JUEVES Ť 19 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Tres mil desplazados en Cauca por los paramilitares
Ataca la guerrilla colombiana un penal y libera a 35 reos en Caquetá
REUTERS, AFP, DPA Y AP
Santafe de Bogota, 18 de abril. La guerrilla colombiana liberó esta madrugada a 35 reclusos de una cárcel de Caquetá durante un ataque contra el penal, en tanto se denunciaba que los paramilitares de extrema derecha provocaron con sus matanzas el desplazamiento de unos 3 mil habitantes en Cauca.
Las autoridades atribuyeron a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) el derribamiento con explosivos de un muro del penal de Florencia, capital del sureño departamento de Caquetá, en momentos en que los internos se amotinaban, y lograron la huída de acusados de rebelión y otros de orden común.
La acción insurgente ocurrió en momentos en que representantes de las FARC y del gobierno se disponen a reiniciar las negociaciones en la zona de distensión sobre el cese del fuego, y cuando las partes tratan de llegar a un acuerdo humanitario para el intercambio de militares y policías en manos rebeldes por guerrilleros presos.
Por su parte, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) reafirmó su autoría en el plagio de 27 trabajadores de la petrolera estadunidense Oxy, ocurrido el lunes en una carretera del departamento de Arauca, y justificó que es "una retención política temporal" y que "aspiran" a que pronto vuelvan a sus hogares.
El comandante Pablo Beltrán, tercero en el liderazgo de esa guerrilla, explicó que la acción forma parte de una campaña de sabotaje del ELN contra la Oxy, y como parte de una campaña mundial para evitar el desalojo de las comunidades indígenas de la región donde operan la trasnacional del país del norte.
El ministro de Minas y Energía, Ramiro Valencia, al condenar el plagio de la segunda insurgencia del país, lo calificó como un "contrasentido" porque la guerrilla secuestró a trabajadores cuando se "abroga como bandera la defensa de los trabajadores".
Por otra parte, Beltrán acusó al gobierno de Andrés Pastrana de incapacidad para controlar al ejército y la policía, como se muestra ante el hecho de que el ejército no confronta a los paramilitares tras las más recientes matanzas que han cometido esos grupos.
El defensor del Pueblo, Eduardo Cifuentes, denunció la gravedad de la masacre de los paramilitares del jueves pasado en el Alto Naya, Cauca, cuando asesinaron a unos 40 campesinos, a quienes torturaron y luego los hicieron pedazos con motosierras.
Los paramilitares llevaron a cabo una "caravana de la muerte" durante la Semana Santa, cuyo saldo provisional sólo en ese lapso es de 128 muertos y el desplazamiento de unos 3 mil campesinos.