VIERNES Ť 20 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Discriminación, peligro latente en el país, coinciden expertos en un seminario sobre el tema
Tolerancia, obligación del Estado, no concesión graciosa del poder
Ť El reconocimiento a las diferencias se debe extender a todos los grupos culturales, religiosos y raciales
JOSE GALAN
A fin de combatir el racismo persistente en la idiosincrasia del país, los mexicanos debemos reconocernos como una nación multicultural y eliminar de la conciencia colectiva cualquier forma de discriminación, no sólo hacia los pueblos indios, también hacia otros grupos culturales, religiosos y raciales, coincidieron investigadores en el cierre del Seminario Internacional sobre la Tolerancia. Según ellos, este valor no debe ser una concesión graciosa del poder, sino una obligación del Estado.
Luego de hacer un recuento sobre las causas y los efectos del nazismo como paradigma del antisemitismo, la investigadora Judit Bokser, de la UNAM, consideró que, como en ese caso, la xenofobia y la intolerancia se nutrieron "de una prolongación cultural del acecho a la diferencia".
En estos tiempos, advirtió, hay nuevas formas de prejuicios. "Hay nuevos racismos e intolerancias, por lo que también hay nuevas agendas de rechazo al racismo", dijo. Señaló que con la globalización, "que ha abierto y cerrado murallas'', se han exacerbado actitudes xenofóbicas contra inmigrantes, indocumentados y desplazados.
Según la investigadora Alicia Castellanos Guerrero, de la UAM, es necesario no perder de vista "las ambivalencias y los límites de la tolerancia", y advirtió que "en no pocos casos, el racismo forma parte de la cultura nacional", por lo que se deben acotar los límites y el uso político de la tolerancia.
''El racismo en nuestro país no es fácil de limitar, sobre todo en momentos en que los grupos minoritarios, sobre todo indígenas, se hacen más visibles", por lo que los mexicanos debemos construir una verdadera nación multicultural.
Melba Pría, de la CNDH -institución que organizó el seminario-, sostuvo que el racismo en México "es una realidad no reconocida", y puso como ejemplo una revisión en diversas bibliotecas sobre la bibliografía al respecto; encontró que en su gran mayoría, los textos sobre racismo existentes se refieren a otros países: ''Pocos son los textos sobre el racismo en México. En algunos casos, no llegan a 8 por ciento del total de textos sobre el tema; en otros, a 12 por ciento". Para erradicar el racismo en nuestro país, propuso promover acciones legislativas y reducir la desigualdad de los indígenas.
Gilberto Rincón Gallardo, coordinador de políticas de tolerancia del gobierno de Vicente Fox, dijo que precisamente "la tolerancia frente a prácticas discriminatorias no es suficiente para enfrentar el dilema del racismo", y advirtió que ese valor debe ser una obligación del Estado "y no una concesión graciosa del poder".
El antropólogo Rodolfo Stavenhagen, de El Colegio de México, consideró que la tolerancia "es un tema de gran importancia en el país, al que no se le ha dado la importancia debida", por sus implicaciones éticas, políticas, jurídicas y también prácticas en la vida cotidiana: "En las tres últimas décadas han surgido nuevas formas de racismo, y se han mostrado en forma más virulenta y activa", agregó.
"Si bien el racismo científico ha desaparecido del debate intelectual, persiste la creencia en la escala de superioridad e inferioridad; está muy arraigada aún, por ejemplo en México", y advirtió que el problema es un fenómeno "múltiple, complejo", que no se puede reducir únicamente al aspecto legal, sino que es un problema político vinculado a situaciones de tipo social, cultural, sicológico y social.
Habló de cuatro tipos de racismo: el subjetivo, es decir, el personal, basado en prejuicios y estereotipos; el legal, jurídico, como el que existía en Estados Unidos respecto de los afroamericanos; el institucional, basado en la forma en que se manejan las instituciones sociales, culturales, económicas y políticas, sustentado en relaciones de desigualdad, y el estructural, "el que más prevalece en el mundo actual, y que permea a la sociedad en su conjunto''. Este último, ''no es intencional sino que se expresa por los resultados: deforestación, destrucción del suelo, contaminación de las aguas y disposición de residuos tóxicos".
"ƑA dónde van dirigidas estas prácticas?", se preguntó. "A los que menos tienen y que más sufren: indígenas, minorías étnicas, culturales y raciales. Si vamos a hablar de racismo y xenofobia, discriminación, tenemos que hablar de esos cuatro racismos y desarrollar políticas a corto, mediano y largo plazos, e incluso en las nuevas legislaciones se deben incluir políticas compensatorias para esos grupos".