sabado Ť 21 Ť abril Ť 2001

Enrique Calderón A

Las cuentas del gran capitán

Con grandes proyectos de desarrollo por realizar, el gobierno de Fox se encuentra ante la dramática realidad de que no tiene recursos para llevarlos a cabo, porque los impuestos que recibe apenas son suficientes para pagar los compromisos contraídos por sus antecesores, para financiar planes que poco o nada sirvieron al país, pero que en su tiempo fueron promovidos con el mismo entusiasmo de hoy.

Ante tal situación, Fox y su equipo de gobierno optaron por la solución más sencilla y efectiva para ellos, aumentar la recaudación mediante la aplicación del IVA a cuatro o cinco conceptos, a los que hoy no se aplica: alimentos, medicinas, transporte, educación y materiales impresos (libros y revistas).

Difícilmente se podría haber preparado un proyecto fiscal más desafortunado, en cuanto que pone de manifiesto la incapacidad técnica y la falta de visión política y social del actual equipo de gobierno. Los resultados y las críticas no se han hecho esperar. El gobierno de Fox avanza hacia una crisis de gabinete como no se había visto en la historia de nuestro país.

Para empezar, el monto de los impuestos que se pretende obtener está equivocado, los 135 mil millones de la nueva recaudación anual por la aplicación del IVA no son posibles, de acuerdo con la información oficial disponible: la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares realizada por el INEGI en 1998, permite inferir que el gasto anual de todas las familias mexicanas por los cinco conceptos mencionados fue de 390 mil 995 millones de pesos, que al aplicarles el IVA dan un valor de 58 mil 648 millones de pesos anuales (de 1998), cifra que al ser proyectada al 2001 difícilmente llega a los 78 mil millones, es decir, 57 mil millones menos que lo planteado por los asesores del Presidente. ƑDe qué se trata? ƑAcaso tienen problemas con la aritmética? ƑDe veras sabrán cómo manejar esos recursos?

Pero si las cantidades están mal, los supuestos también. El equipo de Fox parece olvidar que la aplicación del nuevo impuesto se hará sobre una población que ha sido golpeada por una sucesión de crisis económicas continuas, que la tienen sumida en la más terrible pobreza, al grado de que más de la mitad de la población más pobre del país gasta la totalidad de sus ingresos precisamente en los cinco conceptos que hoy están exentos del IVA, y en el pago de servicios relacionados con la vivienda.

Aunque los altos funcionarios del gobierno están en lo correcto al decir que los mayores ingresos de la nueva aplicación del IVA provendrán de los grupos con mayor capacidad económica, parecen no entender que las aportaciones de los que menos tienen representarán una cantidad enorme para ellos, una carga impositiva realmente insoportable.

Así, 20 por ciento de la gente más pobre del país, que por la dimensión de sus ingresos y la orientación de sus gastos simplemente no pagaba ningún impuesto, ahora tendrá que pagar en términos redondos 13 por ciento ó 14 por ciento de sus exiguos ingresos. Fox y su equipo quizás debieran meditar en el hecho de que 20 millones de pobres exasperados, que nada tienen y que de pronto se vean obligados a pagar impuestos por primera vez en su vida, en medio de un proceso de inflación provocada por esas mismas contribuciones, podrían ser suficientes para crear un escenario de ingobernabilidad, de los que sólo se resuelven con tanques o simplemente no se resuelven. ƑAcaso no sería esto un mensaje más desalentador para los inversionistas extranjeros que los que hoy prevé el señor Sojo?

Ante la cascada de tonterías irritantes de sus colaboradores cercanos y sus efectos en la sociedad, quizás sea prudente para Fox empezar a pensar en un posible cambio global de su gabinete, junto con un proyecto económico más apropiado; un hecho así, además de necesario, sí constituiría una verdadera innovación en las formas de dirección del país. Ť