LUNES Ť 23 Ť ABRIL Ť 2001

De Texcoco a San Marcos

Lumbrera Chico

Tauriferia, antiguo y olvidado neologismo que acuñara el maestro José Bergamín, es un vocablo formado por la fusión de las palabras "tauromaquia" y "periferia", y se refiere a todo aquello que acontece en los alrededores de la fiesta brava, que en un país tan centralizado como éste tiene su eje en la Monumental Plaza Muerta (antes Plaza México), misma que, hoy por hoy, descansa en paz.

Para examinar y ofrecer a los aficionados al viejo arte de lidiar toros bravos un panorama de lo que en tal disciplina acontece en nuestro país, ofrecemos estas reflexiones en voz alta. Para entrar en materia vámonos a las ferias que están en curso, la de San Marcos en Aguascalientes y la del Caballo en Texcoco.

Uriel Moreno El Zapata, que hace dos temporadas debutó con incierto éxito en la Plaza Muerta, ha aprendido a caminar cada vez con mayor seguridad ante los peludos y el sábado hizo el paseíllo como base del cartel inaugural del serial de San Marcos, en una corrida en la que también alternaron el hidrocálido Luis Fernando Sánchez y El Cachorro, con seis débiles toretes de la dehesa de Pilar Labastida, que resultaron un fiasco.

Muy valiente con capote, banderillas y muleta, El Zapata enardeció al villamelonaje, que llenó menos de media plaza, y aunque mató de estocada deficiente fue premiado con una oreja. Durante la faena que nunca logró estructurarle a su segundo de la tarde, fue espectacularmente empitonado llevándose un puntazo hondo en el muslo izquierdo. A pesar de la herida mató de cualquier manera a la bestia y se retiró a la enfermería entre aplausos y dianas. De sus compañeros de brega no hubo nada que decir.

Mientras tanto, en la placita Silverio Pérez de Texcoco, Eulalio López El Zotoluco recibió un maromón en su primero y tragó leña a rabiar con su segundo -ambos mansos y reservones-, cortando una oreja a base de tesón y arrestos. Al término del festejo, el diestro partió de inmediato a Aguascalientes, donde estaba anunciado para ayer con Fermín Espinosa e Ignacio Garibay y reses de La Venta del Refugio.

Garibay también actuó el sábado en Texcoco, pero nada pudo ante los gordos y tardos cornúpetas de la vacada de los hermanos Lebrija, que sin embargo le embistieron con mayor alegría a Rafael Ortega quien, siempre solvente en los tres tercios aunque carente de imaginación para ejecutar las "variaciones sobre el mismo tema" que son la esencia del toreo, obtuvo en recompensa las dos orejas del quinto de la tarde.

Ayer estaba prevista la reaparición de Mariano Ramos en la Silverio Pérez en compañía de Fernando Ochoa y José María Luévano con material de la ganadería de Montecristo, pero de lo que se habla por el momento en los corrillos taurinos de todo el país es del paquetazo que aguarda a El Zotoluco el próximo 2 de mayo, nada menos que en Las Ventas de Madrid, donde le echarán "elefantes" de Hernández Pla, con casi 600 kilos en promedio, y unos cuernos de aquí hasta allá.