MIERCOLES Ť 25 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Grave, que el ICCM dependa de Desarrollo Social, sostiene el dramaturgo

Aura renuncia en el momento justo, luego de esperar mayor presupuesto: Rascón Banda

Ť La puntilla ocurrió cuando los programas y recursos pasaron a las delegaciones, dice

ARTURO JIMENEZ

Es lamentable que un funcionario de la cultura deba renunciar para hacer evidente la poca atención que el gobierno capitalino otorga a ese rubro, comentó ayer el presidente de la Sociedad General de Escritores de México (Sogem), Víctor Hugo Rascón Banda, acerca de la salida de Alejandro Aura del Instituto de Cultura de la Ciudad de México.

''Aura renuncia en el momento justo, después de esperar cuatro meses a que le dieran un presupuesto adecuado y que le redujeron hasta en 80 por ciento", dijo Rascón en la explanada del Palacio de Bellas Artes durante la lectura pública de Aura, de Carlos Fuentes, y uno de los Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez.

''Hubo muchas muestras de desinterés y una, la más grave, es que al instituto lo han colgado de la secretaría local de Desarrollo Social. Es como si Fox colgara al CNCA šde Sedesol! No es posible eso. Los problemas de Sedesol y de Desarrollo Social del DF son muy graves: la salud, el hambre, la pobreza, la educación. Pero la cultura es otra cosa."

Rascón espera que ninguna persona acepte tomar el lugar de Aura ''hasta que le garanticen interés por la cultura, un presupuesto adecuado y, sobre todo, una voluntad de atender las necesidades culturales de los habitantes de la ciudad más grande mundo, que merece el mejor instituto de cultura del mundo".

El dramaturgo rechazó la posibilidad de que Aura haya renunciado por la presión madre de legisladores panistas, y dijo: ''Ahí están las auditorías en la Asamblea Legislativa, las respuestas que Aura y su administración dieron a cada uno de los puntos cuestionados. No creo que haya habido actos de corrupción, Aura está renunciando por la falta de apoyo".

Hizo una evaluación: ''Lo poco que llegó a hacer Aura, esos actos públicos en el Zócalo, en las plazas, eran actos de prestidigitación, de creatividad, de innovación, porque no tenía nada con que hacer nada".

Y cuando se descentralizó el ICCM, señaló Rascón, ''le dieron la puntilla a Aura, pues todos los programas de cultura y los recursos pasaron a las delegaciones y a él lo dejaron sin nada. Ahora las delegaciones tendrán que innovar con esos pocos recursos. Así no se puede trabajar".

Cuestionó tal proyecto de descentralización y argumentó que cada entidad debe tener sus propios recursos, ''y no por eso quitárselos al instituto central, que coordina las actividades, que norma, que supervisa y que puede optimizar los gastos. Pulverizar los pesos es desaparecerlos".

Contra la barbarie

También presente en la lectura pública, el escritor Paco Ignacio Taibo II planteó: ''Esta ciudad necesita reorientar rápidamente la inversión y el gasto cultural, desarrollar un programa y ser el contrapunto de la actitud del gobierno federal, del proyecto neoliberal y la barbarie de sus ministros. La ciudad tiene que construirse como la diferencia, y esto urge".

-ƑParticiparías si te convocaran a nivel directivo?

-Depende.

-ƑCon un buen presupuesto?

-Con un proyecto. Lo que no se puede hacer es ir a enterrar al instituto. Esta ciudad no sólo necesita un instituto de cultura, sino una inversión muy potente en materia de cultura.

Respecto de qué puntos fundamentales debería tener un proyecto de cultura para el DF, Taibo II mencionó la necesidad de ''un proyecto de cultura de base", ''grandes campañas destinadas a los sectores más desprotegidos", ''desarrollar una política editorial", ''un concepto de cultura gratuita-espectáculo-plaza pública, pero articulado de una manera menos centralista".

En este punto reconoció los "aciertos grandes" de Aura. Además, llevar librerías, actividades e instituciones culturales "al desierto del nororiente de la ciudad de México", donde no son rentables en lo económico, "pero sí social, política y culturalmente". Por último, una política de apoyo y estímulo a los creadores de vanguardia que no pase por los ''sistemas viciados" de las becas. ''Hay que becar a los consumidores, no a los creadores. Becando a los consumidores se garantiza que los creadores vivan de su trabajo".

Concluyó: ''Esta ciudad necesita y merece un proyecto cultural de gran magnitud y no un recorte presupuestario en materia de cultura".