.
TENSA RELACION ENTRE EU Y CHINA
Tras
la colisión aérea entre un caza chino y un avión espía
estadunidense el domingo pasado, las relaciones entre China y Estados Unidos,
de antaño complejas, se encuentran en un punto de extrema tensión
diplomática y militar. Si ambos países no logran distender
la situación en los próximos días podríamos
estar en la antesala de un conflicto exterior de mayores consecuencias.
El incidente del fin de semana se suma a una serie de
sucesos recientes que han dificultado las relaciones entre estadunidenses
y chinos: el bombardeo a la embajada china en Belgrado durante la intervención
de la OTAN a Yugoslavia en 1999; las señales de apoyo --posible
venta de armas-- de Estados Unidos a Taiwán en su histórico
conflicto con China, y el incipiente espionaje --digno de los tiempos de
la Guerra Fría-- que mantienen en territorio chino.
El país asiático ha solicitado que Washington
asuma toda la responsabilidad del accidente, que cobró la vida de
un piloto chino, y que pida disculpas por el daño causado. La Casa
Blanca rechazó la petición con el argumento de no encontrar
razones para disculparse, pues se trata de un "trágico accidente"
que se produjo cuando el avión espía realizaba un vuelo de
rutina por espacio aéreo internacional y no en el espacio aéreo
chino como afirma Pekín. La guerra de acusaciones ha enfriado aún
más la relación, no obstante que se hayan dado ya algunos
encuentros diplomáticos. Pero, sólo imaginemos ¿cuál
sería la reacción de Washington si el accidente hubiera sido
entre un avión espía chino y uno de la fuerza aérea
estadunidense, en espacio aéreo de Estados Unidos?
La administración del presidente Bush está
viviendo su primer conflicto con el país asiático y la manera
como está respondiendo su gobierno pone en evidencia el giro en
la política exterior de Estados Unidos que el mandatario conservador
anunció desde su campaña. Los hechos indican que la política
exterior de Bush --hay que irnos acostumbrando-- se rige por un principio
inamovible de "defensa del interés nacional" y parece estar dispuesto
a retomar el camino bélico siempre y cuando convenga a los intereses
y necesidades de país más poderoso del mundo.
Los principios y conceptos de colaboración internacional,
asociación estratégica, defensa de los derechos humanos y
responsabilidad medioambiental, no parecen embonar en la nueva estrategia
de la administración Bush, que parece más adepta a las tácticas
agresivas y beligerantes en las relaciones internacionales. Como ejemplo
está la decisión de abandonar el tratado de Kioto sobre el
calentamiento del planeta por considerar que va en contra de los intereses
inmediatos de su país, cuando Estados Unidos es el mayor contaminador
del mundo, responsable de la emisión de 25 por ciento de los gases
que provocan el efecto invernadero.
George W. Bush apenas comienza su gestión y su
gobierno ya se encuentra envuelto en un conflicto con China que, de no
resolverse en forma satisfactoria y a la mayor brevedad, puede convertirse
en punta de lanza de un escenario que a nadie en el mundo le conviene,
excepto, tal vez, a los intereses de Estados Unidos.
|