Espejo en Estados Unidos
México, D.F. jueves 5 de abril de 2001
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Editorial
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TENSA RELACION ENTRE EU Y CHINA

SOLTras la colisión aérea entre un caza chino y un avión espía estadunidense el domingo pasado, las relaciones entre China y Estados Unidos, de antaño complejas, se encuentran en un punto de extrema tensión diplomática y militar. Si ambos países no logran distender la situación en los próximos días podríamos estar en la antesala de un conflicto exterior de mayores consecuencias. 

El incidente del fin de semana se suma a una serie de sucesos recientes que han dificultado las relaciones entre estadunidenses y chinos: el bombardeo a la embajada china en Belgrado durante la intervención de la OTAN a Yugoslavia en 1999; las señales de apoyo --posible venta de armas-- de Estados Unidos a Taiwán en su histórico conflicto con China, y el incipiente espionaje --digno de los tiempos de la Guerra Fría-- que mantienen en territorio chino.

El país asiático ha solicitado que Washington asuma toda la responsabilidad del accidente, que cobró la vida de un piloto chino, y que pida disculpas por el daño causado. La Casa Blanca rechazó la petición con el argumento de no encontrar razones para disculparse, pues se trata de un "trágico accidente" que se produjo cuando el avión espía realizaba un vuelo de rutina por espacio aéreo internacional y no en el espacio aéreo chino como afirma Pekín. La guerra de acusaciones ha enfriado aún más la relación, no obstante que se hayan dado ya algunos encuentros diplomáticos. Pero, sólo imaginemos ¿cuál sería la reacción de Washington si el accidente hubiera sido entre un avión espía chino y uno de la fuerza aérea estadunidense, en espacio aéreo de Estados Unidos?

La administración del presidente Bush está viviendo su primer conflicto con el país asiático y la manera como está respondiendo su gobierno pone en evidencia el giro en la política exterior de Estados Unidos que el mandatario conservador anunció desde su campaña. Los hechos indican que la política exterior de Bush --hay que irnos acostumbrando-- se rige por un principio inamovible de "defensa del interés nacional" y parece estar dispuesto a retomar el camino bélico siempre y cuando convenga a los intereses y necesidades de país más poderoso del mundo.

Los principios y conceptos de colaboración internacional, asociación estratégica, defensa de los derechos humanos y responsabilidad medioambiental, no parecen embonar en la nueva estrategia de la administración Bush, que parece más adepta a las tácticas agresivas y beligerantes en las relaciones internacionales. Como ejemplo está la decisión de abandonar el tratado de Kioto sobre el calentamiento del planeta por considerar que va en contra de los intereses inmediatos de su país, cuando Estados Unidos es el mayor contaminador del mundo, responsable de la emisión de 25 por ciento de los gases que provocan el efecto invernadero.

George W. Bush apenas comienza su gestión y su gobierno ya se encuentra envuelto en un conflicto con China que, de no resolverse en forma satisfactoria y a la mayor brevedad, puede convertirse en punta de lanza de un escenario que a nadie en el mundo le conviene, excepto, tal vez, a los intereses de Estados Unidos.
 

 

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