Rivera Carrera percibe intolerancia hacia Abascal
Ť Confía en que "ojalá lo laico no se tome como represión a la manifestación religiosa"
ANGELICA ENCISO L.
El cardenal Norberto Rivera Carrera comparó el derecho de un ateo que no quiere que sus hijos en su formación educativa lean la sagrada escritura, con el rechazo del secretario del Trabajo, Carlos Abascal, para que su hija leyera Aura. Dijo, en defensa del funcionario, que "nadie debe ser criticado por lo que cree o no".
Al término de la homilía dominical en la Catedral Metropolitana, el prelado se refirió también a la matanza del jueves pasado en Chiapas, y confió en que este hecho no ponga en riesgo el diálogo y la firma de la paz. Casos como éste, agregó, "muchas veces son venganzas que se realizan entre los pueblos, entre las comunidades. Ojalá que el gobierno no los deje solos, para que con la presencia de la autoridad se disuada a aquellos que quieren cometer un crimen".
En los breves minutos de la entrevista con el cardenal, el tema que predominó fue el de Carlos Abascal y su oposición a la lectura de los libros Aura, de Carlos Fuentes, y Doce cuentos peregrinos, de Gabriel García Márquez, que la profesora Georgina Rábago dejó a sus alumnas del Instituto Félix de Jesús Rougier, donde estudia la hija del funcionario.
-¿Qué opina sobre el escándalo en que se vio envuelto esta semana el secretario del Trabajo?
-Creo que si un ateo en alguna ocasión no quiere que sus hijos lean la sagrada escritura, está en su derecho de pedir que no se incluya en su proceso de formación. Ojalá y que lleguemos al tiempo de la tolerancia, donde también la sagrada escritura pueda presentarse a todos.
-¿Se ha exagerado el asunto?
-Así es, como usted lo dice.
-La CNDH señaló que la intolerancia religiosa es una bomba de tiempo, usted ¿cómo ve esto?
-Esperamos que no se llegue a ese momento, porque creo que nadie quiere favorecer esa intolerancia. Yo pienso que hay que ser respetuosos al modo de pensar de los demás, a las decisiones que tome cada quien para dirigir su familia, para comportarse en su vida privada como quiere.
-¿El caso del secretario del Trabajo es muestra de la intolerancia religiosa?
-A la inversa, y al revés volteado.
-¿El Estado debe replantear su carácter laico?
-Yo creo que está perfectamente definido lo que debe ser laico, ojalá y nunca se tome, como lo hicieron algunos, como una represión a la religión, a la manifestación religiosa. Nadie puede ser reprimido por su creencia o no creencia; nadie debe ser criticado por lo que cree o lo que no.
Antes, en la homilía, el cardenal se refirió a la justicia y la misericordia. Dijo que la Iglesia y el mundo, tienen necesidad de misericordia, una exigencia tan grande de perdonar no anula las "objetivas exigencias de la justicia, sino que va más allá. La justicia rectamente entendida constituye por decirlo así la finalidad del perdón".