Ť La democracia podría ser desestabilizada, advierten los obispos
Marca la crisis política en Bolivia el fin del modelo económico impuesto en 1985: analistas
Ť Estados Unidos, el principal aliado del ex dictador Bánzer, ante el pedido de que renuncie
Ť La preguntan que hacen todos es cuándo arderá el país donde 80% de la población es pobre
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 29 de abril. La crisis política y social en Bolivia va mucho más lejos de la coyuntura que ha vivido el país con la marcha de casi dos semanas de los campesinos cocaleros y la escalada de protestas de los últimos tiempos. Para muchos analistas y políticos, se trata del final del modelo económico impuesto desde 1985 en ese país.
Aunque el presidente de Bolivia, el ex general y ex dictador Hugo Bánzer, recibió respaldo nacional y también de Estados Unidos ante el pedido de renuncia que le hiciera el opositor Movimiento Nacionalista Revolucionario, la situación podría in-cluso desestabilizar la democracia, como advirtieron los obispos católicos de Bolivia este domingo al concluir su conferencia anual en Cochabamba, según información de esa ciudad recibida aquí.
La actual situación, que incluye el bloqueo de la principal carretera del país por parte de los cocaleros encabezados por el diputado Evo Morales, es el espejo de los sucesos que se vivieron en abril del 2000, cuando el gobierno decretó el estado de si-tio y sacó el ejército a la calle.
La represión ha sido la respuesta sistemática a las demandas populares, pero lo que se preguntan los analistas es cuándo arderá Bolivia, un país donde 80 por ciento de la población es pobre, con regiones en que la esperanza de vida no sobrepasa los 40 años, el salario mínimo ronda los 50 dólares estadunidenses, una enorme franja de la población vive con menos de un dólar diario y el desempleo arrasa.
El término más escuchado en estos días fue el de "ecuatorización" de Bolivia, en referencia al levantamiento indígena y popular que llevó a la caída del ex presidente Jamil Mahuad.
Neoliberalismo, origen de la crisis
Analistas políticos bolivianos consultados por La Jornada coinciden en ubicar el origen de la crisis en la implantación "despiadada" de la economía de mercado hace poco más de 15 años.
El diputado oficialista Armando de la Pa-rra señaló a este diario que la crisis que asola hoy a Bolivia indica que "ha tocado fondo" el "modelo de economía de mercado", basado en la falsa premisa de éste "es un país homogéneo en el que todos tienen las mismas oportunidades", cuando en realidad se trata de una nación en la cual los campesinos carecen de competitividad por la pobreza extrema y marginación que su-fren desde siempre.
Por lo pronto, Evo Morales, diputado opositor y uno de los líderes de la protesta de los cocaleros, anunció que asistirá al encuentro que mañana sostendrá el gobierno con representantes de diversos sectores sociales, incluyendo a delegados de la po-derosa Central Obrera Boliviana, en un in-tento por evitar la huelga general convocada por esa central sindical.
Sin embargo, el gobierno de Bánzer, que finalmente aceptó negociar, cree que son "excesivamente radicales" las demandas de los líderes sindicales y los miles de campesinos cocaleros.
Pero en cada lugar del país la realidad está diciendo que no hay posibilidad alguna de que puedan pagarse nuevos impuestos, realizar nuevas privatizaciones, au-mentar servicios o dejar a más de 30 mil familias campesinas en la nada, sin una alternativa de subsistencia al erradicarse la plantación de coca.
En 1985, el gobierno de Víctor Paz Es-tensoro impuso un programa económico con el mercado "como núcleo articulador de la sociedad boliviana", recuerda el analista Mario Muñoz Mayorga.
"Su mejor logro fue parar la inflación, un mal no menor si se considera que llegó a ser de 25 mil por ciento, pero el remedio fue privatizar empresas públicas, someter la economía al mercado, reducir el gasto público, congelar salarios, liberar la importación y seguir rígidamente las pautas de los organismos financieros internacionales, en especial del Fondo Monetario Internacional", añade.
Esa política cerró muchas fábricas, redujo el empleo estatal, afectó a las pequeñas empresas y llevó a gran parte de la población a refugiarse en el comercio informal y en "un mercado con demanda, el cultivo de la hoja de coca".
Según denuncias de los sindicatos campesinos, el dinero enviado para la sustitución de los cultivos de hoja de coca se pierde en el camino y llega tan recortado que no da solución alguna.
Además, señalan, ¿qué posibilidad de llevar una eventual producción sustitutiva a los mercados existe en un país sin puentes, carreteras, infraestructura? Porque el único comprador que va hacia el lugar de la producción es el que compra la hoja de coca.
"Pretender aplicar la fuerza para reducir las plantaciones de hoja de coca y mantener el ajuste salarial, el desempleo pretendiendo que los sectores populares financien la obra pública mediante impuestos, sólo puede tener como consecuencia que el pueblo salga a la calle", advierte el analista Mario Muñoz Mayorga.
Tras responder con represión, el gobierno del ex dictador Hugo Bánzer dialogará este lunes con los descontentos, para superar esta coyuntura. Pero como los obispos sostuvieron hoy, lo que se necesita es ir más allá y abordar "los problemas estructurales de Bolivia".
Si esto no se hace, advierten analistas políticos, el gobierno se aproximará a la solución imperial del Plan Colombia, a cuya sombra entran las tropas estadunidenses y oscuros intereses por controlar zonas como la cocalera del Chapare