Libro de Carlos Montemayor sobre el tema
Un hito, el resurgimiento de la literatura indígena
Ť Durante cinco siglos los explicaron, ahora ellos escriben sobre sí mismos Ť La visión del planeta como un ser vivo, el aporte de estos escritores
ARTURO JIMENEZ
Después de un largo proceso que quizá comenzó hace cinco siglos, con la llegada misma de los europeos o con la destrucción del primer códice, México vive uno de los acontecimientos culturales más importantes de finales del siglo XX y principios del XXI: el resurgimiento de la escritura y de la literatura en lenguas indígenas.
Se trata de nuevos textos en más de 10 lenguas indígenas --de las 62 que existen en México-- escritas mediante el alfabeto latino. Pero, ¿cuál es el significado que esto tiene, no sólo para las letras mexicanas sino para toda la cultura del país?
"Durante más de 500 años los no indígenas hemos tratado de decir qué son o qué no son los indígenas mexicanos, qué piensan o qué no piensan, qué creen o qué no creen, qué sienten o qué no sienten. Y además, todavía nos hemos atrevido a decir que nosotros rescatamos la tradición oral, los cuentos que estaban ocultos en las comunidades.
"Ahora, por vez primera, miembros de esas comunidades escriben en sus lenguas, escriben de sí mismos, para sí mismos. Ahí tenemos la voz que no hemos querido oír. Este es un cambio fundamental, porque ya no necesitamos estar imaginándonos la voz: ahora podemos oírla directamente, ahí está ese mundo. Y esto nos dará, de manera paulatina, una nueva visión del país."
Habla el escritor y lingüista Carlos Montemayor, en una larga charla en su casa del sur de la ciudad acerca de su reciente libro La literatura actual en las lenguas indígenas de México, editado por la Universidad Iberoamericana (Departamento de Historia).
Autor de la novela sobre la guerrilla de Lucio Cabañas Guerra en el paraíso y de los libros de ensayos Los pueblos indios de México hoy y Chiapas, la rebelión indígena de México, entre otros, Montemayor avizora:
"Si las reformas constitucionales que propone el EZLN y el Congreso Nacional Indígena, vía la llamada ley Cocopa, se llevaran a efecto y éstas tuvieran consecuencias en la realidad política del país, tendríamos un camino muy útil para el fortalecimiento de estas culturas, que van debilitándose tanto por el empobrecimiento de las zonas como por la migración de las nuevas generaciones y la aculturación."
También traductor y poeta, Montemayor domina lenguas indígenas como el maya y clásicas como el griego, además del hebreo y otros "idiomas europeos modernos". Con casi 20 años de trabajar con escritores de diversas lenguas indígenas, como investigador, tallerista y editor, es quizá el más autorizado sobre el tema.
En sus investigaciones descubrió aspectos de tal trascendencia como la gran cercanía cosmogónica e idiomática de las lenguas indígenas con las civilizaciones griega y romana clásicas o la complejidad compositiva de los rezos tradicionales. Y escribió libros como Arte y plegaria en las lenguas indígenas de México y Arte y trama en el cuento indígena (FCE).
Las tres literaturas mexicanas
Ahora, Montemayor publica La literatura actual en las lenguas indígenas de México, cuyos siete capítulos dan idea del amplio panorama que abarca el autor:
"La discriminación idiomática", "El resurgimiento de la literatura en lenguas indígenas", "Narrativa nueva y tradicional", "El teatro, que alguna vez fue danza", "Nuevas fronteras del ensayo", "El canto tradicional y la nueva canción" y "La poesía ayer y hoy".
En la charla, delimita los tres grandes y "formidables" rubros de la literatura mexicana: la escrita en español, a partir de la Conquista; la escrita en lenguas indígenas, en la época prehispánica, durante la Colonia y en los siglos XX y XXI; y la escrita en latín, sobre todo en el siglo XVIII, menos conocida pero fundamental para la idea "de país, de mestizaje y la revaloración de las culturas prehispánicas".
