VIERNES Ť 27 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Critica la Corte Suprema al juez Guzman Tapia por recibir premio humanitario

Pide perdón asesino de un sindicalista chileno

Ť El mensaje del ex miembro de la policía secreta de la dictadura se transmitió por televisión

ENRIQUE GUTIERREZ CORRESPONSAL

Santiago, 26 de abril. El encarcelado asesino confeso del líder sindical Tucapel Jiménez, el mayor retirado y ex agente policial Carlos Herrera Jiménez, pidió a través de la televisión chilena perdón a la familia por el crimen cometido en 1982 durante la dictadura militar pinochetista.

En un mensaje transmitido por el canal 7 de Televisión Nacional de Chile y presenciando la cinta en video en el estudio por el hijo homónimo del asesinado, Tucapel Ji-ménez Fuentes, Herrera dijo que en principio se sintió "orgulloso" por el crimen or-denado por el régimen militar que lo instruyó como un "servicio a la patria".

"Señor Jiménez, de la forma más humilde y sincera les pido a usted y su familia perdón. Soy consciente de que no puedo pretender ser perdonado en este acto, comprendo por cierto que es largo y no menos difícil el proceso de perdonar al asesino de quien fuera el esposo, padre y abuelo, cuya vida fue truncada simplemente por pensar distinto", expresó en un dramático testimonio.

En lo que es la primera vez que un militar retirado de la dictadura e implicado directamente en las violaciones a los derechos hu-manos pide perdón públicamente, indicó que con el paso del tiempo y 13 años de prisión comprendió que aquello fue un acto "desgraciado, torpe e irracional homicidio que no tiene ninguna justificación".

El sindicalista Tucapel Jiménez fue asesinado el 25 de febrero de 1982 en un lugar apartado de Santiago tras ser secuestrado, y fue víctima de los servicios de seguridad del régimen militar y en concreto por la Central Nacional de Información, que estaba al mando del hoy ya fallecido general Humberto Gordon.

El juez especial Sergio Muñoz recién ce-rró el sumario del caso, mientras que el hijo del sindicalista dijo no ser nadie para perdonar a Herrera, quien sufre de cáncer terminal, pero que se considera "la única persona que cree en su arrepentimiento".

El presidente de la Corte Suprema chilena, Hernán Alvarez, criticó por su parte al juez especial Juan Guzmán Tapia, que instruye el proceso contra Augusto Pinochet, por su viaje a España para recibir un premio de organizaciones ligadas a los derechos humanos en relación a su papel de juez del caso del ex dictador.

Alvarez estimó que el viaje del magistrado al extranjero resulta inconveniente en su condición de juez del caso, en alusión a que no sólo instruye el asunto de la caravana de la muerte en que se implica a Pinochet, sino que atiende otras 240 querellas contra el mismo acusado.

Durante la víspera la defensa de Pinochet anunció que estudiaba impugnar el juez Guzmán Tapia ante los homenajes que está recibiendo en España, pues eso le resta imparcialidad.

En declaraciones de prensa, Guzmán Tapia dijo que prefería que el ex gobernante de facto hubiera sido sido extraditado a España, tras su detención en octubre de 1998 en Londres, ya que "hubiera sido más cómodo para mí".

Con todo, añadió, ahora en Chile la investigación sobre las violaciones a los derechos humanos es un reto interesante que la justicia está enfrentando libremente.

La jueza chilena Gabriela Pérez, que se quedó a cargo del caso Pinochet ante la ausencia de Guzmán Tapia, se inhabilitó este jueves para continuar el proceso contra Pinochet al declinar acoger o rechazar una recurso de la acusación para que se le procese como "autor intelectual" y no como "encubridor".

En tanto, la dirigente comunista Gladys Marín fue detenida por la policía durante unos 10 minutos frente al palacio de La Moneda, cuando encabezaba una protesta en repudio al informe militar sobre los detenidos desaparecidos, que ha sido muy cuestionado por la nula aportación de datos ciertos, y dejaba una carta dirigida al presidente Ricardo Lagos para que responda sobre este "vergonzoso" asunto.