SABADO Ť 21 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Tenía 77 años
Falleció André du Bouchet, poeta y traductor francés
André du Bouchet, uno de los más grandes poetas franceses de su tiempo, autor de una obra esencial y enigmática, traductor de Shakespeare, Joyce, Hölderlin y Celan, entre otros autores, falleció a los 77 años en París, luego de permanecer voluntariamente recluido y alejado de todas las ceremonias e industrias que intentaron, en vano, atraerlo y someter su independencia crítica, informa un reporte periodístico publicado ayer por el diario español ABC.
El escritor fue considerado en las páginas del rotativo como el "más hermético y plurilingüe de los poetas franceses del último medio siglo''.
Air (1951), L'Incohérence (1957), Laissés (1959) y Dans la chaleur vacante (1961) fueron premiados y -relata ABC- le dieron una sólida fama, "parcialmente eclipsada por su insobornable silencio".
Du Bouchet, voluntariamente recluido en una soledad absoluta, a pesar de haber recibido un apoyo crítico estimable, es autor de una larga veintena de libros, enigmáticos, considerados frecuentemente de "difícil comprensión" y poco traducidos a otras lenguas.
De su abuelo paterno aprendió de niño un inglés-americano que le sería muy útil cuando decidió huir desde Normandia a Estados Unidos, en 1940, llevándose consigo un solo libro, un diccionario de griego. Su abuela materna lo inició en el estudio del ruso y el yiddish.
Cerca de veinte años en Estados Unidos no le hicieron perder sus raíces europeas. Y a su regreso, definitivo, fue uno de los fundadores de la revista L'Ephémere, donde se publicaron las primeras traducciones francesas de Paul Celan.
Durante los últimos veinte o treinta años, Du Bouchet trabajó en una serie ininterrumpida de Carnets, que han sido expuestos, recientemente, en una de las más célebres librerías de la plaza de Saint-Germain-des-Prés: se trata de libros-fragmentos que, a la manera del Coup de dés, de Mallarmé, exploran nuevas relaciones entre la palabra, la sintaxis, el espacio y la página en blanco.
André du Bouchet fue amigo de grandes pintores y escultores, como Giacometti, Bram Van Velde y Tal Coat, que también han explorado las infinitas formas de la soledad.