JUEVES Ť 19 Ť ABRIL Ť 2001
Ť En los últimos seis meses ocurrieron once robos de obra religiosa y pictórica
Constante saqueo a templos del Valle de México
Ť Las autoridades elaboraron un manual para prevenir este tipo de hurtos
JAVIER SALINAS CORRESPONSAL
Texcoco, Mex., 18 de abril. México es uno de los diez países de América con mayor saqueo de obra religiosa, literaria, pictórica y arqueológica. Los templos del Valle de México están en constante riesgo y sólo en los últimos seis meses ocurrieron once robos y dos intentos más.
Para el director del Patrimonio Mundial del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Francisco Javier López Morales, el saqueo obedece a los atractivos pagos por la venta de obras sacras, al desconocimiento de su valor cultural y a la ignorancia de las consecuencias legales, en el castigo de estos actos.
El peligro se extiende hacia más de 280 templos que hay entre las diócesis de Texcoco y Cuautitlán, cifra que a nivel global en el Valle de México es superior a los 500 templos.
Los robos ocurrieron en templos de los siglos XVI y XVII en los municipios de Teotihuacán, Acolman, Axapusco, Temascalapa, Nopoltepec y Otumba.
Los hechos han alertado a diversos sectores de la población y dependencias encargadas de la vigilancia, seguridad y protección de los bienes culturales.
La Iglesia católica, en coordinación con el INAH, la Procuraduría General de la República y los ayuntamientos emprendieron una serie de acciones a fin de preservar el patrimonio histórico y cultural.
Se han efectuado pláticas y reuniones con párrocos de las diócesis de Texcoco y Toluca en donde se les exhortó a promover comités de seguridad en sus templos y se les recomendaron medidas a fin de contar con una mejor custodia de los óleos, obras y bienes que hay en las iglesias, para lo cual se les distribuyó el manual de Prevención de Robos en Recintos Religiosos.
La delegada del INAH en el Estado de México, Graciela Santana Benumea, informó que este tipo de reuniones se llevarán a cabo en las siete diócesis del estado (Atlacomulco, Toluca, Cuautitlán, Ecatepec, Nezahualcóyotl, Tlalnepantla y Texcoco) para elaborar el documento Carta Toluca que será entregado a la Unesco, al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, al INAH y al gobierno federal como instrumento que propicie la conservación del legado histórico de los templos en territorio mexiquense.
Los saqueos
Entre agosto del 2000 y febrero del presente año se registraron once robos y dos intentos más. La mayoría de los hurtos se realizaron entre las dos y cuatro de la mañana. En el lugar de los hechos se encontró siempre un lazo de plástico de color colgando de una ventana, a la que fue retirado previamente el vidrio y por la cual aparentemente se introdujeron el o los ladrones.
Para las autoridades del INAH, PGR y el obispo de Texcoco, Carlos Aguiar Retes, los saqueos fueron perpetrados por una banda bien organizada que por "encargo" hurta las obras de arte sacro. Sin embargo, hasta el momento no existen pruebas contundentes que pueden llevar a la captura de los delincuentes.
Los primeros robos ocurrieron en agosto del año 2000, en los templos de San Esteban (Axapusco) y la capilla de la Hacienda de San Antonio Ometusco (Nopaltepec). En octubre, hubo dos intentos de hurto en el templo San Nicolás de Bari, uno de los de mayor importancia y que había sido restaurado recientemente. En noviembre fueron robadas obras del templo de San Mateo (Acolman) y en diciembre ocurrió lo mismo en la Parroquia de Santo Domingo (Axapusco).
Aumentan los robos
A su vez, en enero de este año se registraron cinco saqueos. Los delincuentes robaron en el templo de San Cristóbal y el de San Juan, en Temascalapa. Robaron el templo de San Francisco de Asis y Santa María en Teotihuacán y en el convento de San Agustín en Acolman. En este último ocurrió el mayor de los robos, dado que se extrajeron 10 óleos de un retablo del siglo XVIII.
Posteriormente, el 8 de febrero ocurrió un hurto en el templo de San Lorenzo Mártir, Teotihuacán, y el último robo que se difundió fue en marzo en la iglesia de Tequisistlán, en Tezoyuca.
