, generalmente los más pobres, otras regiones del país o las generaciones futuras. Dejar que empresas privadas operen el suministro de agua no quiere decir que rija la oferta y la demanda; los mercados fallan y necesitan regulación y participación directa del Estado con reglas muy claras de calidad, precio y rentabilidad", argumenta.