En el libro, señala que la literatura actual en lenguas indígenas es resultado de un complejo proceso que comenzó a darse entre maestros bilingües, promotores culturales, profesionistas e intelectuales originarios de varios pueblos donde se hablan esos antiguos idiomas.
Cabe destacar que aunque hay lenguas indígenas que desde antes ya contaban con escritores contemporáneos, se toma la década de 1980 como el punto de partida de este resurgimiento cultural, con la publicación de libros y folletos, y de textos en revistas y diarios.
Más adelante, en 1993, resalta el surgimiento de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas, que tiene más de 60 miembros de todo el país. En esa década se instauraron becas del Fonca y premios como el Netzahualcóyotl y el Continental Canto de América.
--En La literatura actual en las lenguas indígenas de México plantea que las dificultades que enfrenta un escritor en lenguas indígenas son mayores que las de un escritor en español, por ejemplo, entre Natalio Hernández, que escribe en náhuatl, y usted, que escribe en español.
--Sí, porque yo escribo de inmediato en lengua española y no tengo ninguna dificultad para tomar una técnica de escritura que ya tiene siglos de empleo. Y tampoco nadie lo duda en Buenos Aires, La Habana o Madrid.
"En cambio, el escritor en lenguas indígenas, hasta este momento, suele aprender a leer y escribir en lengua española, y luego en lengua indígena. Pero además, hay que tomar decisiones sobre qué rasgos del alfabeto latino o qué controles o modificaciones al alfabeto va a requerir o decidir.
La excelencia de esas letras
--Otro problema que varios de ellos han analizado es que la primera versión la escriben en español y luego traducen al respectivo idioma indígena.
--En algunos casos porque, como decía, primero aprendieron a leer y escribir en español. Pero también en ocasiones porque lo que les piden primero como promotores indígenas o bilingües en la SEP, el INAH, el INI o la Dirección General de Culturas Populares, son informes en español.
"Y luego se los piden en lenguas indígenas. Entonces, la vía corta es traducir del español a la lengua indígena, y es ahí donde empieza el conflicto". Y es que en su libro Montemayor menciona problemas como la "contaminación" de la sintaxis del español a las sintaxis de las lenguas indígenas.
Sin embargo, precisa que la mayor parte de los buenos escritores indígenas actuales escriben pensando en su lengua. "Así lo hacen los nahuas Natalio Hernández y Librado Silva; el mazateco Juan Gregorio Regino, los zapotecos Víctor Terán, Víctor de la Cruz y Javier Castellanos; el huichol Gabriel Pacheco; y así lo hacía el maya Gerardo Can Pat. Digamos que gran parte de la excelencia de la literatura en lenguas indígenas se identifica porque se inicia en la misma lengua".
Se le comenta que, por cierto, varios de esos autores han advertido que uno de los retos principales para este siglo XXI es la necesidad de aumentar la calidad de los textos escritos en lenguas indígenas.
Y señala: "No siempre es clara la diferencia entre 'escritura en lenguas indígenas' y 'literatura en lenguas indígenas'".
La riqueza sinfónica de un rezo
Montemayor destaca que la mayor parte de los escritores indígenas actuales que tienen un interés por el rigor idiomático, tienden a acercarse a la plegaria tradicional y estudiarla.
"En el arte de composición de los rezos se encuentran los vestigios más antiguos de la poesía prehispánica. Y ese modelo milenario de composición no sólo lo es en versificación, sino en sintaxis y recurrencia de vocablos ya no tan usuales pero mantenidos por la tradición oral".
Las lenguas indígenas, asegura, tienen una mayor riqueza compositiva que las lenguas modernas europeas como el español, el inglés o el francés. "Se trata de otro orden estético, más complejo, con una gama más amplia de valores sonoros", escribe en su libro. Y resalta en la charla:
Y destaca: "La complejidad del latín y del griego clásicos está más cercana a la complejidad de las lenguas indígenas mexicanas, que también tienen una desigual relación silábica, alturas tonales, rearticulaciones o golpes glutales. Esto permite, por así decirlo, una riqueza sinfónica mayor, intraducible a idiomas con tanta pobreza como las lenguas modernas europeas".
