VIERNES Ť 13 Ť ABRIL Ť 2001
TUMBANDO CAÑA
Ernesto Márquez
La jeringa peruana
ACABA DE APARECER en Lima, Perú, el diccionario La divina jeringa, del humorista Fedor Larco. Se trata de un trabajo de campo realizado entre la pelusa y grupos juveniles que dominan el caló chaplinero, una suerte de lenguaje alterno, una forma de hablar críptica que para quien no sea local le resultará imposible de entender.
"AGUANTA LATOSO DE una vez". "He triqueado en mate, huon". "No hay por qué ahorcar al payaso si esa hembrita juega al choro". Son ejemplos de la llamada jeringa que según la teoría explicativa de todo argot, trata de ocultar la verdadera intención del mensaje.
ASI, LO PRIMERO se refiere a no poner al descubierto un problema; el segundo a un estudiante que ha reprobado por tercera vez matemáticas y el tercero a alguien que recomienda a un segundo no masturbarse si hay una dama presta a facilitarle la tarea.
todo un universo lingüístico
"ESTO NO ES floro, es comunicación", nos dice Fedor Larco, quien en este asunto ve todo un universo lingüístico para quien la aplica: "Vamos al telo pero antes pasamos por el jeroca", le dice el galán a su chava. Mientras que un nostálgico se queja: "La gila más buenamoza del callejón se hizo maroca rumbera, luego ruca salsera, y, más recientemente jugadora del choro". En tanto que un "pavo" le dice a otro: "Oe cuñau Ƒtiene un ketinvidal? necesito un ñecs", que en traducción simultánea sería: "Oye cuate Ƒtienes coca?, necesito un pase". O bien, lo que le dice un "kemoly" playero a otro: "El gringo está africanazo, estoy resinaza; me me-to al marcelo" (El sol está durísimo, estoy echo un asco, me meto al mar).
LOS JOVENES, APUNTA Larco, son los primeros generadores de jerga, de ahí que su trabajo tuvo mucho que ver con reuniones o encuentros pactados con grupos específicos de bandas, rockeros, tablistas, etc.
SIN EMBARGO, SE dice que la actual jeringa peruana tiene sus antececentes en las replanas o canciones populares de mediados del siglo pasado en las que se retrataban aconteceres y costumbres de los chaplines.
VAMOS A UN Jaramillo fue el primer vals replanero en el que su autor baraja onomatopeyas, apellidos de futbolistas, marcas y referencias popu- la-res: Vamos a un Ja-ramillo/o sino don-de santana/donde hay palos trinadores/feli- gresas a granel/cuan- do es-temos en la mesa/tú te me vas de Miranda /a ver cómo anda Patiño/en la Compañía llanta/mientras yo estoy con Cer-vantes/con Picasso y Chichizola...
PUBLICADO POR LA agencia de publicidad Causa, este diccionario se plantea como una guía para todo aquel que visite Perú. Va de adelanto un pequeño glosario:
Africanazo: Dícese del gringo cuando está bravazo.
Ahorcar payaso: Masturbarse, echarse unos cinco.
Arriola. Dícese del que padece arrechura.
Choro: Organo sexual femenino.
Floro: Rollo retórico.
Fulvaso: Bronca después del futbol.
Gringo: El sol.
Jeroca: Cajero para tarjetas de débito.
Jugar el choro: Conceder la mujer favores sexuales al varón.
Kemoly: Dícese del que quemó neuronas por consumir drogas.
Ketín: Toque de mota.
Marcelo: Mar.
Mate: Matemática
Ñecs: Un pellizco de coca.
Resinaza: Cochino, sucio, pringoso.
Sacar línea: Entender el cómputo ajeno.
Telo: Hotel u hostal para tirar.
Toser: Decir lo que se tiene aguantado.
Triquear: Repetir un curso por tercera vez.
Vesre: Revés, voltear palabras.
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