Ť En los próximos días, la reacción del EZLN
Abandonó el Ejército la base militar de Guadalupe Tepeyac
Ť Miembros de la Cocopa revisarán la situación jurídica de los zapatistas presos en Querétaro y Tabasco
ELIO HENRIQUEZ CORRESPONSAL
Guadalupe Tepeyac, Chis., 20 de abril. El Ejército Mexicano se retiró esta madrugada de la base militar que mantuvo en esta comunidad tojolabal desde el 10 de febrero de 1995, y con ello el gobierno federal cumplió una de las tres "señales mínimas" exigidas por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) para reanudar el diálogo.
El retiro militar del campamento instalado aquí hace 2 mil 260 días, así como el cierre de las bases que estaban en Amador Hernández, Jolnachoj, Cuxuljá, Roberto Barrios, La Garrucha y Río Euseba fue certificado hoy conjuntamente por el comisionado para la paz en Chiapas, Luis H. Alvarez, y por el representante del EZLN, Fernando Yáñez Muñoz, quien dijo que informará a la directiva rebelde y ésta dará su opinión próximamente.
El comisionado gubernamental sostuvo que con el retiro de los militares de las siete posiciones, el gobierno del presidente Vicente Fox "avanza en el cumplimiento de las señales solicitadas por el EZLN para la reanudación del diálogo y las negociaciones de paz".
Estas acciones, enfatizó, "ponen de manifiesto la voluntad de las partes para cumplir su compromiso frente a la nación para que a través del diálogo se alcance una paz justa, digna y verdadera".
La Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa) calificó el retiro militar como "un paso importante en la búsqueda de la solución al conflicto", y anunció que en la próxima semana integrantes de esa instancia legislativa se trasladarán a Tabasco y Querétaro para que, "en un marco de respeto a la soberanía de esas entidades, revisemos con los poderes Ejecutivo y Judicial la situación jurídica de los (seis) presos zapatistas" cuya liberación exige el EZLN.
Retiro en la madrugada
Aunque la ceremonia oficial para dar por concluido el retiro inició ayer al mediodía, los últimos 200 militares que estaban en la base castrense salieron a las cuatro de la madrugada de este día en 30 vehículos.
La entrega oficial de los edificios a la secretaria de Desarrollo Social, Josefina Vázquez Mota, la hizo uno de los generales encargados del cuartel, ayer a las 22 horas, en una sencilla ceremonia.
Una vez entregadas oficialmente las instalaciones para que funcionen ahí los centros de desarrollo comunitarios, los soldados desocuparon la base -antes de que amaneciera- a hurtadillas y de manera silenciosa como lo han venido haciendo desde hace algunas semanas. "Ora, entren pinche carroña", alcanzó a gritar antes de trepar al camión el último soldado que salió del cuartel, al ver a varios fotógrafos que aguardaban en la puerta.
En uno de los dos puestos castrenses ubicados en este pueblo fantasma los federales destruyeron algunas de las construcciones de madera, cortaron el agua y la luz. La gran cantidad de madera producida por los árboles que talaron para edificar algunas chozas permanece apilada. El enorme horno de tierra para cocer el pan quedó intacto, e incluso estaba caliente, con señales de haber sido utilizado esta madrugada poco antes de ser abandonado por sus constructores.
Las matas de plátano, café y los jardines quedaron como estaban, al igual que los baños y los sanitarios de tipo urbano que utilizaban los jefes militares, en una zona donde estos "lujos" casi no se ven.
Por la mañana, antes del acto oficial, Alvarez y Yáñez visitaron Río Euseba -situado a unos 25 kilómetros de Guadalupe Tepeyac- para dar fe de que el Ejército se había retirado.
De regreso a esta comunidad hicieron lo propio con uno de los dos campamentos.