La llamada tradición oral, dice, se apoya en estructuras formales muy maleables pero a la vez bastante estrictas. "La Iliada y La Odisea fueron compuestos en verso hexámetro, que sería importantísimo para toda la literatura. Pero que se compusieron antes de la invención del alfabeto y, por lo tanto, son obras de pueblos ágrafos conservadas por tradición oral".
Lo que han encontrado los homeristas, sigue, es que en La Iliada y La Odisea el principal elemento de composición es la "elaboración formularia" a partir de "epitetos o construcciones fijas, o de medidas, alusiones o descripciones recurrentes".
Redondea: "Lo que hice fue aplicar el mismo método de análisis de los poemas homéricos a las lenguas indígenas, y el resultado fue increíblemente idéntico. La composición formularia es el arte que ha permitido la transmisión y conservación de las grandes plegarias prehispánicas".
Neruda estaría feliz
Se le comenta a Montemayor que el resurgimiento de las lenguas indígenas no se da sólo en México sino en toda América, y exclama:
"¡Es un fenómeno extraordinario! Creemos que los movimientos indígenas son solamente de resonancia regional. Pero la movilización política, la resistencia armada, la madurez en la vida política, económica y magisterial no es privativa de un solo municipio, región o país.
"La resistencia indígena en Bolivia o Ecuador es impresionante y fuerte. En Ecuador las organizaciones indígenas son las mejor organizadas de toda la sociedad. No hay organizaciones de trabajadores, maestros o campesinos que tengan mejor organización y más peso político que las agrupaciones indígenas.
"Así que estamos ante el resurgimiento de los pueblos indios en todo el continente. Y la literatura forma parte esencial de su vigor, el vigor político, cultural e histórico de esos pueblos.
"Por ello es natural que estén surgiendo estas voces que antes no queríamos oír y que Neruda trataba de escuchar a través de los vestigios del barro, de los tejidos, de las montañas. Pero a Neruda le hubiera sorprendido y agradado saber que esas voces que él empezó a cantar en el Canto general ahora se escuchan en todo nuestro continente y cada vez con mayor fuerza en libros, revistas, diarios."
Para Carlos Montemayor, en la medida en que las regiones de México con población indígena sean lo suficientemente ricas o productivas para mantener a sus habitantes activos, habría menos migración y un florecimiento cultural mayor que fortalecería a sus lenguas.
"La educación tendrá que irse modificando en México. Además de estu- diar inglés, los niños mexicanos deberían aprender alguna de las lenguas indígenas predominantes en la región donde habiten."
E ilustra: en Yucatán, Campeche y Quintana Roo, deberían estudiar, además de español e inglés, el maya; en la ciudad de México, el náhuatl o el mazahua; en Chihuahua, el raramuri o el tepehuano.
"Esto ayudaría mucho al mexicano a entender las culturas indígenas desde una perspectiva viva y con un respeto mucho mayor. Vincular los sistemas educativos con las culturas y las lenguas de las regiones sería un mecanismo ideal para cambiar la mentalidad racista del mexicano."
Integración y señales del universo
--¿Qué tienen que ofrecer todas estas lenguas indígenas al mundo occidental?
--La visión del mundo como un ser vivo, que el planeta está vivo. Y los escritores indígenas enseñan cómo la vida humana está vinculada con la otra vida: la de la naturaleza. El mundo no es el escenario donde la vida humana se desarrolla, sino el aliado que necesita para vivir. Esta es una de las contribuciones fundamentales.
--¿Podría decirse que es un planteamiento humanista, utilizando un concepto occidental?
--Claro. Y aquí las culturas indígenas actuales, más que estar cerca de nosotros, están cerca de los antiguos griegos y romanos. Otra contribución son las señales del universo en función del trabajo agrícola: cómo todo el universo está atento a la vida que germina en el mundo.
Aún más, Montemayor comenta que algunos autores han tratado también el tema de la contraposición entre "la vida urbana, racista" y "la vida indígena como opción de vida".
