VIERNES Ť 13 Ť ABRIL Ť 2001
CLASE POLITICA
Miguel Angel Rivera
LA DISCUSION EN torno a la reforma fiscal -que seguramente será el tema central de la próxima semana- no puede reducirse a más o menos IVA o más o menos productos con tasa cero, sino que debe ser integral y sentar las bases para llegar a un estado democrático y un desarrollo justo.
ESTA ES LA posición que sostendrá la bancada del PRD cuando se reanuden labores en las cámaras, pues sus integrantes consideran que a pesar de lo dicho por el presidente Vicente Fox, su propuesta de reforma fiscal no es integral y se limita a tratar de incrementar la recaudación.
DE HECHO, LA propuesta del Ejecutivo federal puede considerarse rechazada de antemano, porque ha recibido también la negativa de los legisladores de PRI, PT y PVEM, y hasta de un sector de diputados del PAN, quienes no están de acuerdo con la aplicación del IVA a medicinas, alimentos y libros.
EN EL CASO del PRD, la diferencia estriba en que el rechazo no se limita a la aplicación o no del controvertido IVA, sino que es el único partido que presentó una propuesta de reforma fiscal integral, la cual fue preparada por una comisión del partido, coordinada por el director del Instituto de Estudios de la Revolución Democrática, Jorge Calderón; la secretaria de Asuntos Legislativos y ex directora de la Facultad de Economía de la UNAM, Ifigenia Martínez, y por el secretario de Formación Política, Eduardo Espinoza.
PARTICIPARON DE MANERA destacada miembros de las bancadas del partido del sol azteca en las cámaras de Diputados y Senadores, así como integrantes del Comité Ejecutivo Nacional. En consecuencia, es un proyecto colectivo, no impuesto por la jerarquía.
EL PLAN INCLUYE, además de los aspectos propiamente fiscales de ampliación o reducción de impuestos, propuestas de reformas a otras leyes para combatir la corrupción y la impunidad, poner fin a los paraísos fiscales y regímenes de privilegio, ampliar el número de contribuyentes, simplificar el sistema tributario y aplicar un programa integral contra la evasión.
LEJOS DE LO que pudiera pensarse, los perredistas no pretenden reducir los recursos públicos. Están de acuerdo en que aumenten los ingresos, pero desean que se repartan mejor entre los tres niveles de gobierno: federal, estatal y municipal, y que contribuyan realmente a la mejoría de los sectores sociales más desprotegidos. Por eso quieren que la asignación de recursos no dependa de la voluntad de una sola persona y que se establezcan sistemas de control para evitar el desvío del dinero.
LA PROPUESTA DICE, por ejemplo, que "es una meta razonable ampliar en el corto plazo a 25 por ciento del producto interno bruto (promedio observado en el periodo 1989-1994) los ingresos públicos totales, que en la actualidad han descendido a 20.43 por ciento, e incrementarlos paulatinamente para llegar a 35 por ciento del PIB (promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos -OCDE- )".
ES DIFICIL QUE haya acuerdo, pues según los perredistas, "el gobierno de Fox no está realizando ningún esfuerzo real de concertación y diálogo democrático. En cambio, prefiere la negociación a puerta cerrada con empresas monopólicas y trasnacionales y, una vez definida la política fiscal, busca la negociación con los partidos".