MARTES Ť 10 Ť ABRIL Ť 2001

Ť Legítima defensa recupera textos de una lucha que se libra desde 1990

Defender al creador cultural se remonta a la época prehispánica

Ť Para la mayoría de nuestros compatriotas leer un libro es una excentricidad, escribió Paz

Ť Incluye ensayos de Miguel León-Portilla, Gabriel Zaid y Silvio Zavala, entre otros

RENATO RAVELO

En México desde la época prehispánica existe una defensa del creador cultural y de su producto, la cual fue ratificada en su momento tanto por la autoridad colonial como por un Congreso Constituyente, luego de la Revolución, de acuerdo con el libro Legítima defensa.

Al respecto, Miguel León-Portilla sostiene en uno de los textos que conforman el volumen: ''Prueba inequívoca de la importancia que se atribuía a los escribanos y pintores, en cuanto que creaban y conservaban los cantos, poemas, historias, códigos y toda suerte de relatos, es que los gobernantes prehispánicos los eximieron de tributar y de cualquier otro servicio personal''.

El tlacuilo, libre de tributos

El volumen se titula de hecho Legítima defensa de la exención autoral que hacen numerosos autores mexicanos con buenas razones y ejemplos desde los tiempos prehispánicos, con un tipo especial que al combinar algunos elementos de Garamond con Weiss, da esa sensación de que fuera impreso en las primeras imprentas.

Cita el historiador la Colección de documentos de ultramar: ''Son libres de contribuir y pechar (hacer servicios personales) los pintores que se dicen tlahcuilos, porque como sean escribanos de todo lo que ha pasado y lo que pasa, y por lo que pintan dan a entender todo, son exentos; ansimesmo los cantores y tañedores son exentos, porque entre ellos son estimados, porque componen y cantan todo lo pasado y lo que pasa y lo que creen, y por estas dos maneras de pintar y cantar, saben sus historias y todo lo de su creencia, y estos oficiales son sabios en esto y muy tenidos, y por esto libres de todo pecho y tributo''.

El texto en cuestión tuvo su origen en la lucha que por los derechos autorales encabezara Gabriel Zaid, desde 1990, y que tuvo en 1993 su batalla más pública en la que participaron codice creadores, motivo por el cual se hizo una reflexión en los medios de comunicación acerca del papel de la cultura en la sociedad: Ƒla cultura merece apoyo?, era la pregunta que se formulaba a la opinión pública.

En aquel entonces Octavio Paz expresó uno de los razonamientos más notorios, mismo que fue publicado como parte del volumen que recoge la opinión de muchos de los autores que ahora, ocho años después, pugnan por rechazar el impuesto al IVA, en medicinas, alimentos y libros.

Escribió el premio Nobel: ''Los escritores mexicanos trabajamos en condiciones particularmente desventajosas: nuestra industria editorial es raquítica, las ediciones son ridículas por lo que se refiere a número de ejemplares, y aun así penetran muy difícilmente en un público que no lee. Y no lee porque no se le ha inculcado ni en los hogares ni en las escuelas, el amor a la lectura''.

Sobre el libro, señaló: ''La indiferencia ante el libro, general en los pueblos hispánicos, se convierte entre nosotros en una suerte de horror. Para la mayoría de nuestros compatriotas leer un libro es una excentricidad, una curiosidad sicológica que colinda con la patología. Este ha sido el resultado de años y de ruidosas campañas de alfabetización''.

Merecido trato excepcional

Legítima defensa..., publicado por Editorial Vuelta, se dio a la tarea de recuperar los diversos textos que se produjeron en el proceso, publicados en diferentes medios, luego de que los autores cedieran sus derechos. Argumentaciones lo mismo de Fernando del Paso, Enrique Krauze, el propio Zaid, Humberto Musacchio, Eduardo Lizalde, Margarita Michelena, Jorge Hernández Campos y José de la Colina, entre otros.

En el mismo, el historiador Silvio Zavala llama la atención sobre el Estado y la creación: ''Desde que el mecenazgo de la Iglesia fue cortado en el curso del siglo XIX, sólo quedó a los intelectuales, artistas plásticos y músicos mexicanos, el apoyo proveniente del Estado y, en contadas e incipientes ocasiones, el de la iniciativa privada''.

Escribió Zaid en su momento, aunque pareciera para la actual coyuntura: ''El trato excepcional para la creación está en el artículo 28 de la Constitución de 1917, que prohibió las exenciones de impuestos, los estancos y los monopolios, con unas cuantas excepciones. Y entre las excepciones (la moneda, el correo, los telégrafos) puso los derechos de autor. ƑCómo es posible que, en aquel momento histórico y difícil, los constituyentes pensaran en los derechos autorales y los llevaran hasta ese nivel? Estaban, como dijo López Velarde, fundando una nueva patria. Reconocían que la creación es diferente y decisiva para legitimar la pretensión de México de ser diferente. El apoyo a la creación cultural independiente tiene una historia paralela al México independiente''.