MIERCOLES Ť 25 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Cárdenas y López Obrador impulsan un proyecto; García y Ortega, el otro
Identificar al PAN como adversario principal o ir a un pacto para la transición, disyuntiva del PRD
Ť Empezó el debate sobre el rumbo que seguirá este partido al inaugurarse el sexto congreso
MIREYA CUELLAR, MATILDE PEREZ Y ENRIQUE MENDEZ ENVIADOS
Zacatecas, Zac., 24 de abril. En el Partido de la Revolución Democrática (PRD) hay dos posturas sobre su futuro: la que encabeza Cuauhtémoc Cárdenas y comparte Andrés Manuel López Obrador, para quienes el "adversario" político principal es el PAN, "su gobierno gerencial", que mantiene "los mismos intereses económicos" de los gobiernos priístas, y la abanderada por los grupos de Amalia García y Jesús Ortega, que desean ir a "un pacto para la transición" con el gobierno y otros partidos -incluido, por supuesto, el PAN- en sus afanes modernizadores que identifican con volverse una "oposición útil".
Criticas al gobierno panista
El debate sobre el rumbo del PRD empezó hoy en la inauguración del sexto congreso nacional. Cuauhtémoc Cárdenas pidió a los perredistas no confundirse, tener conciencia de la lucha histórica en que están inmersos e identificar al PAN como su adversario principal en la arena política, porque Fox está implementando "un gobierno gerencial y lleno de prejuicios, con su racismo, su represión a la cultura y al arte, su elitismo, sus políticas demagógicas, montadas en una mercadotecnia engañosa, de ofertas irresponsables, su anacrónico machismo y sus posiciones entreguistas".
Planteó que el adversario ya no puede ser el PRI pero sí el neoliberalismo, en el que han anidado el Fobaproa, los rescates carreteros y los abusos de los poderosos que siguen entronizados en el gobierno y haciendo de las suyas.
Nuestros adversarios, agregó Cárdenas, son aquellos que pretenden gravar alimentos, medicinas y libros y seguir imponiendo mayores cargas a un pueblo empobrecido, en vez de buscar los recursos que son necesarios para el desarrollo del país en la intensificación de la actividad productiva y gravando con equidad más a quienes más ingresos obtienen y menos a quienes menos reciben.
"Nuestros adversarios son quienes, como Zedillo y Fox, pretenden la privatización de las industrias eléctrica y petrolera en lugar de verlas como pilares de un crecimiento económico independiente; quienes pretenden esconder el carácter desintegrador del Plan Puebla Panamá, su propósito de integrar el norte de nuestro país como complemento de la economía de nuestro vecino del norte.
"Son aquellos que pretenden que los mexicanos se vuelvan parte de las intervenciones que se realicen en suelos extranjeros, con los pretextos de integrar fuerzas de paz o llevar a cabo intervenciones humanitarias que contradicen la política de no intervención y de respeto a la autodeterminación y se dan únicamente cuando así conviene a los poderosos, aquellos que después de una lamentable y vergonzosa argumentación injerencista se abstienen en el voto en Naciones Unidas en relación con los derechos humanos en Cuba."
Tengamos conciencia, pidió Cárdenas a los casi mil 100 delegados que estuvieron en la inauguración, que estamos inmersos en una lucha histórica que viene de muy atrás, que se expresó en los enfrentamientos entre insurgentes y realistas, entre liberales y conservadores, entre la República y el imperio, entre la reacción y la revolución.
"Tengamos conciencia de nuestros orígenes y los de ellos. Acción Nacional nace y se organiza para oponerse a la reforma agraria, a la educación popular laica y gratuita, a las grandes reformas sociales que abrieron nuevos espacios a los trabajadores, a los indígenas, a la creación cultural."
Son dos proyectos muy diferentes, apuntó, opuestos entre sí; el de la izquierda y el de la derecha, el de las libertades y el del oscurantismo, el de las mayorías populares y el de las élites financieras, el de la soberanía y el del entreguismo.
Antes, Andrés Manuel López Obrador había aclarado que no hay cambios en el actual gobierno. "Que nadie se engañe, el gobierno de Fox sigue privilegiando a los grandes capitales, son los mismos hombres, el mismo fundamentalismo democrático."
