VIERNES Ť 6 Ť ABRIL Ť 2001
Ť Una patrulla alertaba a los transeúntes sobre la presencia de agentes federales
Policías municipales juarenses hacen fracasar operación contra narcotráfico y armas ilegales
Ť Torretas encendidas y rechinidos de llantas ahuyentaban a presuntos delincuentes
Ť Inusual calma de pobladores de un barrio bravo ante el recorrido y las detenciones
GUSTAVO CASTILLO GARCIA ENVIADO
Ciudad Juarez, Chih., 5 de abril. El operativo nocturno de la Policía Federal Preventiva (PFP) contra el narcotráfico y la portación ilegal de armas de fuego en esta localidad reventó cuando apenas se iniciaba.
"šYa valió madre!", dijo un integrante del Grupo de Operaciones Especiales (Gopes) a sus compañeros. No se descubrieron picaderos, ni aparecieron grapas o bachichas.
La patrulla 601 de la policía municipal de Ciudad Juárez detectó la movilización de la PFP y se puso a seguir el convoy a distancia. Traía la torreta encendida y en varias ocasiones su conductor hizo rechinar las llantas en las estrechas calles del centro de esta ciudad, con lo que llamó la atención de muchos transeúntes en "la zona más peligrosa y de mayor número de tiraderos de droga", según el comandante Ricardo Nimendi, jefe operativo del Gopes.
Según los agentes federales, la operación policiaca fracasó porque la patrulla municipal, con el ruido y las torretas, cuya luz era visible a varias calles a la redonda, puso sobre aviso a los delincuentes.
En Ciudad Juárez más de 200 mujeres han sido secuestradas y asesinadas en los últimos tres años. Autoridades federales y estatales la consideran uno de los municipios más violentos y de mayor incidencia delictiva a consecuencia del alto índice de venta y consumo de drogas.
También se le identifica como el centro de operaciones de la organización que encabezaba Amado Carrillo Fuentes, el Señor de los cielos. Sin embargo, desde hace 15 días, cuando la Policía Federal Preventiva comisionó -a petición de la Procuraduría de Justicia de Chihuahua y de las autoridades municipales-- a más de 600 hombres para realizar patrullajes preventivos, "los índices delincuenciales se han reducido casi a cero", según informó el general Francisco Arellano Noblecía, coordinador de las Fuerzas Federales de Apoyo.
A medianoche se inició el recorrido por distintas zonas de Ciudad Juárez. Quince agentes del Gopes y del Grupo Alamo (dedicado a actividades de inteligencia) subieron a dos camionetas tipo van y una Suburban sin torretas ni logotipos y enfilaron por avenida Triunfo de la República hacia el centro.
El objetivo era sorprender en flagrancia a distribuidores de droga al menudeo, así como a consumidores. En la esquina de Mauricio y Pípila, colonia Barrio Alto, tres agentes detuvieron a igual número de jóvenes y los pusieron contra la pared para revisarlos. De una casa salieron de inmediato los padres de uno; se les informó que se trataba de "una revisión de rutina" para evitar el tráfico de drogas. "Están bien (las operaciones), sólo que asusta la manera", repuso la madre.
Todas las personas a las que detenían los agentes para revisarlas se mostraron inusualmente tranquilas: nadie corrió ni opuso resistencia, ni siquiera las prostitutas de 16 años localizadas en dos autohoteles y en las calles de Francisco Mina y Corregidora.
Por las calles y avenidas, apenas iluminadas, deambulan decenas de jóvenes y adultos a altas horas de la noche. En los autohoteles, las sexoservidoras esperan dentro de autos a que llegue el cliente y beba una o varias cervezas mientras negocian. La autoridad tolera esto a pesar de que en esos sitios hay muchachas que son menores de edad.
Poco antes de la una de la mañana, el centro de Ciudad Juárez se llenó de policías municipales a pie y en patrullas. Desde una de ellas, un oficial le gritó al comandante de la Federal Preventiva: "šEstamos en operativo!" Sin embargo, para entonces la patrulla que seguía al convoy de la Policía Federal Preventiva por la zona centro y colonias aledañas ya había alertado sobre la presencia de los agentes.
"šChingao! --exclamó otro agente federal--. Por eso dice mi general Arellano que se deben acabar los celos entre corporaciones, porque eso pone piedritas y echa a perder los operativos."
La acción policiaca terminó cerca de las tres de la mañana. Ningún traficante detenido, ni una grapa decomisada y tampoco un picadero descubierto. "Será para la otra. Lo importante es que baje la delincuencia y el tráfico de droga", dijo el comandante Nimendi, quien lleva, al igual que otros 600 agentes, 16 días comisionado en Ciudad Juárez. Permanecerá aquí por lo menos hasta que terminen las vacaciones de Semana Santa, y después viajará con su grupo a la capital chihuahuense.