Ť Las rolas que fueron parteaguas de la fusión jazz-rock progresivo, en el repertorio
Los Camel le metieron al vocablo del rock algo más que el adjetivo
Ť Con Lady fantasy pusieron fin a su primer concierto en el escenario del Salón 21
JAIME WHALEY
De alguna forma había que ponerle fin a una mágica estancia en el escenario que elevó las sensibilidades y las fantasías, y qué mejor forma que con Lady fantasy para que los poco más de mil afortunadas y afortunados que estuvieron en el 21 salieran contentos luego de casi dos horas de camellearle por diversos rumbos de la sonoridad.
Los ingleses de Camel, en palabras de los conocedores, le metieron al vocablo rock algo más que el adjetivo y de ello simplemente alardearon el sábado con un excelso recital.
Con una selección de sus ya varios álbumes, Camel y en especial su pie fundador Andy Latimer, más que agradaron al respetable. El sonido de la banda, inspirada en sus orígenes ?que datan ya de un buen de años, tantos como 37? en esos otros británicos melenudos, los Beatles (parece que les decían), está tan vigente como en sus principios.
En su primera parada en México, que sus fans esperan sea obligatoria en lo futuro, como parte del Rajaz tour 2001, Camel brindó las que han sido parteaguas para ellos de la llamada fusión entre el jazz y el rock progresivo.
En un punto del recital se fueron desde la música folk, del norte de su país, hasta aterrizar en Refugee, tema político social sobre lo que ocurre en Irlanda y que toca aristas del problema de Bosnia-Herzegovina .
Los Camel, que no tuvieron filtro, sino al contrario le rasgaron duro a lo crudo, se arrancaron con Finger tips para ir ambientando el amplísimo salón que se trocó de ser el sabatino destino de los salseros a recinto roquero en donde el sonido fue de lo mejor a pesar de los pesares que algunos manifestaban dada la naturaleza metálica del techo, pero un buen trabajo en las equalizaciones fue remedio contra esos temores. Luego siguieron con Lunar sea y un anticipo de la dama de la fantasía, pero aun así se lamentaron ausencias en el repertorio Sasquatch e Irish air. Después llegó un cacho de Rhayader, de Snow Goose, pues, dicen los enterados que toda la suite se lleva la friolera de casi 60 minutos.
Y en esas andaban cuando Alfonso Camacho Mendoza, que a la sicología se dedica, comenzó a teorizar sobre los significados del rock y su interpretación de estos dromedarios, si así vale llamarlos, que, a su entender, reivindican el rock no solamente en su significado estético sino que ahora se sinergiza esta corriente con esos músicos de formación de conservatorio que están muy sobre el rock que no presenta el mass media. Así es que, añade, hay que entender la ideología que lleva el rock, y ya con sus cuates sigue con las siguientes rolitas y ya hablan sobre esa corriente roquera nacional que, dicen, tiene a los fronterizos de cast, como a sus mejores exponentes nacionales.
Y ya que se toca el tema de la frontera cítese aquí que el 10 de abril, o sea el martes, por esos rumbos, un poquito más acá, en Chihuahua, la capital, se presentará Camel.