La actual literatura indígena, advierte, "muestra de lleno, sin posibilidad de que nos justifiquemos, la carga racista, incompresiva e ignorante del México moderno ante los pueblos indios.
"Como dije, algunos poetas indígenas van acercándose hacia la composición clásica de las plegarias tradicionales. Y el universo espiritual que hay ahí, la significación de las palabras mismas para el orden del mundo, de la salud, de la vida o de la educación es notablemente bella, poética, luminosa."
Carlos Montemayor concluye: "Al igual que en cualquier otra literatura del mundo, hay mucho que aprender de la vida y del ser humano en los escritores en lenguas indígenas".
La bibliografía de la literatura actual en lenguas indígenas --y trabajos sobre la misma-- es ya considerable. Publicada sobre todo por instituciones educativas y culturales, no es fácil sin embargo dar con esos volúmenes.
Cabe mencionar Los escritores indígenas actuales (Editorial Tierra Adentro, 1992), La situación actual y perspectivas de la literatura en lenguas indígenas (Seminario de Estudios de la Cultura, CNCA, 1993) y la colección Letras Mayas Contemporáneas (con más de 50 títulos y editada con el apoyo del INI-Fundación Rockefeller), de Carlos Montemayor.
In yancuic nahua tlahtolli (Nuevos relatos y cantos en náhuatl) (UNAM), presentados por Miguel León-Portilla, Alfredo Ramírez, Francisco Morales y Librado Silva. El mismo León-Portilla preparó la antología Yancuic tlahtolli: Palabra nueva (volúmenes 18, 19 y 20 de Estudios de la Cultura Náhuatl, UNAM).
Natalio Hernández publicó con Montemayor Literatura indígena, ayer y hoy. La flor de la palabra. Mientras, Víctor de la Cruz editó Antología de literatura zapoteca (Premiá Editora,1983).
La Dirección General de Culturas Populares del CNCA publicó desde 1994 la colección Lenguas de México y, en coedición con Diana, la colección Letras Indígenas Contemporáneas (1995).
Cuentos mayas (dos tomos, 1985-1986) y Leyendas y tradiciones históricas mayas (ambos de Maldonado Editores-INAH-SEP, 1987), de Domingo Dzul Poot.
Por falta de espacio no se mencionan títulos de libros publicados de manera individual, pero se ofrece a continuación una lista de sólo algunos de los escritores, aparte de los mencionados por Montemayor en la entrevista. No se especifican tampoco géneros, pues muchos escritores dominan varios de ellos.
Entre los mayas figuran María Luisa Góngora Pacheco, Andrés Tec Chi, Miguel May May, Jorge Echeverría, Santiago Domínguez Aké y Vicente Canché Móo. O Feliciano Sánchez Chan y Briceida Cuevas Cob.
Los chiapanecos escriben en las lenguas mayenses tzotzil, tzeltal, tojolabal, zoque y otras. De ellos puede mencionarse a Jacinto Arias, Enrique Pérez López, Armando Sánchez Gómez, Diego Méndez Guzmán, Isabel Juárez Espinosa y María Roselia Jiménez.
Entre los zapotecos están Macario Matus, Francisco de la Cruz, Irma Pineda, Jorge Magariño y Natalia Toledo. Con Rosendo Pineda, Andrés Henestrosa, Pancho Nácar o Gabriel López Chiñas, los zapotecos tienen más de un siglo escribiendo en su lengua materna y en español.
Entre los nahuas, que desde la Colonia nunca han dejado de escribir en su lengua, figuran escritores como Ildefonso Maya. Otros son la tarahumara Dolores Batista, el purépecha Joel Torres, el chontal Isaías Hernández Isidro o el ñahñu Jesús Salinas Pedraza.
Se recomienda acudir a la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas, en Eje Central Lázaro Cárdenas, primer piso, frente a la Torre Latinoamericana. Teléfonos: 5521-3356, 5521-3579, 5521-3959. E mail: [email protected]. ARTURO JIMENEZ