Ť Centenares mezclarán agua y blanco de España
Pintarán sobre la plancha del Zócalo un gigantesco Zapata
Ť Mural efímero en favor de la dignidad de los indígenas
MONICA MATEOS-VEGA
Mauricio Gómez Morín dio a conocer el pasado 10 de marzo su proyecto Yólotl Tlachinoli (corazón incendiado). ¡Zapata vive, viva Zapata!, que consiste en pintar sobre la plancha del Zócalo la efigie del Caudillo del Sur que mediría aproximadamente 3 mil 750 metros cuadrados.
Fue como lanzar una botella al mar que ha llegado a buen puerto, pues un grupo de chavos se entusiasmó con la idea que apareció en el suplemento Nunca más un México sin nosotros con el que quince artistas plásticos dieron la bienvenida a la caravana zapatista desde las páginas de La Jornada.
Así es como este sábado, unas 300 personas iniciarán la pinta del que será el mural efímero más grande del mundo: la imagen de Emiliano Zapata en el corazón del país. El objetivo será, explica Gómez Morín en el boceto, ''desentrañar el corazón zapatista escondido en el Zócalo de la ciudad de México (corazón de la República)".
Recuperar un símbolo secuestrado
El mural será pintado con una mezcla de agua, blanco de España y cola, por lo que su permanencia será efímera y podría ser borrado con facilidad. Se trata de un gesto colectivo, artístico en favor de los derechos de los pueblos indios, la paz, la justicia y la dignidad, explicaron los organizadores, quienes invitan a la sociedad en general a la realización de la imagen de Emiliano Zapata, que comenzará a pintarse este sábado, a partir de las 19:00 horas y se concluirá la mañana del domingo.
Se requirieron 12 mil pesos, mismos que se recaudaron mediante una ''coperacha". Los permisos necesarios se tramitaron ante el Gobierno del Distrito Federal, con la colaboración del Instituto de Cultura capitalino.
''Con la toma del Zócalo para la realización
de este mural, proponemos una nueva forma de manifestación, que
abra espacios novedosos y promueva con imaginación la participación
colectiva y organizada de amplios grupos sociales. Creemos en el valor
de un gesto colectivo, artístico, anónimo y efímero
que
se sume a la revuelta en favor de los derechos
de los pueblos indios, la paz, la justicia y la dignidad", agregaron los
organizadores y puntualizaron que no pertenecen a ningún partido
político.
''Zapata es hoy por hoy imagen de la dignidad rebelde y al llevarlo al corazón de México, queremos recuperar para todos un símbolo que nos fue secuestrado durante 70 años por seudo revolucionarios institucionales. No queremos recordar un aniversario luctuoso; con esta acción queremos celebrar con júbilo, el inicio de una nueva jornada de lucha."
El primer intento de realizar este Zapata monumental ocurrió en 1995 en el marco de la Convención Nacional Democrática, ''pero para la que quizá la sociedad no estaba preparada aún. Ahora, casi siete años después, México vive una situación inédita que exige nuevas ideas, nuevas formas de expresión y participación para una nueva generación de luchadores que sueña de nuevo con un nuevo porvenir" .