jueves Ť 19 Ť abril Ť 2001
Octavio Rodríguez Araujo
ƑEs Fox democrático?
Todos, menos el Presidente de México y sus empleados directamente relacionados con los temas fiscales, han coincidido en que las propuestas del IVA perjudicarán a la clase media en primer lugar, en especial a los estratos bajos de esta movediza clase social. Entre los más pobres de los pobres quizá las propuestas fiscales no sean tan graves. Xóchitl Gálvez, por ejemplo, comentó recientemente que en la región rarámuri pudo ver a una familia con cinco hijos alimentándose para todo el día con una bolsita de pinole diluida en medio litro de agua. Es obvio que el IVA no afectará a esa familia rarámuri, pues lo más probable es que el pinole sea de producción familiar o comunal. Lo sorprendente, en todo caso, es que una familia de seres humanos sobreviva con menos de lo que come un perro y que la encargada de asuntos indígenas en la Presidencia apenas se dé cuenta de esos extremos de miseria que han sido denunciados públicamente desde hace muchos años. Pero en fin, nunca es tarde para aprender.
Algo anda mal en el presidente Fox. ƑPor qué no puede convencer de las bondades de su propuesta fiscal? Sin poderlo evitar me recuerda a Zedillo cuando reprobó a todos los economistas del país por no coincidir con su política económica. El único iluminado era él. ƑNo creerá lo mismo Fox?
El actual presidente de México, cada vez que tiene oportunidad, declara que su gobierno es legítimo porque lo eligió, con libertad, una mayoría de ciudadanos (Zedillo decía lo mismo, por cierto). Pero, además de que no es exacto el dato, ésa fue la elección. La democracia no se agota en la forma en que un político accede al poder. Falta ver cómo ejerce éste. Lo que Fox no parece entender es que fue electo para gobernar para todos los mexicanos y no sólo para unos cuantos ni mucho menos para la OCDE, el FMI o el Banco Mundial. Y tampoco parece entender (o quizá no quiere) que lo democrático, una vez que se tiene el poder, es tomar en cuenta a la población que gobierna. Si la población se opone al IVA en varios rubros y a la disminución que ha sufrido ya, y desde hace varios años, la canasta básica, tanto el Presidente como los legisladores deberían pensar para quién gobiernan y a quién representan. Repetir, sin decirlo, "ni los veo ni los oigo", como Salinas y también Zedillo, es hacer lo mismo que ellos, aunque vehementemente Fox quiera deslindarse de sus antecesores. En esta ocasión ni la gran campaña de medios ha servido para convencer. Nadie, desde que se mató y enterró el Estado de bienestar y asistencialista, se convence de que si se gasta más en impuestos se viva mejor.
Los especialistas en asuntos económicos y fiscales han demostrado hasta el cansancio que la propuesta fiscal de Fox no es saludable para la mayoría de la población. Las bancadas de oposición en el Congreso han opinado en el mismo sentido y han elaborado estudios al respecto con resultados similares. Yo no entiendo muy bien de esas cosas, por lo que no tengo una opinión que no sea prestada o que esté basada en mis propias investigaciones. Pero con sólo leer los periódicos me queda claro que tanto voces representativas de amplios sectores sociales como las autorizadas en el tema no coinciden con Fox. Y sin necesidad de saber sobre impuestos, puedo afirmar que en política el que actúa desde el poder sin respetar la voluntad de los gobernados es autoritario. Los que votaron por Fox no le dieron un cheque en blanco. En las democracias el gobernante podrá tener razón, pero si ésta no coincide con la mayor parte de la población su razón no es democrática. Se critica el paternalismo de gobiernos pasados, sobre todo de la época populista, pero una de las características del paternalismo es, como en cualquier familia, incluso en la del secretario del Trabajo, que el padre cree saber qué le conviene a sus hijos, aunque éstos no estén de acuerdo. Pero el paternalismo sólo puede ejercerse sobre menores de edad o con hijos sumisos. Parece que no es el caso del México actual. Ni somos menores de edad ni mucho menos hijos del gobierno.
Fox debería recordar que una decisión tomada democráticamente, aunque sea incorrecta, será democrática y viceversa: una buena decisión (si fuera el caso), si no es aceptada libremente por la mayoría de la población, no es democrática. Por lo tanto, Fox tendrá que escoger entre sus compromisos internacionales y quizá sus propias convicciones o actuar democráticamente tanto con el pueblo que lo eligió como con los que no votamos por él.