Ť El técnico atlantista confiesa que duerme con ayuda de pastillas

Reconoce Lapuente vivir días de gran tensión por el posible descenso

Ť Los potros rechazan tener que dar parte de su sueldo para pagar su permanencia en primera

MARLENE SANTOS A

Mientras los jugadores rechazaron la idea del capitán Salvador Carmona, de que les descuenten parte de sus salarios para pagar la permanencia del Atlante en primera división, el técnico Manuel Lapuente confesó que vive días de gran tensión, que se la pasa meditando en cómo jugar ante Puebla, su próxima rival. Incluso apuntó que duerme sólo porque toma una pastilla.

Llegó al grado de privarse de su hobby favorito: el golf. "No vi a Tiger (Woods), no tuve mi lunes de golf, me castigué yo mismo y me la pasé estudiando partidos, vi mucho futbol", explica.

Para el ex seleccionador nacional su principal problema radica en que sus pupilos disfruten y jueguen con alegría, sin esa gigantesca presión que provoca la conciencia de lo que está en liza. "¡Porque la traen aquí!, en el lomo", explicó tocándose la espalda.

Admitió que a su equipo le ha faltado "coordinación ofensiva", pero rechazó que los jugadores estén aburguesados o carentes de la actitud apropiada para evitar el descenso.

?Usted es buen motivador, les pone películas...

?¡Las películas ya no me resultan! (ríe). Pienso que sí salimos motivados al campo de juego; además no creo en sicólogos o creería sólo si se tratara de un ex profesional del futbol, alguien que supiera lo que es el sudor del vestidor... Pero el jugador debe tener carácter, los grandes jugadores deben acostumbrarse a la tensión.

No obstante, el mismo entrenador no logra sacudirse los apremios y reveló que en el partido contra Pachuca se preocupó demasiado en cuidar la cuenta de cartones amarillos.

"Porque había 3 jugadores (Carmona, Cabrera y Trotta) con 4 amonestaciones acumuladas", señaló y sustituyó a Flores y a Padilla en cuanto recibieron su primer cartón, más preocupado por evitar la expulsión que por el funcionamiento.

Enfático aclaró que en ese rubro debe ser más cuidadosos que cualquier otro club, "porque para clasificar te la juegas, pero ahora es otra cosa. Yo no estoy pensando en la fiesta de arriba, sino en la de abajo, que no es muy grata".

Explicó que para ello apela a su experiencia, porque "he salvado a dos equipos (Tigres en 84-85 y Angeles 86-87), he tenido éxito, aunque nadie descarta que esta vez pueda fracasar", reconoció.

El técnico, cuyo contrato termina en mayo próximo, no quiere ni pensar en prórrogas y con firmeza aclaró: "Acepté este trabajo porque no creo en los palmarés de técnicos, en el prestigio.

"Lo mismo ocurre con los jugadores: las jerarquías se ganan y se pierden todos los días... En el equipo, el futuro lo marca sólo una persona, que es el señor (Alejandro) Burillo", indicó.

Agregó que el dueño del club los apoya, pero también ya acusa "la preocupación lógica, pues debe ser molesto tener al equipo abajo... El partido contra Puebla hay que ganarlo. Es momento de cerrar filas; al mal tiempo, buena cara, y Dios dirá...".