Nueva institucionalidad democrática
Postura distinta asumió la presidenta del PRD, Amalia García, quien explicó que el pacto de transición que siente las bases para reconstruir el país tendría que basarse en cuatro rubros: la construcción de una nueva institucionalidad democrática que sustituya al régimen presidencialista; la definición de una nueva política económica y social de Estado que conduzca a un desarrollo nacional con equidad; el desmantelamiento del viejo régimen de partido de Estado y de las redes de control que aún persisten, y una política exterior que revierta una integración subordinada a los procesos de globalización.
García también aludió a otra de las grandes divergencias que se dan en el PRD. Hay quienes creen que el partido debe tener como prioridad en el trabajo político el diálogo y la búsqueda de acuerdos, otros se inclinan por las movilizaciones y la vinculación con los movimientos sociales.
La primera es una postura que defienden García Medina y Jesús Ortega; con la segunda están identificados Cárdenas Solórzano y López Obrador.
"Ha llegado la hora -dijo García en el discurso inaugural- de que establezcamos con toda claridad las reglas de convivencia de estas dos grandes concepciones, y de las expresiones políticas que las sustentan. Hasta ahora, ambas, verdaderas corrientes de pensamiento, casi dos visiones del mundo y de la vida, han coexistido en medio de la tensión permanente".
Jesús Ortega, coordinador de la bancada perredista en el Senado y líder de Nueva Izquierda, abonó al tema. Habló de evitar visiones "conservadoras", las cuales vinculó a ataduras esquemáticas y verdades absolutas que el PRD debe desechar.
"No se trata de renegar de nuestro pasado y menos aún de traicionar nuestros principios, y lo digo porque en terrible confusión y desvarío frecuentemente se confunden principios con métodos; en razón de lo anterior el PRD debe cambiar para terminar con la perniciosa concepción de que el movimiento y la acción lo son todo. Eso no es verdad. Esto es necesario decirlo porque visiones de esta naturaleza siguen peligrosamente presentes en nuestro partido, un partido que se mueve en el empirismo, sin claridad en los objetivos, que responde por impulsos, es decir, sin proyecto y sin programa alternativo al sistema que combate, esto se pierde tarde que temprano en un activismo estéril y en un oposicionismo testimonial."
Esta parte de su discurso le valió a Jesús Ortega la más grande de las muchas rechiflas que recibió durante su intervención y que lo obligaron a demandar respeto de un auditorio que parecía sentirse agredido.
Las corrientes, si no cambian, podrían acabar con el PRD
El problema en que se ha convertido el funcionamiento de las corrientes también fue tema de los discursos inaugurales. Cuauhtémoc Cárdenas dijo que es indispensable que los perredistas se comprometan, a partir de una discusión franca y fraternal, a garantizar la institucionalidad del partido para que nadie, ni individualmente ni como grupo, la pueda vulnerar, "si no fuéramos capaces de resolver éste, que es un dilema real de nuestra organización, estaríamos poniendo en riesgo la existencia misma del PRD".
La prevalencia de la institucionalidad de las corrientes sobre la del partido y la expansión de prácticas burocratizantes y sectarias sólo conducirían al achicamiento del PRD hasta llevarlo, en un plazo mayor o menor, a su desaparición. En esas condiciones no habría partido para nadie, advirtió Cárdenas.
Hay quienes no quieren voces que intranquilicen su conciencia: Cárdenas
El líder moral del PRD tomó el toro por los cuernos y en los primeros párrafos de su discurso aludió a las expresiones en torno a si seguirá participando activamente en la vida política del PRD y si es correcto que tome posiciones en relación con problemas del país y decisiones que afectan la vida interna del partido:
"Me preocupan estas expresiones, sobre todo cuando proceden de compañeros del partido, porque parecería que temen a la palabra y al debate, no creo que piensen que en el PRD no deba hablarse o que sólo algunos tienen el derecho a hacerlo. Pensaría más bien que tienen dudas respecto a la justeza de sus propias actitudes o posicionamientos y que no quisieran discutirlas y prefieren por ello acallar las voces que intranquilizan sus conciencias. Tengamos muy presente que en el PRD para hablar nadie tiene que pedirle permiso a nadie."
Al abordar el tema de la relación del PRD con el EZLN, Cárdenas dijo que hay diferencias y coincidencias, pero "no tenemos por qué chocar y puedo adelantar que no vamos a chocar". Habría que pensar, agregó, que sin la necesidad de acuerdos formales, como ha sido hasta ahora, estaremos coincidiendo en las luchas por nuestra soberanía, por la democracia y la justicia.