LUNES Ť 23 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Los ejecutantes se forman en la práctica, afirma

Critica Rossana Filomarino improvisación de bailarines

Ť Desarrollan muchas habilidades, pero no una solidez Ť La coreógrafa y maestra recibe hoy el reconocimiento José Limón

MERRY MAC MASTERS

ccEn la actualidad los bailarines "se hacen como puedan y eso para mí es malo", afirma la bailarina, coreógrafa y maestra Rossana Filomarino, ganadora del 14 Premio Nacional de Danza José Limón, que le será entregado el lunes 23 en Culiacán, Sinaloa, al inicio del festival dedicado a la figura del creador sinaloense.

Filomarino explica que los bailarines de hoy, ante la diversidad de técnicas, "no se enfrentan a una formación paulatina, sino se avientan con todo su entusiasmo a lo que haya. Sobre todo, se van haciendo sobre la escena. Lo que antes consideramos que era el último paso, ahora es parte de la formación. Es decir, se forman bailando.

"Para mí eso tiene un inconveniente. Desarrollan muchas habilidades pero no una solidez. Mi pregunta es siempre, ¿cuánto dura un bailarín así? Creo que mucho menos que uno bien formado. Si sigo bailando es gracias a mi formación académica en todos los sentidos rigurosa. Tampoco quiero ser cerrada, entonces, lo ideal sería escoger un tipo de técnica. Aunque tengo mi preferida, puede ser cualquiera, pero que sea una sobre la cual formarse, a la vez que abrirse a todo lo que puede uno conocer".

-¿Así lo hiciste tú?

-No tanto porque cuando era más joven no había tantas ofertas. Escogí la técnica Graham, pero también he estudiado, porque me gusta, la Limón. Practiqué la de Nikolais un tiempo. La de Cunnigham nunca me interesó. Esas eran las opciones que había en ese momento. Luego, estudié el butoh, pero eso es otro renglón.

Nacida en Roma, Italia, en 1945, Filomarino empezó a estudiar danza a los cinco años. En el 52 ingresó a la Academia Nacional de Danza donde tuvo como maestros de ballet a Harold Linder, George Balanchine y Boris Kniaseff, y de danza moderna a Kurt Joos y Pauline Koner. En 1963 obtuvo una beca del Instituto de Educación Internacional en Nueva York, urbe donde tomó clases, entre otros, con Martha Graham. Tres años después recibió una invitación del Instituto Nacional de Bellas Artes para impartir cursos de técnica Graham en el Ballet Nacional de México.

Maestra con mucha demanda, Filomarino dice que hoy día la técnica Graham todavía se utiliza en varias escuelas, como la Academia de Danza Mexicana. Sin embargo, con "todo el dolor de mi corazón" reconoce que "ya no es una técnica que se acostumbra practicar", y eso en todo el mundo. Atribuye ese "rechazo" a que "al haber otras opciones más accesibles, uno opta por lo más fácil. La técnica Graham, como el ballet, requiere de años de estudio para poderla dominar. En esta sociedad que todo lo queremos rápido, no sé eso a qué nos va a llevar".

En 1991 la entrevistada fundó su propia compañía, DramaDanza, en donde el teatro se articula con el baile. En este sentido espera que el premio sirva para despertar curiosidad en su quehacer y que la compañía "pueda tener trabajo porque ahorita, entre los acomodos y los cambios, todo está arrancando lentamente. Mi esperanza es que nos llamen a bailar, que es lo que hacemos, no tanto el dinero (el monto es de 30 mil pesos), porque ni siquiera se podría hacer una producción. Pero sí espero que redunde en una mayor actividad para la compañía". Por lo pronto bailará en los festejos del Día Internacional de la Danza y para junio se contempla una temporada en el Teatro de la Danza, a fin de celebrar 35 años de actividad profesional de Filomarino y diez de DramaDanza. Para este compromiso repondrá la obra Celebraciones, así como Periplo.

Respecto de la danza que se hace en México, Filomarino dice que "no estamos tan mal" dentro del panorama mundial. Las tendencias son las mismas. Además, "tenemos muy buenos bailarines", aunque en lo concreto "hay muchísimos grupos que surgen cada día y no te estoy hablando de la misma calidad, obviamente. Pero en el nivel de gente que ha trabajado muchos años o inclusive de algunos más jóvenes que ya tienen una solvencia escénica, sí considero que estamos a la altura de la danza internacional o mejor, aunque tal vez no tanto en cuanto a reconocimiento oficial".