VIERNES Ť 13 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Asegura que permitirá que el país "deje de vivir de prestado con altas tasas de interés"
Refuerza el gobierno campaña sobre "bondades de propuesta hacendaria"
Ť "A raíz de la crisis del '95 el sector financiero contribuyó poco a la economía nacional", dice
La Presidencia de la República mantiene la estrategia informativa de impulso a la iniciativa de la nueva hacienda pública, y a pesar de que las actividades en Los Pinos se suspendieron por la Semana Santa, la oficina de prensa emitió un comunicado donde asegura que la reforma fiscal permitirá transformar el sector financiero nacional porque se propiciará el flujo de recursos a través del crédito; cambiará la Ley de Sociedades de Inversión; se abrirá la Bolsa de Valores a todo el público, con la garantía de fortalecer los derechos de los pequeños inversionistas, y las Afores ofrecerán pensiones individuales con características similares al régimen vigente en el IMSS.
El documento establece que a raíz de la crisis económica de 1995 en México, el sector financiero contribuyó poco a la economía nacional, y "no obstante que los problemas del sector han sido resueltos", son necesarias acciones adicionales para promover la canalización eficiente del ahorro, porque los sectores productivos, en su mayoría, se enfrentan a los altos costos financieros.
Los objetivos de la reforma financiera, a decir del Poder Ejecutivo, son el impulso al crecimiento económico, canalizar mayor ahorro a través del sistema financiero, fomentar el ahorro, en particular el popular y el de largo plazo, equilibrar los incentivos que benefician a los intermediarios financieros con los de la sociedad, y regular y supervisar menores costos sin obstaculizar la innovación.
"La reforma financiera permitirá que haya un crecimiento económico, que todos nos beneficiemos del sistema financiero y que nuestro país deje de vivir de prestado con las altas tasas de interés. Porque es lo justo tenemos que cambiar. Para que los intermediarios financieros sean la casa de nuestros ahorros y presten más y más barato".
Con relación a las sociedades de inversión, la reforma foxista propone una nueva estructura de gobierno corporativo que redunde en una estructura flexible y régimen de inversión, y permita la subcontratación de algunos servicios (no especifica cuáles).
El mercado de valores, con la aprobación de la reforma hacendaria, abriría sus puertas a los accionistas minoritarios; es decir, se trata de "desmutualizar" la bolsa y "romper" con el principio de que para ser operador se requiere ser dueño. La protección a los accionistas se daría a través de mejorar el gobierno corporativo de las emisoras. Incluso se penalizaría con dureza el delito de abuso de información privilegiada.
Otro apartado, de las bondades financieras del proyecto foxista, se refiere a la banca de desarrollo, que se modernizaría en sus aparatos administrativos; los funcionarios rendirían cuentas; se crearía una reserva precautoria, como pago de la garantía del gobierno; se revisaría el régimen de pensionados, y el mismo gobierno cubriría los pasivos de Nacional Financiera.
En cuanto al Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), se permitiría a las Afores ofrecer pensiones individuales con características similares al régimen vigente obligatorio para los trabajadores del IMSS, y ampliar el acceso al ahorro voluntario a quienes lo suscriban. Y las cuotas de los trabajadores se canalizarán a una Siefore con un bajo perfil de riesgo cuando estén cerca del retiro, "buscando siempre una protección efectiva del trabajador".