Ť Los niños, núcleo de lectores de los Libro Clubes instalados en el Distrito Federal
Gravar los libros tendría un efecto negativo ''multiplicador'', advierte Ruy Sánchez
Ť Existen 6 mil 109 bibliotecas en el país, a cargo de una instancia del CNCA
REDACCION
Los niños, las mujeres adultas y las personas de la tercera edad constituyen los principales socios-lectores de los Libro Clubes instalados por el Instituto de Cultura del Distrito Federal en las 16 delegaciones. Datos de la subdirección del Fomento a la Lectura de la dependencia, indican que el número de Libro Clubes abiertos supera los mil, con 112 mil 508 socios.
Dotados en su conjunto con 564 mil 749 títulos de literatura universal, estos centros culturales tienen en los niños su más importante núcleo de lectores (65 por ciento). Le siguen las mujeres adultas (15 por ciento), luego los adultos mayores (10), los jóvenes (5) y los hombres adultos (5 por ciento). La delegación que más Libro Clubes concentra es Cuauhtémoc, con 148 e Iztapalapa con 137.
En orden descendente se ubican Gustavo A. Madero (121), Alvaro Obregón (65), Coyoacán (64), Tlalpan (63), Xochimilco (62), Benito Juárez (57), Tláhuac (53), Venustiano Carranza (47), Iztacalco (43), Miguel Hidalgo (43), Azcapotzalco (41), Magdalena Contreras (24), Milpa Alta (23) y Cuajimalpa (17).
Las principales empresas editoras cuyos títulos están disponibles en los Libro Clubes son Porrúa, Fondo de Cultura Económica, Alfaguara, EMU, ERA y Libros del Rincón, entre otros.
Entre los autores clásicos y contemporáneos mexicanos y extranjeros destacan Anton Chejov, Antonio Machado, Benito Pérez Galdós, Emilio Carballido, Ernest Hemingway, Federico García Lorca, Franz Kafka, José Martí, Rubén Darío, Carlos Fuentes, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Gabriel García Márquez, José Carlos Becerra, José Emilio Pacheco, José Revueltas, Alfonso Reyes, Alí Chumacero, Augusto Monterroso, Carlos Castaneda, Juan Rulfo, Mariano Azuela, Rodolfo Usigli, Rosario Castellanos, Salvador Novo, Agustín Yáñez, Aldous Huxley, Aristófanes, Charles Baudelaire, Edgar Allan Poe, Emilio Salgari, Dostoievski, Shakespeare, Flaubert y un largo etcétera que incluye más de un centenar de libros infantiles.
Aplicar el IVA a los libros no quedaría sólo en 15 por ciento de aumento a su precio, pues con la eliminación de la tasa 0 ese porcentaje tendría un efecto ''multiplicador" que lo llevaría hasta 55 por ciento.
Este planteamiento surgió del escritor y editor Alberto Ruy Sánchez, director de la revista Artes de México, quien desde su butaca resaltó ese ''detalle técnico" durante la mesa redonda de ayer en la Sogem.
Explicó que si libros, medicinas y ciertos alimentos tienen cero por ciento de IVA implica que hay una ''devolución" de impuestos pagados por los insumos, es decir, por lo que se pagó al producirlos.
''Al hacer un libro, pago a la imprenta lo que me cobre más 15 por ciento, y después Hacienda me lo devuelve (con la tasa 0). Aunque no me lo devuelve, pues en realidad lo deducimos de otros impuestos. Si se quita la tasa 0, quitamos esa devolución".
Cobrar varias veces el IVA, se convierte en algunos casos hasta en 30 o 40 por ciento de impuestos. ''Imprimo libros y cada uno cuesta 300 pesos hacerlo. Los vendo en 150 pesos, porque los patrocino con publicidad. Gravarlos con el IVA (durante su venta) se convertiría en 55 por ciento de aumento en el precio para el público".
REDACCION
De acuerdo con la Dirección General de Bibliotecas del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el número de volúmenes que albergan las 6 mil 109 bibliotecas públicas en el país van de 1500 --cantidad mínima con la que se debe comenzar una colección-- hasta más de 30 mil libros.
Para enriquecer el acervo de cada recinto, esa instancia ''tiene el compromiso, comúnmente llamado de mantenimiento", de dotar a esos sitios de consulta de las obras necesarias, cuyo número es variable, ''dependiendo del tamaño de la biblioteca y del presupuesto de la Dirección General de Bibliotecas".
Respecto de las donaciones, ''se ha procurado mantenerlas sobre cierta normatividad, pues no siempre son buenas", como sucede con los que desean donar libros de texto de primaria, pues lo único que harían es saturar la biblioteca y de lo que se trata es que los libros tengan la mayor utilidad. Asimismo, algunas editoriales donan volúmenes de su colección.
Las bibliotecas de la República se dividen por localidades, es decir, son centrales o estatales (en el caso del Distrito Federal son delegacionales), regionales y municipales.