Ť La poesía busca aferrar lo inexpresable y a veces lo consigue, indica el escritor
Ruiseñores de nuevo, material discográfico al alimón de Juan Gelman y César Stroscio
Ť Con la grabación se inaugura la serie titulada La palabra de Ediciones Pentagrama
Ť Al ejecutar o leer, se respira siempre de un modo distinto, dice el bandoneonista
CESAR GÜEMES
Juan Gelman y César Stroscio conjugan tanto la voz del primero y su poesía, como el bandoneón del segundo y composiciones de Manzi, Reoilo, Mosalini, Romeo, Cobian, Szpunberg, Delfino, Maffia, DeGrande y Coutureau para dar por resultado Ruiseñores de nuevo, la granación que inaugura la serie La palabra, de Ediciones Pentagrama.
El encuentro sostenido con la prensa por parte del poeta y el músico, efectuado la tarde de este lunes, tuvo como fin anunciar la aparición del disco y el recital que basado en el mismo ofrecerán ambos la noche de hoy, a las 20:00, horas en el Museo de la Ciudad de México, situado en Pino Suárez 30, Centro Histórico.
Modesto López, titular de Pentagrama, señaló al respecto que con Ruiseñores de nuevo ''da inicio formal a la colección titulada La palabra, que incluirá en breve a otros escritores de habla hispana, en algunas ocasiones acompañados por músicos. Entre los autores por venir se encuentran Roberto López Moreno, Juan Bañuelos, Ernesto Cardenal, Nicolás Guillén y Roque Dalton. Luego iremos con algunos de otras generaciones como Eduardo Milán y Eduardo Langagne, más otros compañeros con los que mantenemos conversaciones".
El bandoneón, esencial para el tango
Juan Gelman recordó que el trabajo lo hicieron él y Stroscio ''en el 88, en París, a donde nos había empujado el exilio. Lo realizamos en condiciones curiosas, en el espacio que una vez fue la cocina de un amigo, con el acompañamiento de un bebé que lloraba. La grabación fue pensada para un disco de 33 revoluciones, al uso en esa época y nos alegra que ahora esa labor pueda darse a conocer en México, después de todo lo que ha pasado de entonces a la fecha".
-¿Por
qué aparece hasta ahora en México, si aquí dese hace
tiempo se conoce el trabajo de ambos?
Stroscio: Ahí está un punto interesante. Este trabajo se publicó en París apenas en 1998, es decir diez años después de que lo grabamos. Estuvo esperando para verse editado en España y en Italia, pero por razones que ignoramos, no se dio la publicación. Fue importante que en Francia se dieran a la tarea de imprimirlo sobre todo porque contiene una cantidad tan trande de texto en español. Aquí, para fortuna de aquel esfuerzo, contamos con Modesto López quien tuvo el coraje de publicar discos que no son fácilmente comercializables. Esa es la importancia de La palabra.
-¿Cuál es la ganancia para el lector o el escucha, además de contar con un testimonio como el presente?
Gelman: Los poemas dichos por su autor le agregan algo del cuerpo del poeta, no sólo de la voz. En cuanto a esta clase de experiencia de poesía y música, diré que se inició en Argentina en los años cuarenta, con el poeta Juan Carlos Lamadrid. Luego se apaciguó el movimiento, y en los años sesenta con un cuarteto en que tocaba Stroscio hicimos varios discos de poesía y música pero siempre a pulmón, no había empresario que se interesara en ellos. Entonces editábamos no más de 50 ejemplares cada ocasión a partir de la venta anticipada, con amigos y conocidos.
''Y me parece que el esfuerzo es válido porque la poesía busca aferrar lo inexpresable y a veces lo consigue; la música busca algo muy parecido. En cuanto al bandoneón, es un instrumento de origen alemán que se exportó a Argentina y que resulta una pieza fundamental de las orquestas de tango, pero no sólo eso: recuerdo que en mi infancia se hacían fiestas en el barrio y tocaban ahí casi sólo bandoneonistas. Es una forma de la melodía que me acompaña desde entonces."
-¿Se reconocen aún en los que eran cuando grabaron el disco?
Stroscio: Totalmente. Pienso que la música y la poesía son expresiones acabadas de un trabajo y al mismo tiempo están vivas. Cuando se ejecuta o se lee, se respira siempre de un modo distinto. Un tema no muere porque se haya tocado mucho. Desde luego que uno cambia en su manera de tocar y seguramente Juan en su manera de escribir, pero estamos en lo mismo. Vamos, tanto la música como la poesía están vivas dependiendo de quién las mire y las escuche.
Ruiseñores de nuevo, texto que da título al compacto, inicia diciendo, todo con minúsculas, sin alzar la voz: ''en el gran cielo de la poesía/ mejor dicho// en la tierra o mundo de la poesía que incluye cielos/ astros/ dioses/ mortales// está cantando el ruiseñor de keats/ siempre// pasa rimbaud empuñando sus 17 años como la llama de amor viva de san juan".