MIERCOLES Ť 11 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Falta apoyo en los estados: centro nacional de prevención
Proponen vincular desarrollo del país y lucha contra el sida
Ť Pobreza y vulnerabilidad, íntimamente relacionadas, dice
Ť La meta de Conasida es aumentar 40% el uso de condón
ANGELES CRUZ
La propagación del virus de inmunodeficiencia humana es una emergencia de salud pública, y corresponde al gobierno federal llevar el liderazgo de la respuesta, en consenso con la sociedad, afirma el Centro Nacional de Prevención y Control del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual. Destaca que la pobreza y la vulnerabilidad están íntimamente relacionadas con el avance de la epidemia, por lo que las acciones deberán vincularse con el desarrollo económico y social del país.
Sin embargo, reconoce que a pesar de la disposición del gobierno federal para que en todos los estados se garantice el acceso a servicios especializados de salud, todavía no hay suficiente apoyo de las autoridades locales, ni siquiera para la constitución de los Consejos Estatales de Prevención y Control del Sida (Coesida), de los cuales únicamente existen 11 en todo el país.
Sólo en 22 entidades hay un presupuesto específico para el programa de sida, y la mitad de los responsables estatales son jefes de departamento, lo que incide en la toma de determinaciones. Lo anterior, aunado a la falta de información y decisión presupuestal constituye el principal motivo de retraso en la aplicación y cumplimiento de los programas.
En el documento base del Programa Nacional de Prevención de VIH/sida e ITS 2001-2006, la dependencia plantea como una de sus principales prioridades garantizar el acceso a condones en todo el país, principalmente entre los grupos con prácticas de riesgo, y promover la educación sexual.
Además, como uno de los principios rectores, el Centro Nacional para la Prevención y Control del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (Conasida) incluye la reducción del estigma y la desigualdad de género, así como asegurar el respeto a los derechos humanos y la diversidad sexual. Estos son, enfatiza, elementos fundamentales para enfrentar el VIH/sida/ITS.
Más detalladamente, entre sus metas establece el desarrollo de proyectos que promuevan la aceptación y apoyo a personas con VIH/sida y la diversidad sexual. Va más allá al proponer la revisión de las legislaciones estatales en materia de derecho laboral, garantías individuales y fortalecer la cultura de respeto a los derechos sexuales.
Aunque desde hace varios años Conasida ha destacado la importancia de erradicar la discriminación hacia quienes padecen la enfermedad, ahora señala que tendrán que diseñarse estrategias para evitar violaciones relacionadas con la epidemia.
Se incluye, de la misma manera, la necesidad de establecer convenios de colaboración entre los gobiernos federal y estatales para elaborar planes y programas de educación dirigidos a grupos indígenas o habitantes de zonas rurales para alertarlos sobre el riesgo de adquirir la infección y la forma de prevenirla.
El documento, que empezó a circular en marzo en las entidades federativas, consta de 50 páginas y contiene 17 metas con diversas actividades. Cada una enfocada a fortalecer la prevención y control de VIH/sida/ITS en el país.
Como parte de la prevención, Conasida establece como meta a cumplir el incremento de 40 por ciento en el uso del condón en poblaciones con prácticas de riesgo, particularmente hombres que tienen sexo con hombres, poblaciones móviles, usuarios de drogas inyectables y trabajadoras (es) sexuales. Para ello, la dependencia, perteneciente a la Secretaría de Salud (Ssa), se plantea impulsar y apoyar el mercadeo social de los preservativos masculinos y femeninos. Agrega que las estrategias educativas en esta materia estarán dirigidas a la población en general.
Con base en datos del Programa de Sida de Naciones Unidas (Onusida), "para la mayoría de los jóvenes la iniciación sexual se produce entre los 13 y los 19 años de edad. La mayoría empieza a tener relaciones sexuales antes de cumplir los 20 y la mitad, al menos, en torno a los 16". Además, detalla el organismo internacional, "la tasa de cambio de pareja sexual es más elevada durante la adolescencia y comienzos de los 20 años".
En el aspecto clínico, el documento base del programa nacional insiste en mantener, e incluso reforzar, las actividades encaminadas a eliminar los casos de VIH/sida, hepatitis B y C secundarios a transfusiones sanguíneas y trasplantes, así como los casos relacionados con la exposición ocupacional, es decir, el riesgo para los trabajadores de la salud.
Las instituciones de gobierno tendrían que incluir en sus trabajos con usuarios de drogas inyectables la prevención del contagio del virus, así como de las hepatitis, toda vez que el intercambio de jeringas en este grupo poblacional es la segunda más importante forma de propagación de la enfermedad. La primera son las relaciones sexuales sin protección. Otra de las metas es reducir 75 por ciento la transmisión perinatal del VIH, para lo cual se difundirán lineamientos para el manejo de la mujer embarazada seropositiva o con alguna ITS; se ofrecerá a todas ellas la detección de la enfermedad, así como el acceso a medicamentos antirretrovirales gratuitos para prevenir el contagio al producto. En su caso, también deberá garantizarse una alimentación artificial segura y adecuada a 100 por ciento de los hijos de madres infectadas por VIH.
Por el lado de la participación social, el programa destaca la necesidad de facilitar la interacción de las organizaciones de la sociedad civil con organismos nacionales e internacionales, públicos y privados, para el apoyo de sus iniciativas y proyectos.