MIERCOLES Ť 25 Ť ABRIL Ť 2001
Alejandro Nadal
Creencias engañosas
El presidente Vicente Fox cree muchas cosas sobre la economía mexicana. Algunas de sus creencias más importantes pueden ser fácilmente desmentidas por los datos oficiales. Pero el Presidente parece estar demasiado ocupado para examinar esas informaciones. Para ayudarle un poco en su saturada agenda, sigue un análisis de las creencias presidenciales potencialmente más dañinas para el país.
En repetidas ocasiones el Presidente ha afirmado que la totalidad de los recursos recaudados por su propuesta de reforma fiscal será destinada al gasto programable. Es decir, 130 mil millones serán canalizados a educación, salud, vivienda, desarrollo agropecuario, infraestructura, comunicaciones y transportes. Otros 6 mil 500 millones serán utilizados para resarcir a los estratos más pobres por el impacto del IVA sobre alimentos y medicinas. O sea que 5 por ciento del monto recaudado regresaría a las familias más pobres, mientras que 95 por ciento será inyectado a la economía real por la vía del gasto público.
Hace una semana Fox dirigió un mensaje a la nación y mencionó la lista de inversiones adicionales en educación, salud, infraestructura y otros renglones. Esto significaría que el Presidente estaría adoptando un programa keynesiano de fomento al desarrollo a través del gasto público. El gasto programable crecería de manera muy importante, regresando al nivel que tuvo en 1994 (año de elecciones) y su efecto multiplicador sería enorme sobre la demanda agregada. Los técnicos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) seguramente estarían irritados por esta desviación ideológica del Presidente y la presión inflacionaria desencadenada sería vista por el Banco de México con muy malos ojos.
Eso quiere decir que los recursos generados por la reforma fiscal no serían destinados a cubrir el costo financiero de los intereses del IPAB-Fobaproa ni los Pidiregas ni del rescate a deudores de la banca ni a cubrir el quebranto de la banca de desarrollo. Sin embargo, hay que recordar que el déficit real reconocido por el gobierno, cuando se toman en cuenta esos componentes, equivale a 3.5 por ciento del PIB, casi cinco veces más que el déficit autorizado por el Congreso para este año.
ƑCómo puede estar tan equivocado el Presidente? Después de todo, se trata de un error gigantesco sobre compromisos financieros y revela un profundo desconocimiento de su propio presupuesto. Sin duda, la credibilidad de la Presidencia está en juego, y desgraciadamente el destino económico del país también.
La explicación ya la proporcionó el mismo Presidente al afirmar que la carga financiera reconocida por la SHCP ya está incluida en el déficit de 0.65 por ciento del PIB autorizado para este año.
Para apreciar la magnitud de esta equivocación hay que tomar en cuenta las afirmaciones del Presidente sobre los intereses del IPAB-Fobaproa. Afirma que se están pagando los intereses íntegros sobre los pagarés del IPAB y que este año se canalizan 40 mil millones de pesos por este concepto.
Aquí hay dos errores. Primero, ésa no es la cantidad que se está pagando. Segundo, esa cifra tampoco corresponde a los intereses totales generados sobre los pasivos del IPAB-Fobaproa.
Los intereses totales que se deben pagar a los tenedores de los pagarés del IPAB-Fobaproa este año rondan 93 mil 540 millones de pesos. Ese es el legado del sexenio pasado. Pero como Fox prometió durante su campaña cumplir con los compromisos del IPAB hasta las últimas consecuencias, es la hipoteca con la que su gobierno seguirá gravando la economía mexicana.
El Presidente ignora que sólo se están pagando 24 mil 270 millones de pesos y que eso alcanza apenas para pagar una parte de los intereses reales del IPAB (49 mil 270 millones de pesos, mdp). La otra parte del componente real se cubre con venta de activos del IPAB (20 mil mdp) y con una parte de las cuotas de los bancos que por ley deben entregar al instituto (5 mil mdp).
Ahora bien, el componente inflacionario de los intereses del IPAB-Fobaproa corresponde a otros 44 mil millones de pesos (33 por ciento de lo que se planea recaudar con la reforma fiscal). Esos intereses se anotan meticulosamente en las hojas de contabilidad de los bancos, bajo el ojo inquieto de los banqueros. Pero, según los compromisos del Presidente, deberán liquidarse.
Además de los intereses completos del IPAB-Fobaproa, el gobierno insiste en cubrir el costo financiero de pasivos no contabilizados en el presupuesto de egresos y ese servicio rebasa 82 mil millones de pesos. El problema es que no se puede pagar esa carga financiera sin anular la posibilidad de incrementar el gasto programable tal y como lo prometió el Presidente la semana pasada.
ƑPuede ser que un Presidente esté tan mal informado? ƑEstarán engañando al Presidente? ƑO simplemente se trata de una estrategia de mercadotecnia?