Ť Video incluido en su exposición El grado cero
Punto y aparte, de Ambra Polidori, ofrece una catarsis de la violencia
MERRY MAC MASTERS
¿A dónde ir después del ''grado
cero"? El manejo que hace la fotógrafa Ambra Polidori de la violencia
y las situaciones límite, llega a una catarsis en el video Punto
y aparte (2000), su primera incursión en este medio. Allí,
entre otras escenas, como una operación a corazón abierto,
y el empleo de textos, en este caso aforismos sobre la guerra y la paz
del mexicano Eligio Calderón, la artista ha incluido el asesinato
de un hombre de raza negra.
A Polidori le llegó el video ''anónimo"
por medio de amigos. Se desconoce, sin embargo, la fecha de su grabación,
aunque parece ser de los años noventa, y se supone que sucedió
en Africa central. Allí se menciona un grupo ''Blafa", del cual
la artista no encontró información. Lo presenciado es tan
ambiguo como aterrador. Un ¿guerrillero? es tomado preso. Unas personas
?al parecer hay por lo menos dos periodistas presentes? le piden que coopere
con sus captores, de vestimenta militar, que lo van a interrogar. El hombre,
con la angustia reflejada en la cara, se deja esposar. Esta imagen se contrapone
a una de alguien lavándose las manos. De inmediato el preso es acostado
en el camino y acribillado.
¿Y los derechos humanos? es una pregunta que se desprende de la obra de Polidori que también versa sobre Ruanda, la ex Yugoslavia, Chiapas, Chechenia y Camboya. Asimismo, plantea la violencia vuelta espectáculo y el manejo superficial de la información.
Contraposición y analogía
El video Punto y aparte se puede ver en la muestra de Polidori, El grado cero, curada por Ery Cámara, que culminará el 6 de mayo en la Galería Metropolitana de la UAM, en Medellín 28, colonia Roma. También la integran la instalación sonora Este lado (2000); la video instalación 4 minutos 33 segundos (2001), cuyo título fue tomado de una obra ''sobre el silencio" de John Cage, aquí cuestiona la actitud de los medios al bombardear y repetir informaciones sin profundizar en ellas, y una serie de fotografías digitalizadas de gran formato de 1997 y 1998.
Aunque el aspecto ''político", o de concepto, es lo primero que resalta de su trabajo, Polidori trabaja desde un punto de vista plástico: ''Tengo muy en cuenta la estructura y el lenguaje de cada pieza. Me es muy importante el uso del color, los sonidos, qué imagen pongo con qué otra. Trabajo mucho por contraposición y analogía, sumado a la utilización de textos, a veces de poetas o filósofos".
Polidori lleva muchos años trabajando la denuncia en su obra. Esto, reconoce, conlleva dos partes en conflicto, la de los ''intereses específicos, muy ligados a la economía y la política de determinados países, que termina siendo muy sucio", pero también la parte que lucha para que las cosas cambien y ''haya cada vez mayor conciencia". Como ''no somos inmunes a esa violencia", reitera la necesidad de ser ''más críticos y no recibir todo tal cual".