Espejo en Estados Unidos
México, D.F. sábado 21 de abril de 2001 
Búsquedas en La Jornada
 
Números Anteriores
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
Correo Ilustrado
Política
Economía
Cultura
Espectáculos
Sociedad y Justicia
Estados
Capital
Mundo
Deportes
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada de Oriente
Correo electrónico

 

Editorial
  
¿FUTURO PROMISORIO PARA EL HEMISFERIO? 

SOL En un clima de tensión, debido a las protestas de grupos opositores a la globalización económica y el libre comercio, inició ayer en Quebec, Canadá, la III Cumbre de las Américas, reunión en la que 34 mandatarios del continente americano discutirán la creación de un acuerdo de libre comercio entre los países del hemisferio, propuesta impulsada en 1994 por el entonces presidente de los Estados Unidos, William Clinton, en la primera cumbre de jefes de Estado y de gobierno celebrada en Miami. 

Desde aquella primera reunión, y durante las reuniones ministeriales posteriores, los Estados Unidos han marcado el ritmo de las negociaciones con visos a acelerar los acuerdos y adelantar la fecha de instalación del acuerdo comercial en el 2003, idea que George W. Bush parece estar dispuesto a retomar. 

En voz de su secretario de Estado, Colin Powell, esta es su posición: "el presidente Bush espera con ilusión la oportunidad de agilizar las negociaciones de este acuerdo". 

Sin ahondar en el debate sobre los beneficios y consecuencias de un acuerdo comercial de esta naturaleza, llama la atención la impaciencia del gobierno estadunidense para poner en marcha el acuerdo, a la luz de sopesar la desaceleración económica que acecha aquel país y una previsible recesión de impacto hemisférico. 

Una vez puesto en vigor el acuerdo, los Estados Unidos podrán vender todo tipo de productos sin obstáculos ni restricciones en un mercado de más de 800 millones de personas, sin considerar las condiciones de desventaja que, en la lógica del libre comercio, padecerán los productores de la mayoría de los países del continente americano. 

En el caso de México, la firma apresurada y carente de consenso del Tratado de Libre Comercio (TLC), ha ocasionado el colapso de diversos sectores, especialmente el agrícola, debido a la falta de legislaciones que protejan a los productores. México abrió sus fronteras al libre comercio sin una base de igualdad, sin las normatividades necesarias para proteger cuestiones fundamentales como la cultura popular, las industrias culturales, la producción agropecuaria, la biodiversidad, los transgénicos y una larga lista más. 

Sin una base legal que garantice igualdad y bienestar social en el terreno de la libre competencia, el grueso de los países latinoamericanos que se sumen a este mercado continental, más que aprovechar las publicitadas bondades de la apertura comercial, contribuirán a los intereses de expansión hegemónica de Estados Unidos, país que, en su histórico afán colonizador, ahora por la vía del libre comercio, siempre buscará sacar ventaja de todos los socios comerciales que tiene. 

George W. Bush ha declarado que en la cumbre apoyará iniciativas para ayudar a las naciones ante los desastres naturales, a mejorar la atención sanitaria, a combatir la corrupción y el narcotráfico, a proteger el medio ambiente, aunque en este último caso, es necesario destacar que acaba de despreciar el Tratado de Kioto. 

Pero, ¿qué nos hace pensar en un futuro promisorio para el continente cuando el único ideal común entre Estados Unidos y el resto de las naciones es el libre comercio? ¿Existe acaso una identidad hemisférica o nos encontramos ante la idea de un continente unido por el comercio mediante un acuerdo ad hoc a los intereses de Estados Unidos? 

Antes de que México y muchos países del continente se deslumbren con las virtudes de un acuerdo hemisférico que urge a Estados Unidos, será necesario analizar a profundidad el contenido, escuchar a las organizaciones de la sociedad civil --incluidas las voces de protesta--, ampliar el debate a todos los sectores involucrados, con el fin de elaborar un marco legal que nos permita competir en condiciones de igualdad. 

Ojalá que la prisa estadunidense no sofoque más la soberanía de las naciones del continente, el respeto a sus leyes, las posibilidades reales de desarrollo. 

  
 

 

La Jornada, Coordinación de Sistemas Francisco Petrarca 118, Col. Chapultepec Morales, delegación Miguel Hidalgo México D.F. C.P. 11570 Teléfono (525) 262-43-00, FAX (525) 262-43-56 y 262-43-54