Después entraron a lo que fue el edificio principal de la base militar y donde en agosto de 1994 el EZLN construyó el primer Aguascalientes y se realizó la Convención Nacional Democrática. Para esa hora (11 de la mañana) ya habían llegado los demás invitados, como Rodolfo Elizondo, coordinador para la Alianza Ciudadana; Xóchitl Gálvez, titular de la oficina para la atención de los indígenas; el gobernador Pablo Salazar; diez miembros de la Cocopa, el ex senador Carlos Payán Velver, integrantes de organismos no gubernamentales como Amnistía Internacional, entre muchos otros.
Juntos, Yáñez, Alvarez y Elizondo, seguidos del resto del grupo, recorrieron el campamento, donde empleados de la Sedeso pintaban con color blanco los edificios verdes. Pero a la hora del acto no iban ni siquiera a la mitad de la tarea, que tuvieron que suspender momentáneamente.
Diálogo en la base militar
--¿Qué planes tienen para estas instalaciones? --preguntó Fernando Yáñez al comisionado.
--Lo que las comunidades decidan --respondió.
Y así fueron platicando --a veces terciaba Elizondo-- varios minutos mientras hacían el recorrido por el lugar, el cual está adornado con jardines bien cuidados.
Al término del recorrido, ambos sostuvieron una reunión privada para después salir al patio del edificio --donde ondeaba la bandera mexicana-- y participar en la ceremonia oficial.
Ante decenas de invitados y de periodistas que llegaron hasta esta comunidad tojolabal, el comisionado comenzó a leer un comunicado para informar que el retiro militar en las siete bases antes mencionadas estaba concluido, pero al terminar de leer el cuarto párrafo, en el que ratificó el compromiso del gobierno federal "para superar las condiciones de injusticia y marginación que dieron origen al conflicto, a través de programas de desarrollo diseñados e instrumentados con la activa participación de las propias comunidades y en coordinación con las autoridades estatales", se detuvo para informar que "por acuerdo de las partes se hace una pausa en la que se despide el arquitecto Yáñez".
Oportunidad de justicia social
Mientras el representante del EZLN se retiraba, Alvarez continuó la lectura del documento, en el cual asentó que los centros de desarrollo comunitarios que sustituirán a los cuarteles "representan una oportunidad para intensificar las acciones que permitan resolver las causas que dieron origen al conflicto en Chiapas".
En entrevista aseguró que con la retirada de los militares "termina una etapa y ahora viene lo bueno: el cumplimiento de las promesas". Y subrayó: "abrigo una fundada esperanza de que las cosas van a seguir por el camino que nos hemos propuesto". Luego remarcó: "no habrá ningún obstáculo que no pueda ser superado".
Antes de retirarse, Fernando Yáñez dijo que hoy mismo informaría a la directiva del EZLN acerca del retiro de los soldados de las siete bases castrenses, y que seguramente en los próximos días el grupo armado tendrá una respuesta.
Dijo que a él le parece "positivo" el hecho, pero aclaró que será la comandancia zapatista la que dé la opinión al respecto.
En voz de su presidente en turno, el diputado del PT, Félix Castellanos, la Cocopa reiteró su compromiso con la paz y manifestó que harán "todos los esfuerzos necesarios para lograr la aprobación de la iniciativa de reformas constitucionales en derechos y cultura indígenas, porque consideramos que con este paso creamos las condiciones jurídicas y políticas para atacar de raíz las razones que dieron lugar al conflicto".
Josefina Vázquez, en su intervención, invitó a los habitantes originales de esta comunidad que en febrero de 1995 se exiliaron selva adentro por la ofensiva militar, a que "regresen a sus hogares y que juntos construyamos los caminos para que estas tierras sean productivas para el beneficio de sus familias y sus comunidades". Sobre el eventual retorno, el EZLN no ha dicho nada, aunque es público que las viviendas están derruidas, y los matorrales prácticamente se las han "tragado".
Ultimo en hablar, el gobernador Pablo Salazar manifestó que antes de diciembre el acto realizado "era inimaginable, pero hoy es una realidad y constituye una de las acciones de mayor precio que todos reconocemos".