JUEVES Ť 5 Ť ABRIL Ť 2001
Ť En busca del útero perdido, otra novela de la psiquiatra
Patricia Rodríguez: escribir es un mundo de fantasía que me guarece
MONICA MATEOS-VEGA
Como ''farsa médica'' define la psiquiatra Patricia Rodríguez (DF, 1945) su séptima novela En busca del útero perdido, publicada por editorial Norma y que fue presentada el miércoles en una velada nada convencional donde los comentaristas, médicos de profesión, jugaron a ser actores antes de que el bailarín José Rivera y su grupo La Cebra demostraran que los zapatos de tacón no son ningún obstáculo para su arte.
Y es que la autora confiesa su obsesión por abordar siempre lo común desde aspectos no convencionales. Así como convierte la presentación de un libro en una puesta en escena, al escribir lleva los anhelos de sus personajes hacia soluciones no usuales. En su volumen En busca del útero perdido el deseo de un hombre por tener un útero va más allá de su identidad de género; también la ambición de los médicos que sin escrúpulos le dan al cliente lo que pide o hasta trafican con embriones. El hilo conductor de esta historia, que en ocasiones habla de cosas muy duras, es el humor.
La pasión de Rodríguez por la literatura hace posible que combine dos profesiones absorbentes y agotadoras. Por un lado la atención de pacientes y, por otro, el impulso por contar historias que la psiquiatra explica así: ''En un mundo donde no tengo control, donde todo me pasa y tengo que ser víctima, escribir una novela es un gran alivio porque ahí las reglas las dicto yo. Ante mi máquina de escribir describo, mato, enderezo, construyo o fantaseo. Me siento contenta en ese mundo de fantasía en el que me guarezco. Hay un poder ahí, al escribir, aunque es limitado, pero existe y mientras peor me va más tecleo, o más leo, me agarro a ese mundo como piojo a un pelo".
Desde la trinchera del cambio
Patricia Rodríguez se dio a conocer como escritora en 1997 con Rebumbios del gineceo (Editorial Praxis), pero es por su novela La mujer bonsai, del mismo año, por la que es reconocida por su colegas y lectores; su siguiente obra, De piel de víbora (1998) inspiró el guión de la película que ahora filma Marcela Fernández Violante. Sus otras novelas publicadas son A fuego lento, De armas tomar y Cuando tú estés muerta, esta última ganadora del premio de la editorial Demac el año pasado.
''Siempre que escribo una historia lo que quiero es contarla de otra manera, en particular, no me gusta que mis personajes femeninos sean la mujer rota de Simone de Beauvoir, porque ésa es de otro tiempo", explica la escritora.
En este sentido, Rodríguez presenta en su obra mujeres independientes, fuertes, cada vez más parecidas a las reales, pues como autora lo considera su deber por estar ''en la trinchera, donde la sangre salpica, es decir, hemos vivido un cambio entre las relaciones entre hombres y mujeres. No pretendo que los hombres se vayan a la cocina, sino que se den cuenta de que las mujeres además de tener un buen trasero y un buen frente, podemos tener muy buena cabeza, que podemos ganar buen dinero y tenemos fortaleza. Que podemos ser iguales y hasta mejores que ellos. Estas ideas son una obsesión que está presente todo el tiempo que escribo".
Otra de las ideas que dieron vida a En busca del útero perdido fue la intención de la autora de exhibir la vanidad y pretensión que hace presa al ser humano: ''Creemos que con el conocimiento tecnológico tenemos el control de todo, hasta de la vida y la muerte, pero no somos más que barquitos a la deriva. Además, si este libro fuera una especie de medicina combatiría la solemnidad, no sólo porque me cae gorda, sino porque considero que la risa permite abordar temas escabrosos y agradecer el palo que éstos nos dan.
''En esta novela hablo de tráfico de órganos, de la ética médica, de la aceleración tecnológica que vivimos, alejada de parámetros jurídicos y éticos; hablo de que el dinero compra cualquier conciencia, del ser humano y su pretensión de cambiar la naturaleza cuando no sabe que es un piojo más sobre la faz de la tierra y así como muchas especies desaparecieron, Ƒpor qué creemos que nosotros no? Es decir, este libro, detrás de una fachada de humor, plantea problemas profundos."