Para el obispo de la diócesis de Texcoco, Carlos Aguilar Retes, el eje fundamental para abatir el tráfico ilícito de arte sacro radica en la toma de conciencia de parte de la población y sensibilizarla para que conozca y valore las obras de arte que existen en todas las iglesias de México.
En una carta pastoral de los obispos, elaborada hace un año, se puso énfasis en la protección del arte sacro y la necesidad de "recoger nuestra historia que bien o mal, con sus errores y aciertos, es nuestra vida que hoy tenemos".
La misiva da cuenta que se ha instruido a todos los sacerdotes para crear conciencia entre la población, además de inventariar la obra. Propone que se elabore un catálogo, con videos y fotografías de cada una de las obras religiosas que hay en los templos y los bienes inmuebles, en el que también se invitará a participar a un grupo de historiadores que se encarguen de rescatar de los archivos la historia de los templos.
El director del Patrimonio Mundial del INAH, Francisco Javier López Morales, explicó que México, junto con Islas Pacífico, Guatemala, Panamá, Ecuador, Perú, Bolivia, Colombia, Honduras y Belice, forma el foco central del saqueo en América, tanto en obras de carácter arqueológico, religioso, literario y pictórico.
Países donde se subastan obras
Tan sólo en cuatro países de este continente se conoce la existencia de 35 casas que subastan este tipo de obras: cuatro en Canadá, 18 en Estados Unidos, 10 en Argentina y tres en Brasil.
El funcionario del INAH explicó que los principales compradores del saqueo perpetrado en suelo nacional de objetos arqueológicos son europeos.
Detalló que en Europa, Asia y Africa no se tiene conocimiento de otras 240 casas de subasta, de las cuales 75 se localizan en Alemania y 53 en Francia.
"En el ámbito mundial las dos casas de subastas de objetos de arte más conocidas Sotheby y Christies incrementaron entre 1989 y 1990 sus cotizaciones en 800 por ciento, registrando la mayoría de ventas en Estados Unidos, Gran Bretaña y Suiza".
Asimismo, refirió que en enero de 1994 se firmó un convenio de colaboración entre la PGR, el CNCA y el INAH, a fin de proteger, recuperar y conservar el patrimonio cultural, otorgándose las instancias de ayuda recíproca en el ámbito de su respectiva competencia. No obstante, consideró, que "es necesario incrementar, actualizar y redefinir las estrategias empleadas en cuanto a bienes culturales se refiere".
Durante su intervención como ponente en las pláticas de capacitación ofrecidas a los 135 párrocos de la diócesis de Texcoco, López Morales consideró que a pesar de ser México uno de los países mejor pertrechados para combatir el tráfico de bienes culturales, porque el estado vive en resguardo del patrimonio y del inventario de bienes que se realiza, ésta es una tarea que no culmina.
Se estima que sólo 65 por ciento de los más de 120 mil bienes muebles e inmuebles que existen en el país, están debidamente inventariados.
Expuso que "la sociedad civil juega un papel de gran importancia en el cuidado de los bienes culturales y será a través de la denuncia ciudadana como se obtendrán avances significativos en la prevención del tráfico ilícito, la recuperación de bienes y la desaparición de redes de comercio nacionales como internacionales".
Algunas de las acciones que se propusieron para ayudar a prevenir el tráfico ilícito son: Desarrollar una legislación nacional apropiada, promover un sistema de catalogación de rápida consulta, elaborar servicios de protección, reglamentar las excavaciones arqueológicas, fomentar códigos de ética para curadores, coleccionistas y comerciantes de antigüedades.
En opinión del director del Museo Nacional de Agricultura, Luis Morett Alatorre, existe un grave déficit en materia de seguridad para proteger el patrimonio histórico y cultural, sobre todo en los museos que no tienen financiamiento suficiente para garantizar la custodia eficiente a través de alarmas, sistemas de video y otros medios.
"Frente a las bandas organizadas hay una desventaja en la protección del patrimonio, han puesto en evidencia el déficit con el que se cuenta en los museos".
Destacó que no sólo en materia de seguridad es urgente implementar políticas, sino también en las condiciones de conservación de las obras, bienes y materiales culturales, como es que estén en lugares con adecuada temperatura, humedad e idóneos.